NUEVA YORK — Sean “Diddy” Combs fue sentenciado el viernes a cuatro años y dos meses en un caso penal federal que expuso el uso por parte del magnate del hip-hop de trabajadoras sexuales remuneradas para fiestas sexuales, a veces violentas y cargadas de drogas, a las que él llamaba “freak-offs”.
Combs, de 55 años, fue declarado culpable en julio de transportar personas por todo el país, incluyendo a sus novias y trabajadores sexuales masculinos, para participar en encuentros sexuales.
Fue absuelto de los cargos de tráfico sexual y crimen organizado que podrían haberlo llevado a prisión de por vida, pero la sentencia, no obstante, mantendrá a una de las figuras más importantes de la música alejada de la luz pública y tras las rejas durante años. La fiscalía había solicitado una sentencia de 11 años.
En una última palabra antes de que el juez dictara sentencia, Combs calificó su comportamiento pasado de “repugnante, vergonzoso” y “enfermo”, al tiempo que se disculpó con las personas a las que lastimó física y mentalmente, así como con sus hijos presentes en el público. Dijo que sus actos de violencia doméstica son una carga que tendrá que llevar por el resto de su vida.
Los abogados defensores de Combs argumentaron que los encuentros sexuales fueron consensuales y querían que Combs fuera liberado inmediatamente después de más de un año detenido, lo que lo obligó a desintoxicarse y alimentó su remordimiento. El viernes, reprodujeron un video de 11 minutos en la corte que retrata la vida familiar, la carrera y la filantropía de Combs antes de su arresto.
En un momento del video, Combs se llevó una mano a la cara y comenzó a llorar, con los hombros agitados por momentos. Se esperaba que Combs hablara en la corte más tarde el viernes.
El video formó parte de una presentación atípica del equipo de defensa, que refleja la singularidad de Combs como cliente famoso y adinerado, experto en moldear su imagen.
Su juicio de casi dos meses en un tribunal federal de Manhattan contó con el testimonio de mujeres que afirmaron que Combs las golpeó, amenazó, agredió sexualmente y chantajeó. La fiscal Christy Slavik declaró al juez que evitar que Combs pasara años de prisión sería excusa para años de violencia. “Se trata del caso de un hombre que cometió actos horribles contra personas reales para satisfacer su propia gratificación sexual”, dijo. “No necesitaba el dinero. Su moneda era el control”.
Slavik también criticó duramente a Combs por supuestamente haber reservado una conferencia en el sur de Florida la próxima semana, calificándolo de “el colmo de la arrogancia”. El abogado defensor, Xavier Donaldson, declaró posteriormente que los eventos comunitarios propuestos pretendían mostrar lo que el magnate empresarial podría estar haciendo “si el tribunal dejara en libertad al Sr. Combs”.
El juez federal de distrito Arun Subramanian, quien ha denegado la libertad bajo fianza en dos ocasiones, ya ha señalado que es poco probable que Combs salga de la cárcel pronto. Aseguró que las absoluciones no absolvieron al magnate musical de la conducta subyacente, incluyendo violencia y coerción.
Varios de los hijos de Combs le pidieron clemencia.
Sus hijas, Chance y D’Lila Combs, lloraron al hablar. D’Lila expresó su temor de perder a su padre tras la muerte de su madre, Kim Porter, en 2018. Seis de los siete hijos de Combs se dirigieron al juez.
“Por favor, su señoría, por favor”, dijo D’Lila entre lágrimas, “déle a nuestra familia la oportunidad de sanar juntos, de reconstruir, de cambiar, de seguir adelante, no como titulares, sino como seres humanos”.
Afuera del juzgado, periodistas y curiosos abarrotaban las aceras mientras los equipos de televisión formaban una larga fila al otro lado de la calle, repitiendo escenas del juicio de Combs.
Combs fue condenado bajo la Ley Mann, que prohíbe el transporte de personas a través de las fronteras estatales con fines de prostitución. El abogado defensor, Jason Driscoll, argumentó que la ley se aplicó incorrectamente.
Durante su testimonio en el juicio, la exnovia Casandra “Cassie” Ventura declaró ante el jurado que Combs le ordenó tener relaciones sexuales “repugnantes” con desconocidos cientos de veces durante su relación de una década. El jurado vio un video de él arrastrándola y golpeándola en el pasillo de un hotel de Los Ángeles después de uno de esos encuentros de varios días.
Otra mujer, identificada como “Jane”, testificó que la presionaron para tener relaciones sexuales con trabajadores masculinos durante “noches de hotel” llenas de drogas, mientras Combs observaba y, a veces, filmaba.
La única acusadora programada para declarar el viernes, una exasistente conocida como “Mia”, se retiró tras las objeciones de la defensa. Acusó a Combs de violarla en 2010 y solicitó al juez una sentencia que refleje “el peligro constante que representa mi abusador”.
Los fiscales también presentaron testimonio en el juicio sobre otros presuntos actos de violencia. Una amiga de Cassie dijo que Combs la colgó del balcón de un piso 17. El rapero Kid Cudi afirmó que Combs irrumpió en su casa tras enterarse de que salía con Cassie.
Otro abogado de Combs, Brian Steel, instó al juez a analizar el caso desde la perspectiva del “trauma no tratado” y la “feroz adicción a las drogas” que, según él, contribuyeron a la mala conducta del magnate del hip-hop.
“Su bien supera con creces su maldad”, declaró Steel.
En una carta dirigida al juez el jueves, Combs escribió: “Mi antiguo yo murió en la cárcel y renació una nueva versión de mí”, prometiendo que nunca volvería a cometer otro delito.
Cassie, en su propia carta, lo describió como un abusador que “siempre será el mismo hombre cruel, ávido de poder y manipulador que es”.
En una audiencia la semana pasada, Combs les dijo a su madre e hijos que estaba “acercándose para volver a casa”.
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