Tan distante como la ráfaga de luz que ilumina la tierra pero no la toca, tan opuesto como tu primer pensamiento de tu última pisada, o como la espontaneidad de un niño de la reflexión de un genio, así muy bien que podrían estar tus suposiciones de los planes que tiene para ti el Rey del universo. No hay distancias que limiten su voluntad, ni oponentes que bloqueen su mano, no existen apelaciones que varíen su decisión, tampoco tempestad que retrase su hora, ni incidente que cambie su designio, absolutamente todo fue considerado al planificar, aun antes que palpitara tu ser. Recuerda, su pulso no puede ser quebrado ni su brazo cortado, mucho más altos que tus caminos son los suyos, por tanto, no traces tu propia ruta, tu solo ¡síguele!
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