Por Abril Peña. El 15 de agosto de 1830 nació en Santo Domingo Socorro Sánchez del Rosario, una dominicana que, aunque permaneció en segundo plano frente a los relatos patrióticos tradicionales, fue pionera en la construcción de una República más inclusiva desde la educación y la cultura. Sobrina de Francisco del Rosario Sánchez, uno de los Padres de la Patria, eligió un camino distinto pero no menos trascendente: abrir las puertas del conocimiento a las mujeres en una sociedad que las relegaba al silencio. Fundó la primera escuela laica y mixta del país, donde niños y niñas podían formarse juntos, desafiando las normas de su época. Creó la primera biblioteca para mujeres y más tarde la primera escuela normal femenina, convencida de que la formación de maestras era clave para multiplicar la enseñanza en toda la nación. Impulsó los primeros cursos técnicos para farmacéuticas, ampliando los horizontes profesionales de la mujer dominicana. Su labor no fue solo pedagógica: también ejerció como periodista y ensayista, utilizando la pluma como herramienta para cuestionar y proponer, sembrando ideas en un terreno que aún no reconocía plenamente la voz femenina. El legado de Socorro Sánchez es monumental, aunque frecuentemente invisibilizado. Comprendió que sin educación no hay ciudadanía plena y que la verdadera independencia también se construye en las aulas. Hoy, al recordarla, no solo se hace justicia a su nombre, sino que se reivindica el valor de una mujer que educó a una nación desde los márgenes y cuya huella perdura en cada generación de maestras, estudiantes y profesionales que hallaron en la educación su camino hacia la libertad. REDACCIÓN FV MEDIOS
