Un reciente estudio publicado en Nature Aging por investigadores de la Universidad Nacional de Singapur (NUS) y la Universidad de Columbia ha revelado que Singapur se encuentra entre los 10 países más preparados para enfrentar los desafíos y oportunidades del envejecimiento poblacional.
Este hito lo posiciona como líder en Asia y destaca su compromiso con la creación de una sociedad inclusiva y resiliente para personas mayores. Suiza ocupa el primer lugar global, mientras que Japón, en el puesto 15, es el segundo en Asia. Estados Unidos, por su parte, aparece en el lugar 24.
El estudio, dirigido por la profesora adjunta Cynthia Chen y el profesor John W. Rowe, introdujo el Índice de Envejecimiento Global, una innovadora métrica que evalúa la preparación de 143 países, cubriendo el 95,4% de la población mundial. Este índice analiza cinco pilares esenciales: bienestar, productividad y compromiso, equidad, cohesión y seguridad. La investigación incluyó contribuciones de 25 expertos provenientes de economías de diferentes niveles de desarrollo y subraya la necesidad de priorizar políticas que aborden las necesidades de las personas mayores en contextos de ingresos bajos y medios, donde el envejecimiento de la población está en rápida expansión.
Singapur destacó especialmente en el dominio del bienestar, gracias a su sobresaliente esperanza de vida saludable, acceso universal a la sanidad y alta satisfacción vital. Con iniciativas como Healthier SG, lanzada en 2023, el país ha dado un giro hacia la atención preventiva. Este modelo incluye programas de detección, inmunización y promoción de hábitos saludables, como el National Steps Challenge y el programa Healthier Dining. Además, el Ministerio de Salud ha intensificado la gestión de enfermedades crónicas, estableciendo estándares que otros países podrían emular.
A pesar de sus avances, el estudio señala áreas de mejora. Indicadores como la participación laboral y social de adultos mayores requieren atención, reflejando la necesidad de fomentar su integración en la sociedad. Singapur ocupa posiciones intermedias en voluntariado y satisfacción laboral, lo que subraya oportunidades para optimizar el aprovechamiento del talento y experiencia de su población mayor. Además, aunque el país es líder en seguridad y percepción de calidad sanitaria, las desigualdades entre generaciones persisten en ingresos y logros educativos, cuestiones que demandan estrategias equitativas.
El aislamiento social también representa un desafío. Aunque una gran proporción de adultos mayores confía en familiares y amigos y tiene acceso a internet, la confianza en vecinos es baja, y una significativa parte de las personas mayores vive sola. Para contrarrestar esto, Singapur ha implementado iniciativas como Age Well SG, que amplía la red de Centros de Envejecimiento Activo. Estas instalaciones ofrecen espacios para la interacción comunitaria, promoviendo conexiones intergeneracionales y reduciendo el aislamiento.
Un ejemplo emblemático de estas iniciativas es el Distrito de Salud de Queenstown (HD@QT), una colaboración entre el Sistema de Salud de la Universidad Nacional, la NUS y la Junta de Vivienda y Desarrollo. Este proyecto busca fomentar el bienestar físico, mental y social en todas las etapas de la vida mediante programas sostenibles alineados con los dominios del Índice de Envejecimiento Global. El profesor John Eu-Li Wong, director del Centro de Salud de la Población de la NUS, expresó que este modelo podría replicarse en todo el país, transformando los desafíos del envejecimiento en oportunidades para una longevidad con propósito.
El estudio enfatiza que, con políticas adecuadas, los países pueden no solo reducir los costos asociados a la atención médica sino también capitalizar la contribución social y económica de las personas mayores. Al promover su inclusión y empoderamiento, las sociedades pueden construir un futuro más equitativo y sostenible, donde la experiencia y sabiduría de las generaciones mayores jueguen un papel clave en el progreso colectivo.
Singapur, con su enfoque proactivo y transformador, no solo lidera en Asia sino que también se posiciona como un modelo global. A medida que otras naciones enfrentan el reto del envejecimiento poblacional, las lecciones de Singapur ofrecen una hoja de ruta prometedora para construir sociedades inclusivas, saludables y resilientes.
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