¿Son las esponjas y el musú una amenaza para la salud de la piel?

0
30

[ad_1]

REDACCIÓN.- Las esponjas de baño, presentes en muchos hogares como un accesorio indispensable de higiene personal, están siendo objeto de escrutinio por parte de especialistas en dermatología. Si bien son valoradas por su capacidad para exfoliar la piel y proporcionar una limpieza más profunda, los expertos advierten sobre los riesgos asociados a su uso inadecuado y mantenimiento deficiente.

La dermatóloga Ana Molina, en el podcast “Mejor que Ayer”, destacó que las esponjas de baño suelen retener humedad, restos de jabón y células muertas, convirtiéndose en un ambiente ideal para la proliferación de bacterias y hongos. Estos microorganismos pueden transferirse a la piel durante el uso, aumentando el riesgo de infecciones cutáneas como foliculitis.

En la misma preocupación también entran las alternativas naturales como el musú, también conocido como servilleta de pobre.

El musú, cuyo nombre científico es Luffa aegyptiaca, pertenece a la familia Cucurbitaceae y es originario del sur de Asia. En República Dominicana, su uso está profundamente arraigado, no solo en la higiene personal, sino también como herramienta para lavar platos, lo que lo convierte en un ícono de la sostenibilidad.


¿Cuándo y cómo utilizarlas?

Aunque las esponjas no son esenciales para una limpieza eficaz, quienes decidan usarlas deben adoptar ciertas precauciones:

Te podría interesar:
  • Materiales más seguros: Optar por esponjas naturales o de silicona, que tienden a ser más higiénicas.
  • Mantenimiento adecuado: Enjuagarlas bien tras cada uso, secarlas al aire y reemplazarlas cada 3-4 semanas.
  • Uso moderado: Limitar su aplicación a zonas con mayor acumulación de suciedad, como axilas, pies y espalda.

La Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) incluso sugiere evitar las esponjas en pieles sensibles, priorizando el uso de las manos y jabones suaves con un pH similar al de la piel (5.5).


Consejos para una ducha saludable

Adoptar hábitos sencillos puede marcar una gran diferencia en la salud de la piel:

  • Usar agua tibia, entre 33 y 37 °C, para preservar los aceites naturales.
  • Evitar la exfoliación diaria; una vez a la semana suele ser suficiente.
  • Secar suavemente la piel tras la ducha y aplicar crema hidratante para restaurar la barrera protectora.

La higiene y el cuidado de la piel no requieren cambios drásticos, sino atención a pequeños detalles que pueden prevenir problemas y mantener una rutina saludable.

video
play-sharp-fill



[ad_2]

Source link