Stephen Bryant, un condenado a muerte de 44 años en Carolina del Sur declarado culpable de asesinar a un hombre y escribir mensajes con la sangre de la víctima hace más de dos décadas, eligió este viernes ser ejecutado por pelotón de fusilamiento. Su ejecución está programada para el 14 de noviembre, lo que lo convertirá en el tercer recluso este año en morir bajo este método en el estado, según informó Associated Press.
Bryant disponía hasta el viernes para seleccionar entre inyección letal, pelotón de fusilamiento o silla eléctrica. Carolina del Sur reanudó las ejecuciones en 2024 tras una pausa involuntaria de 13 años ocasionada por la dificultad para obtener fármacos de inyección letal. Desde entonces, cuatro reclusos han optado por la inyección letal y dos han fallecido por fusilamiento.
El condenado admitió haber disparado mortalmente a Willard “TJ” Tietjen en su vivienda, quemarle los ojos con cigarrillos y escribir “catch me if u can” en la pared con sangre de la víctima. Autoridades relataron que se encendieron velas alrededor del cadáver de Tietjen y se utilizó la esquina de un agarrador de ollas empapado en sangre para escribir “victem 4 in 2 weeks. catch me if u can” en una pared.
La hija de Tietjen realizó seis llamadas a su padre, indicando a los investigadores que en la última comunicación una voz desconocida respondió y le informó que habían asesinado a su progenitor. Los fiscales sostuvieron que Bryant también habría disparado y matado a otros dos hombres en octubre de 2004, uno antes del homicidio de Tietjen y otro posteriormente.
Se acusó a Bryant de ofrecer transporte a estas víctimas y dispararles por la espalda mientras orinaban al borde de caminos rurales. Sus abogados defendieron que antes de los crímenes sufría una profunda angustia, solicitando ayuda repetidamente mientras enfrentaba traumas por abuso sexual infantil perpetrado por cuatro parientes masculinos. Según el informe, habría intentado sobrellevar esta situación mediante el consumo de drogas, incluyendo metanfetamina y marihuana mezclada con repelente de insectos.
La ejecución de Bryant será realizada por tres voluntarios ubicados a 15 pies de distancia. Se anticipa que seguirá una batalla legal posterior, ya que abogados del último recluso ejecutado por fusilamiento alegaron que los tiradores casi erraron el corazón, provocando un sufrimiento prolongado.
Testigos relataron que el recluso emitió varios gemidos en el corredor de la muerte, tardando más de un minuto en fallecer, según medios locales. Autoridades penitenciarias aclararon que los ejecutores deben impactar el corazón, pero no necesitan destruirlo.
Desde 1977, solo tres prisioneros estadounidenses—todos en Utah—han sido ejecutados por pelotón de fusilamiento. A nivel nacional, 41 hombres han sido ejecutados este año, con al menos 18 más programados, de acuerdo con el informe.
**REDACCIÓN FV MEDIOS**