Stephen Bryant, de 44 años, será ejecutado el 14 de noviembre en Carolina del Sur por el asesinato de Willard ‘TJ’ Tietjen ocurrido hace más de 20 años, un crimen que incluyó quemar los ojos de la víctima con cigarrillos y escribir “atrápame si puedes” en una pared con su sangre.
La Corte Suprema estatal emitió la orden de ejecución el viernes, rechazando una solicitud de sus abogados para retrasar la fecha debido a que trabajan con el sistema judicial federal durante el cierre del gobierno de EE.UU.
Bryant enfrenta la ejecución por un solo asesinato, pero los fiscales revelaron que también mató a tiros a otros dos hombres a quienes ofrecía rides mientras orinaban al lado de la carretera en el condado de Sumter en octubre de 2004.
El condenado tendrá hasta el 31 de octubre para elegir entre inyección letal, pelotón de fusilamiento o la silla eléctrica como método de ejecución.
Desde que Carolina del Sur reanudó las ejecuciones el año pasado tras una pausa de 13 años por problemas para obtener medicamentos de inyección letal, cuatro reclusos han seleccionado la inyección letal y dos han muerto por pelotón de fusilamiento.
Bryant confesó haber asesinado a Tietjen después de acercarse a su casa en zona rural del condado de Sumter alegando problemas con su automóvil. Tras dispararle múltiples veces, encendió velas alrededor del cuerpo de la víctima.
Según las autoridades, utilizó la esquina de un agarrador de ollas sumergido en la sangre de Tietjen para escribir “víctima 4 en 2 semanas. atrápame si puedes” en una pared.
Kimberly Dees, hija de la víctima, testificó que realizó múltiples llamadas a su padre preocupada por su silencio. En la sexta llamada, una voz desconocida respondió: “No puedes, lo maté”. Cuando preguntó quién era, la voz respondió dos veces: “Soy el merodeador”.
Los fiscales indicaron que Bryant cometió otros dos asesinatos, uno antes y otro después del crimen de Tietjen, en ambos casos disparando por la espalda a hombres a quienes había ofrecido transporte cuando se bajaban del vehículo para orinar.
Los abogados de Bryant presentaron como atenuante que fue abusado sexualmente por cuatro parientes masculinos durante su infancia, trauma que lo afectó profundamente en los meses previos a los asesinatos. Según su defensa, rogó repetidamente a un agente de libertad condicional y a su tía que le consiguieran ayuda profesional.
“Estaba muy molesto. Parecía que lo estaban torturando. Es como si su alma estuviera completamente expuesta. En sus ojos se podía ver que sufría y padecía, y estaba reviviendo el abuso de nuevo mientras salía a la luz”, testificó su tía, Terry Caulder.
Sus abogados añadieron que Bryant recurrió al consumo de metanfetamina y porros rociados con mata insectos para sobrellevar el dolor emocional.
Los seis reclusos ejecutados en Carolina del Sur desde que el estado reinició las ejecuciones en septiembre del año pasado habían argumentado que los métodos equivalen a un castigo cruel e inusual.
Los abogados de los reclusos sostienen que en la segunda ejecución por pelotón de fusilamiento, los tres voluntarios con rifles casi erraron el corazón de Mikal Mahdi, prolongando su agonía tres o cuatro veces más de lo esperado.
Los procedimientos de inyección letal también han sido criticados, ya que el estado utiliza dos dosis del sedante pentobarbital, causando que los reclusos se ahoguen con líquido en sus pulmones mientras permanecen paralizados e incapaces de reaccionar.
Carolina del Sur, que fue uno de los estados más activos en ejecuciones, mantuvo una pausa de 13 años hasta septiembre de 2023 debido a la dificultad para obtener medicamentos tras la expiración del suministro, agravada por la reticencia de las compañías farmacéuticas a revelar sus ventas a funcionarios estatales.
La legislatura estatal posteriormente aprobó una ley de protección que permite mantener en privado a los proveedores de medicamentos para inyección letal, y añadió el pelotón de fusilamiento como método de ejecución.
Bryant se convertirá en la persona número 50 ejecutada en Carolina del Sur desde que el estado reinició la pena de muerte en 1985, y el séptimo desde que se reanudaron las ejecuciones hace un año.
A nivel nacional, 39 hombres han sido ejecutados en EE.UU. hasta ahora este año, con al menos otras cinco ejecuciones programadas para lo que resta del año.
**REDACCIÓN FV MEDIOS**