Señales de alerta que indican que es hora de cambiar de terapeuta

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Buscar ayuda psicológica puede ser el primer paso hacia el
bienestar emocional, pero reconocer cuándo una terapia no está
funcionando es igual de importante. No todas las relaciones entre
paciente y terapeuta son exitosas, y quedarse en una dinámica poco
productiva puede frenar tu progreso. Hoy exploramos las
señales clave que indican que tal vez sea momento
de buscar otro profesional.

No ves avances
después de varias sesiones

La
terapia
no es mágica ni instantánea, pero debería producir
algún cambio con el tiempo. Si después de varias sesiones continúas
sintiéndote igual o incluso peor, es posible que la estrategia
terapéutica no sea la adecuada para ti. Un terapeuta efectivo te
ayudará a identificar metas claras y a trabajar para alcanzarlas
progresivamente. Si no notas mejoría tangible, es
una señal de alarma.

Falta de conexión o
empatía

El vínculo entre paciente y terapeuta es esencial. Si sientes
que tu terapeuta no te escucha, minimiza tus emociones o no crea un
espacio seguro, es difícil avanzar. La empatía no significa siempre
estar de acuerdo contigo, pero sí implica que te hagan sentir
validado y comprendido. Si esto falta, la
confianza se rompe, y la confianza es la base del proceso
terapéutico.

Te sientes juzgado o
incómodo

Una buena sesión de terapia debe sentirse como un espacio seguro
donde poder hablar abiertamente, incluso sobre temas difíciles o
incómodos. Si su terapeuta hace comentarios críticos, usa sarcasmo
o dice cosas que lo hacen sentir incómodo, puede perjudicar su
progreso emocional. Sentirse seguro, comprendido y
respetado
es lo mínimo para que la terapia sea eficaz. Sin
esa confianza, es difícil abrirse completamente, lo que puede
impedirle lograr un progreso real.

Foto Freepik

Enfocan el
proceso en temas irrelevantes

Si notas que tu terapeuta insiste en discutir asuntos que no
sientes relevantes o no conectan con tus inquietudes, puede que no
estén alineados con tus necesidades. Un terapeuta debe ajustar su
enfoque según tus metas y prioridades. Ignorar tu realidad actual y
elegir temas sin propósito aparente es una bandera
roja
.

No respetan límites
profesionales

El profesionalismo es clave en la relación terapéutica. Cuando
un terapeuta cruza límites, como compartir información personal
inapropiada, romper la confidencialidad o mostrar conductas
invasivas, se pierde la base ética del tratamiento. Estos
comportamientos no solo son poco éticos, sino que también pueden
ser emocionalmente dañinos.

Te dicen que no puedes
mejorar

Si un terapeuta te hace creer que tu situación no tiene solución
o que tu bienestar es inalcanzable, es momento de reconsiderar tu
elección. Un enfoque pesimista o rígido puede limitar seriamente tu
progreso. Los terapeutas están ahí para motivarte y
empoderarte
, no para crear un sentimiento de
resignación.

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Carece
de preparación o actualización profesional

La psicología es un campo que evoluciona constantemente, y un
buen terapeuta debería estar actualizado en técnicas y
conocimientos. Si notas que usan métodos obsoletos o no respaldados
por evidencia científica, podría ser el momento de buscar a alguien
más capacitado. Tu salud mental merece un tratamiento
efectivo y profesional
.

¿Qué hacer si
necesitas cambiar?

Si has identificado alguna de estas señales, no tengas miedo de
tomar medidas. Habla abiertamente con tu terapeuta primero; a
veces, un simple ajuste puede mejorar la relación. Sin embargo, si
persisten las mismas dinámicas negativas, buscar otro profesional
es lo más saludable. Cambiar de terapeuta no significa que hayas
fallado, sino que estás priorizando tu bienestar.

La importancia de
tu bienestar emocional

Tu
bienestar emocional
importa más que cualquier incomodidad
temporal asociada con cambiar de profesional. Elegir un terapeuta
adecuado es como encontrar un compañero de entrenamiento para tu
mente. Si no te sientes apoyado o entendido, nunca será productivo.
Busca a alguien que realmente crea en tu potencial
y te ayude a trabajar hacia el cambio que deseas.

Cuando se trata de terapia, recuerda que no es solo sentarte en
una sesión semanal. Es sobre trabajar activamente hacia un lugar
donde te sientas mental y emocionalmente mejor. Si algo no está
funcionando, ya sea el enfoque o la conexión con tu terapeuta,
tienes todo el derecho de ajustarlo. Cambiar o hablarlo no
significa fracaso; significa que estás tomando el control y
priorizando lo que necesitas. Nadie conoce tus emociones mejor que
tú, y buscar lo que realmente te funciona es una parte esencial del
proceso. Tu bienestar merece cada esfuerzo que pongas en ello.

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Dany Levito
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