Desde hace varias semanas, incluso meses, el servicio eléctrico ha presentado contratiempos en distintas regiones del país. La deficiencia en la red energética se ha manifestado por los apagones que, según usuarios, son constantes y prolongados, fallas en las líneas de transmisión y subestaciones, así como por averías en transformadores.
A raíz de esta situación, usuarios de las empresas distribuidoras de electricidad (EDE), principalmente Edesur y Edeeste, se han quejado por las continuas interrupciones en el suministro de electricidad y las altas facturas de energía.
“Siempre pago (por el servicio eléctrico) RD$1,500 o RD$2,000, y ahora me llega de RD$4,600. El doble de lo que he estado pagando. Realmente, no sé por qué”, comentó Rosanny Castillo, una comunitaria del sector Mejoramiento Social, Distrito Nacional.
Judith Jiménez, residente de San Isidro, Santo Domingo Este, señaló que en su sector la energía “se está yendo” con mayor regularidad, a pesar de que el servicio es prometido como de 24 horas. Ana Ureña, de Alma Rosa I, relató que las interrupciones son de hasta seis y siete horas en la madrugada.
Estos apagones, que en muchas ocasiones se atribuyen a la fuerte ola de calor y la alta demanda de energía, continuarán según el presidente del Consejo Unificado de las Empresas Distribuidoras de Electricidad (CUED), Celso Marranzini. Marranzini explicó que la ineficiencia del sistema actual no está preparada para la demanda de la población, subrayando la antigüedad de algunas subestaciones que datan de 1970.
Distribución, el gran problema
Aunque el país produce suficiente energía, con la demanda máxima del Sistema Eléctrico Nacional Interconectado (SENI) alcanzando niveles récord, el problema radica en la distribución. Las pérdidas de energía acumuladas de las EDE, que incluyen Edeeste, Edenorte y Edesur, fueron del 37.2% en el primer semestre de este año. El déficit comercial fue de US$141.9 millones, según el Ministerio de Energía y Minas.
Henri Hebrard, economista, indicó que este problema en la distribución es un desafío central en la agenda de reforma que el Gobierno de Luis Abinader planea introducir. Aunque el presidente busca duplicar el crecimiento económico del país, el déficit de las EDE podría frenar esa visión. La reforma eléctrica necesitará “enormes inversiones” que solo podrían ser financiadas por el sector privado.
Hebrard añadió que las pérdidas se deben a tres factores: más del 30% de la energía servida no se factura, el cobro de lo facturado ha empeorado y los costos altos de las estructuras. Para sostener el modelo financiero y evitar el riesgo de que los financistas se cierren al sector eléctrico, es crucial resolver estos problemas de distribución.
