síntomas y cómo detener su evolución hacia la diabetes

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¿Qué es la prediabetes?

La prediabetes es un estado intermedio que indica que el cuerpo tiene problemas para utilizar la insulina de manera efectiva. La insulina es una hormona fundamental que permite que la glucosa, proveniente de los alimentos, ingrese a las células para ser utilizada como energía. Cuando se presenta resistencia a la insulina, las células no responden adecuadamente, lo que provoca un aumento en los niveles de azúcar en la sangre.

La insulina actúa como una llave que abre las puertas de las células para permitir la entrada de glucosa. Si el cuerpo no produce suficiente insulina o si las células no responden a ella, la glucosa se acumula en el torrente sanguíneo. Esto puede llevar a complicaciones a largo plazo, como enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y, finalmente, diabetes tipo 2.

Según las estadísticas, más de un tercio de los adultos en los Estados Unidos tienen este padecimiento. Este número ha ido en aumento en las últimas décadas, lo que resalta la necesidad de una mayor concienciación y educación sobre esta condición.

Factores de riesgo para la prediabetes

Ciertos factores pueden aumentar la probabilidad de desarrollar prediabetes. Es fundamental conocer estos riesgos para poder tomar medidas preventivas:

Peso corporal: el sobrepeso es uno de los principales factores de riesgo. Aquellos que tienen un índice de masa corporal (IMC) superior a 25 tienen más probabilidades de desarrollar esta afección.

Edad: la edad también juega un papel importante. Las personas mayores de 45 años son más propensas a tener prediabetes. Esto puede estar relacionado con cambios en el metabolismo y la disminución de la actividad física a medida que se envejece.

Antecedentes familiares: tener un familiar directo, como un padre o un hermano, que padezca diabetes tipo 2 aumenta significativamente el riesgo de desarrollar prediabetes. La genética puede influir en la forma en que el cuerpo maneja la insulina.

Estilo de vida: la falta de actividad física regular y una dieta poco saludable son factores que contribuyen al desarrollo de la prediabetes. La inactividad física puede llevar a un aumento de peso y a la resistencia a la insulina.

Otros factores de salud: condiciones como la hipertensión, el colesterol alto y el síndrome de ovario poliquístico también están asociadas con un mayor riesgo. Estas afecciones pueden afectar la forma en que el cuerpo procesa la glucosa.

Síntomas de la prediabetes

Uno de los desafíos más grandes es que a menudo no presenta síntomas evidentes. Muchas personas pueden tener esta condición durante años sin saberlo. Aunque la mayoría de las personas no experimentan síntomas, algunos pueden notar cambios en su piel. La acantosis nigricans, que se manifiesta como manchas oscuras y aterciopeladas en áreas como el cuello o las axilas, puede ser un indicativo de resistencia a la insulina.

La mayoría de las veces se descubre durante un examen de salud rutinario. Es fundamental que las personas que tienen factores de riesgo se sometan a pruebas de glucosa en sangre para detectar la condición a tiempo.

Diagnóstico de la prediabetes

El diagnóstico se realiza a través de análisis de sangre que miden los niveles de glucosa. Existen varias pruebas que pueden ayudar a determinar si una persona tiene esta condición:

Prueba de glucosa en ayunas: mide los niveles de azúcar en la sangre después de un ayuno de al menos 8 horas. Un resultado entre 100 y 125 mg/dL indica prediabetes.

Prueba de hemoglobina A1c: proporciona un promedio de los niveles de glucosa en sangre durante los últimos tres meses. Un porcentaje entre 5.7% y 6.4% sugiere prediabetes.

Prueba de tolerancia a la glucosa: mide la respuesta del cuerpo a una carga de glucosa y puede ayudar a identificar problemas con la insulina.

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Detectarla a tiempo es crucial para implementar cambios en el estilo de vida que pueden revertir la condición y prevenir el desarrollo de diabetes tipo 2. Las pruebas regulares son esenciales, especialmente para aquellos en grupos de riesgo.

Foto Freepik

Prevención de la diabetes tipo 2

La buena noticia es que la prediabetes se puede revertir. Con cambios en el estilo de vida, es posible reducir significativamente el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Perder entre el 5% y el 7% del peso corporal puede tener un impacto significativo en la reducción de los niveles de glucosa en sangre. Para una persona que pesa 200 libras, esto equivale a perder entre 10 y 14 libras.

Además, realizar al menos 150 minutos de actividad física moderada a la semana, como caminar rápidamente, puede mejorar la sensibilidad a la insulina y ayudar a controlar los niveles de azúcar en sangre. Esto se traduce en aproximadamente 30 minutos al día, cinco días a la semana.

También es importante adoptar una dieta equilibrada, rica en frutas, verduras, granos enteros y proteínas magras, es fundamental. Limitar el consumo de azúcares añadidos y grasas saturadas puede ayudar a mantener los niveles de glucosa en un rango saludable.

Por otro lado, el Programa Nacional de Prevención de la Diabetes, dirigido por los CDC, ofrece recursos y apoyo para aquellos que desean realizar cambios en su estilo de vida. Participar en este programa puede reducir el riesgo de diabetes tipo 2 en un 58%.

Estrategias para un estilo de vida saludable

Implementar cambios en el estilo de vida puede ser un desafío, pero es esencial para prevenir la progresión de la prediabetes. Aquí hay algunas estrategias prácticas:

Establecer metas realistas: fijar metas alcanzables y medibles es clave para mantener la motivación. Por ejemplo, en lugar de decir «quiero perder peso», establece un objetivo específico como «quiero perder 5 libras en los próximos dos meses».

Mantener un diario de alimentos: registrar lo que comes puede ayudarte a identificar patrones y hacer ajustes en tu dieta. Esto también te permite ser más consciente de tus elecciones alimenticias.

Buscar apoyo: contar con el apoyo de amigos, familiares o grupos de apoyo puede ser muy beneficioso. Compartir tus objetivos y logros con otros puede ayudarte a mantenerte en el camino correcto.

Incorporar la actividad física en tu rutina: encuentra formas de incluir más movimiento en tu día a día. Esto puede ser tan simple como caminar durante la pausa del almuerzo o tomar las escaleras en lugar del ascensor.

La importancia del seguimiento médico

Es fundamental mantener un seguimiento regular con un profesional de la salud para evaluar el progreso y realizar ajustes en el plan de tratamiento según sea necesario. Las pruebas de glucosa en sangre deben ser parte de tus chequeos médicos regulares, especialmente si tienes factores de riesgo. Esto permitirá a tu médico monitorear tus niveles y hacer recomendaciones adecuadas.

Por último, mantente informado sobre la prediabetes y la diabetes tipo 2. La educación es una herramienta poderosa que te ayudará a tomar decisiones informadas sobre tu salud.

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Dany Levito
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