Los restos de los dos jóvenes cristianos que murieron baleados mientras se desplazaban por el kilómetro 32 de la autopista Duarte fueron sepultados la mañana de este sábado. Ambos se dirigían a buscar un vehículo para una actividad de la iglesia, a bordo de una motocicleta, cuando fueron interceptados por desconocidos.
Javier de Jesús Hernández fue sepultado en el cementerio Cristo Pedregal, del municipio Pedro Brand, provincia Santo Domingo, mientras que José Manuel Gómez, mejor conocido como Joselo, fue enterrado en el Cristo Redentor, en el Distrito Nacional.
Entre lágrimas, los familiares de los jóvenes, residentes en el sector El Brisal de La Guáyiga, piden a la Policía Nacional investigar el incidente para identificar a los responsables del crimen.
Suceso
Javier recibió cuatro disparos, mientras que Joselo recibió uno. A pesar de que este último fue trasladado a un centro de salud, falleció mientras recibía atención médica.
Javier era el menor de seis hermanos y había dejado sus estudios para trabajar en una fábrica de cerámicas y así sustentar su familia.
Su sonrisa era contagiosa y nunca se mostraba triste ante cualquier situación que tuviera, según relató su madre, Feliciana de Jesús, quien no acudió al sepelio de su hijo ante el dolor que siente por su pérdida.
Manifestó que no aguantaría ver cómo su hijo era entrado en nicho “por culpa de personas inhumanas que le quitaron la vida sin piedad”.
Mientras que, Joselo dejó cuatro hijos en la orfandad, uno de estos con apenas dos meses.