
Oscar Piastri ha llegado al Media Day de Abu Dhabi con la serenidad de quien sabe que, paradójicamente, juega su baza más complicada… en el fin de semana más sencillo de gestionar de su vida. A 16 puntos del líder, Lando Norris, y con Max Verstappen también por delante, el australiano aterriza en Yas Marina como tercer contender al título, el que menos opciones tiene… y, quizá por eso, el que menos presión carga encima.
Al menos, así lo siente él. Porque mientras McLaren F1 insiste en que no hay “piloto preferido” —aunque la lectura del paddock apunte en una dirección muy concreta—, Piastri sabe que para ser campeón necesitará algo más que velocidad: necesitará una debacle ajena y una actuación perfecta propia. Qatar le devolvió la confianza, sí, pero los últimos meses no han sido amables con él.
Y aun así, sonríe. Se mueve ligero. Su discurso es más de libertad que de obligación. Cuando le preguntaron por la presión de jugarse el título por primera vez, Piastri tiró de archivo personal. Porque él sí sabe lo que es defender un liderato en un final de temporada: lo hizo en F3 y en F2, donde ganó ambas categorías en su año debut.
Y por eso entiende mejor que nadie lo que vive Norris. “Estoy relajado. He estado en el lado opuesto de la batalla en las categorías junior y sé lo que se siente, fue bastante duro”, admitió. “Llegar desde la posición del que menos tiene que perder es muy diferente para mí”.
Piastri reconoce que necesita “unas cuantas cosas” a su favor para salir campeón, pero insiste en agarrarse a lo que sí depende de él. “Después de Qatar tengo mucha confianza en que puedo rendir bien. Solo intentaré estar en el lugar adecuado, en el momento adecuado, y ver qué pasa”.
Piastri, sobre las posibles órdenes en McLaren
Era inevitable: ¿qué pasa si McLaren necesita que deje pasar a Norris? ¿Existe ese debate? ¿Se ha hablado? ¿Hay órdenes preparadas?
La respuesta de Piastri fue tan limpia como directa: “No es algo que hayamos discutido. Hasta que no sepa lo que se espera de mí, no tengo una respuesta”.
Una contestación prácticamente calcada a la de Norris. Pero en un equipo donde cada detalle cuenta y donde la narrativa externa coloca al británico como prioridad natural, el australiano evita la polémica y se aferra al guion correcto.
No reclama nada. No exige. No se adelanta a escenarios. Abu Dhabi pondrá a prueba ese equilibrio.
El precedente Vettel 2010… y la sombra de Webber
La estadística es traviesa: las dos últimas veces que tres pilotos llegaron con opciones al final, ganó el tercero: Räikkönen en 2007 y Vettel en 2010. Y este último caso tiene una ironía que el paddock no podía dejar pasar: quien perdió aquel título ante Vettel fue Mark Webber… actual mánager de Piastri.
Pero Oscar no quiere entrar en la narrativa hollywoodiense. “Que haya pasado una vez no significa que vaya a pasar otra. Me da una pequeña comodidad saber que es posible, pero no me apoyo en ello”.
Y sobre devolverle algo a Webber, fue rotundo: “Intento hacerlo por mí. Los pilotos somos bastante egoístas: al final somos los que estamos en el coche. Mark estaría encantado si gano, pero no pienso en pagar nada”.
“Sería muy guay ser campeón… pero no me hago muchas ilusiones”
Piastri no vende humo. Sabe perfectamente cuál es su escenario: es el tercero en discordia, el “sin nada que perder”, el que necesita un milagro —o dos— para tocar la gloria.
Pero el brillo en los ojos no lo disimula nadie.
“Ser campeón sería muy guay. Pero creo que estas cosas tardan en asentarse. Y además, la próxima temporada empieza en unas semanas… pase lo que pase, enseguida te centras en ganar la siguiente carrera”.
Lo dice con esa calma que define a los campeones silenciosos. A los que no necesitan declararlo para creérselo.
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