Santo Domingo. – A pesar del tiempo transcurrido desde el suceso en el Jet Set, las secuelas emocionales permanecen visibles. Más allá de los datos y cifras, se encuentran vivencias como la de Katherine García, una joven que, sin tener vínculo alguno con las personas afectadas, decidió actuar guiada por su conmoción.


Hoy en día, Katherine recorre lo que aún se conoce como zona cero. Allí se pueden observar flores marchitas, imágenes deterioradas y huellas que el paso del tiempo aún no logra borrar. “Cuando vi lo que pasó en Instagram, me paralicé”, recuerda. Fue su hermana quien le informó inicialmente. “Mi hermana fue que me dijo: ‘¿Tú viste lo del Jet Set?’ y yo no sabía. Cuando entré a Instagram vi lo que pasó, y ese día yo no trabajé, no pude hacer nada.”
Desde ese instante, su rutina dio un giro. Sintiendo la necesidad de contribuir de alguna forma, impulsó una iniciativa solidaria. Utilizó redes sociales como Instagram y WhatsApp, además de contar con el apoyo de comunidades locales, para reunir fondos. Su objetivo fue proporcionar alimentos, agua y respaldo a quienes se mantenían en labores de rescate.

“Lo hice hasta el último día que estuvieron aquí”, relata Katherine. Su esfuerzo logró movilizar a numerosas personas dispuestas a colaborar. Tanto fue el apoyo, que parte de los fondos recolectados aún permanece disponible. No obstante, ya tiene definido cómo serán utilizados.
“Recaudé tanto dinero, que lo que me queda lo usaré para ayudar a niños huérfanos”, declara con determinación. Según explica, esta acción representa, para ella, una manera auténtica de rendir homenaje a quienes ya no están presentes.
Sin embargo, su iniciativa va más allá de la recaudación. Katherine manifiesta un sentimiento compartido por muchas familias: el del silencio posterior al hecho. “Todo ha quedado en silencio. Aunque el dueño quizás no lo quiso, porque su familia era parte de los que venían, no se ha visto una cara que diga: ‘¿Qué podemos hacer?’ Las familias siguen esperando respuestas”, comenta con preocupación.

Han pasado dos meses desde el colapso del Jet Set, y la necesidad de esclarecer lo ocurrido sigue latente. Mientras eso sucede, personas como Katherine continúan su labor desde el recuerdo activo. Cada flor depositada, cada gesto de apoyo, representa un mensaje claro: aún hay quienes no permiten que el tiempo borre lo vivido.


