El presidente Donald Trump ha indicado que su administración está considerando la posibilidad de reclasificar la marihuana como una droga menos peligrosa. Este movimiento sigue los esfuerzos de la administración Biden, que ya había iniciado el proceso para reclasificar la marihuana a una Droga de la Lista III.
Desde 1971, la marihuana fue considerada una droga de la Lista I, lo que implica que no tiene uso médico aceptado y presenta un alto potencial de abuso. La administración Biden impulsó un cambio significativo en la clasificación federal de la marihuana, moviéndola a la Lista II (similar a la codeína o metanfetaminas, pero con potencial médico), reconociendo sus usos médicos. Su paso a las drogas de la Lista III, como el ketamina y los esteroides anabólicos, permitiría una menor restricción y promovería una amplia investigación médica.
“Estamos considerándolo. Porque mucha gente quiere ver la reclasificación, ya que conlleva una enorme cantidad de investigación que no se puede realizar sin la reclasificación. Así que lo estamos considerando muy seriamente”, dijo Trump en el Despacho Oval cuando se le preguntó sobre la posibilidad, recogió el medio The Hill.

Reacciones y críticas
A pesar del posible cambio, críticos, como el senador demócrata Ron Wyden, acusan a Trump de buscar capital político al considerar la reclasificación sin despenalizar realmente el uso de la marihuana. Hay preocupaciones de que esto sea meramente un intento de mejorar su imagen pública.
“No ha despenalizado el cannabis ni ha borrado los antecedentes de los estadounidenses negros y latinos encarcelados por delitos menores relacionados con drogas. Esto es solo un intento de aumentar sus patéticos índices de aprobación”, escribió Wyden en X.
La reclasificación facilitaría la investigación sobre la marihuana y podría ser beneficiosa para la industria del cannabis, que ya mueve miles de millones de dólares. Sin embargo, los cambios en la legislación federal aún dejarían en pie penalizaciones para el uso y posesión de marihuana.
Beneficios de la reclasificación
La reclasificación de la marihuana de la Lista I a la III por parte de la Administración de Control de Drogas (DEA) facilitaría el acceso de los investigadores a la sustancia, eliminando barreras burocráticas que antes la clasificaban como sin uso médico aceptado.
Esta medida permitiría a los científicos obtener cannabis de mayor calidad y en cantidades suficientes para estudios clínicos, agilizando aprobaciones y reduciendo costos asociados a regulaciones estrictas.
Se amplía la investigación preclínica con dosis y vías de administración variadas, reconociendo usos médicos potenciales como el manejo del dolor crónico.
La reclasificación reconoce beneficios terapéuticos con menor riesgo que opioides, fomentando evidencia sobre aplicaciones médicas seguras y efectivas. Esto podría impulsar productos farmacéuticos aprobados y marcos legales para cannabis medicinal en más países.
Percepción pública sobre la marihuana
La percepción pública sobre la marihuana en Estados Unidos ha pasado de una fuerte oposición en las décadas de 1960 y 1970 a un amplio apoyo en las últimas dos décadas.
En los años 60, la mayoría de los estadounidenses se oponía casi unánimemente a su legalización, viéndola como una droga peligrosa asociada a la contracultura. Desde finales de los 90, las opiniones se liberalizaron drásticamente, pasando de una ratio de tres a uno en contra a dos a uno a favor en las últimas tres décadas.
Para 2013, una mayoría apoyaba la legalización, con un incremento de 11 puntos desde 2010 y cambios más pronunciados desde los 60. Este giro coincide con la duplicación del número de consumidores en la última década, impulsada por la legalización en múltiples estados.
La legalización estatal ha reducido el estigma, especialmente entre jóvenes, aunque persisten preocupaciones sobre el acceso adolescente y la salud pública. El consumo en adultos creció constantemente de 2002 a 2022.
Opiniones de los expertos
Los expertos en salud reconocen beneficios potenciales de la marihuana medicinal, como alivio del dolor crónico, náuseas en quimioterapia y espasmos musculares, pero advierten sobre riesgos como adicción y efectos cognitivos.
Beneficios clave. La marihuana medicinal ayuda a reducir náuseas y vómitos en pacientes con cáncer o VIH, mejora el apetito y alivia el dolor en esclerosis múltiple o lesiones medulares. Estudios indican efectos antieméticos aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) para derivados como el dronabinol.
Riesgos principales. Incluye aumento de frecuencia cardíaca, mareos, problemas de memoria, interacciones medicamentosas y mayor riesgo de psicosis o esquizofrenia en predispuestos. El uso crónico puede causar bronquitis, inflamación respiratoria y sedación que eleva riesgos de caídas o accidentes.
Organizaciones como Mayo Clinic y NCI destacan la falta de evidencia robusta para muchos usos, recomendando supervisión médica estricta y precaución en embarazadas o cardíacos. El riesgo de adicción es bajo en dosis medicinales controladas, pero persisten preocupaciones por inmunosupresión en cáncer.
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