¿Son realmente saludables los productos enriquecidos con proteínas?

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En los últimos años, los productos enriquecidos con
proteínas
se han hecho populares en supermercados y
tiendas de alimentos. Desde barritas y yogures hasta bebidas y
carnes vegetales, sus etiquetas resaltan la palabra “PROTEÍNA” como
si fueran la solución a todas nuestras necesidades nutricionales.
Pero, ¿son estos productos tan buenos para nuestra salud como nos
hacen creer?

¿Qué
son los productos enriquecidos con proteínas?

Se trata de alimentos a los que se les añade proteína extra
durante su proceso de elaboración. Por ejemplo, un pan puede
incorporar proteínas de leche o soja, mientras que
los yogures enriquecidos suelen incluir concentrados proteicos.
Aunque suena innovador, este tipo de producto no siempre equivale a
una opción saludable.

Por lo general, estas adiciones buscan atender a consumidores
que desean aumentar su ingesta proteica por motivos deportivos,

dietéticos
o de bienestar general. Sin embargo, más proteína no
significa automáticamente más salud, y aquí está el nudo del
problema.

¿Realmente
necesitamos consumir más proteínas?

La mayoría de las personas ya consume suficiente proteína a
través de alimentos naturales como carnes, huevos, pescados,
legumbres y lácteos. Los expertos en nutrición recomiendan una
ingesta diaria de 0.8 gramos de proteína por kilogramo de
peso corporal
para adultos promedio. Este valor puede
subir a aproximadamente 1-1.5 gramos por kilo para
deportistas o personas mayores que requieren conservar masa
muscular.

Por tanto, salvo situaciones específicas, como el embarazo o
entrenamientos intensos, no hay necesidad de recurrir a productos
enriquecidos. De hecho, excederse en el consumo proteico puede
causar problemas a largo plazo, especialmente en personas con

afecciones renales o hepáticas
.

¿Por qué
estos productos son tan populares?

El marketing es parte fundamental en esta tendencia, porque
detectamos palabras como “alto en proteínas” o “fuente de
proteínas”
resaltadas en los empaques, convirtiéndolos en
algo automáticamente atractivo. Para muchos consumidores, la
palabra “proteína” simboliza salud, energía y saciedad, lo que
eleva la percepción positiva del producto.

Lo que no suele mencionarse en los envases es que algunos de
estos alimentos incluyen cantidades excesivas de azúcar, grasas
saturadas o edulcorantes artificiales. Por ejemplo, en un estudio
realizado sobre cereales enriquecidos con proteínas, se descubrió
que tenían más azúcar, sal y calorías que sus
versiones convencionales, demostrando una desconexión evidente
entre lo que el producto promete y su impacto real en la dieta.

Foto Freepik

¿Qué hay de los
valores nutricionales?

Aunque los productos enriquecidos puedan aportar proteínas
adicionales, esto no elimina los inconvenientes derivados de ser
alimentos procesados. Muchas
barritas proteicas
, por ejemplo, contienen altos niveles de
grasa saturada, edulcorantes o azúcares añadidos.
En el caso de las carnes vegetales y los panes, el exceso de
sal es un problema común.

El resultado es que, si bien aportan proteínas, su perfil
nutricional global no siempre es saludable. Según análisis
recientes, solo uno de cada diez productos enriquecidos con
proteínas
cumple con los estándares necesarios para
considerarse una opción saludable.

Te podría interesar:

¿Quiénes
pueden beneficiarse de estos productos?

A pesar de sus inconvenientes, existen ciertos grupos que pueden
encontrar utilidad en ellos. Por ejemplo:

Sin embargo, tanto atletas como personas mayores deben consultar
con un profesional de la salud antes de incorporar estos productos
en exceso.

Alternativas
naturales a los productos enriquecidos

En lugar de depender de alimentos procesados, optar por fuentes
naturales sigue siendo la mejor opción. Una dieta equilibrada que
incluya legumbres, pescado, huevos, nueces y
lácteos
aporta proteínas de alta calidad sin los riesgos
asociados con azúcares o grasas añadidas.

No solo eso, sino que los alimentos naturales poseen
micronutrientes esenciales que no se encuentran en las versiones
procesadas. Por ejemplo, las legumbres no solo proporcionan
proteínas, sino también fibra y minerales como hierro y
magnesio.

Entonces, ¿son
saludables o no?

La respuesta corta es: no son más saludables que los alimentos
convencionales. Si bien los productos enriquecidos con proteínas
pueden ser útiles en casos muy específicos, no deberían reemplazar
una dieta basada en alimentos enteros y naturales.

El problema principal radica en que estos productos suelen ser
percibidos como “mágicos” cuando, en realidad, muchos de ellos
están cargados de ingredientes poco nutritivos. Si
decides consumirlos, revisa siempre la etiqueta y busca opciones
con bajo contenido de azúcar, grasas y sal.

La próxima vez que te encuentres frente a una etiqueta que diga
“PROTEÍNA”, recuerda: no todo lo que brilla es oro.



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