Lo ideal sería tomar una ducha cada dos días, para proteger la piel y el medio ambiente. Pero si realmente quieres ducharte todos los días, esto es lo que tienes que hacer…
Todos están de acuerdo, médicos y dermatólogos, en que ducharse todos los días no crea ningún problema. Sin embargo, los expertos sugieren no exagerar: incluso tomar una ducha cada dos días está bien. De hecho, esa sería la mejor solución. Por supuesto, lavándose la cara, las partes privadas, las axilas y los pies todos los días.
Ducharse día por medio le permite preservar las bacterias buenas que protegen la epidermis y el cuerpo de las infecciones. Además de ser una mano tendida para el medio ambiente. Si consideramos una ducha de 10 minutos, de hecho, el consumo de agua será de entre 60 y 80 litros: un consumo que – aplicado a una familia de cuatro personas – puede tener un impacto importante tanto en el planeta como en el consumo de gas y electricidad.
Si realmente quiere bañarse todos los días, aquí hay algunas pequeñas precauciones que debe tomar.
En primer lugar, debe evitar el uso de agua a alta temperatura. Aunque es agradable y relajante, el agua por encima de los 49° podría reducir la humedad de la piel eliminando sus lubricantes naturales. Es mucho mejor permanecer alrededor de los 43°, para tener una sensación cálida y agradable pero no dañina.
Otro mal hábito que hay que evitar es la permanencia prolongada en la ducha. Reducir el tiempo a cinco minutos ayuda a que la piel permanezca lubricada evitando la pérdida de agua hacia el exterior del cuerpo, una causa potencial de resequedad. Para las personas que tienen una predisposición a la psoriasis o a la dermatitis atópica, de hecho, se recomienda una ducha muy rápida.
Sin embargo, en lo que respecta al consumo excesivo de agua, podría afectar al modelo de la ducha montada en la misma. Los modelos que tienen muchos años pueden tener un caudal de agua demasiado alto (unos 20 litros por minuto), cuando las normativas europeas imponen la regla de los 8 litros por minuto. Por lo tanto, si tiene una ducha vieja, se recomienda reemplazarla por un modelo actual.
El champú también debe usarse en el momento adecuado, ya que lavarse el pelo al final de la ducha puede dejar algunos de sus residuos en la piel. Es bueno lavarse el cabello primero, luego dejar que el agua enjuague bien el champú.
Por último, el secado, una operación erróneamente considerada irrelevante para nuestro bienestar: al contrario de lo que se piensa, el uso correcto de la toalla (frotar y no frotar) podría evitar la irritación, el picor y la aspereza de la piel.
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