Por Carlos Arturo Guisarre. Los fondos de pensiones de capitalización individual manejan 1.28 millones de millones de pesos DOP al cierre del 31 de mayo de 2024, tendrán que ponerse al servicio de una población envejeciente que se ha duplicado desde que el inició el sistema de seguridad social actual.
En 2002, el primer año del sistema de administradoras de pensiones, o AFP, la proporción de personas mayores de 65 años en República Dominicana era 5.6%. Es decir, si en ese año la población era de 8,562,541 personas, y 479,502 de ellos tenían más de 65 años.
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Sin embargo, el 9.3% de la población contada en 2022 por el X Censo Nacional de Población Vivienda tenía más de 65 años de edad, es decir, de los 10,773,983 de habitantes en territorio dominicano, 1,001,980 tenían ya más de 65 años, y al parecer la población envjeciente sigue aumentando en absoluto y en proporción.
Ese incremento de la población envejeciente es una mala noticia para los sistemas de seguridad social, que tendrán que atender a una mayor cantidad de personas, con un segmento importante de adultos mayores vulnerables, que no cuentan ni con ahorros de pensión ni con una red familiar que cubra sus necesidades.
Igualmente, el aumento de la población de tercera edad presiona al alza la demanda de medicamentos, por lo que la variación de precios de los fármacos perderá progresivamente su elasticidad.
Ahora bien, este cambio de la población puede ser una buena noticia para el sector salud, así como para los servicios alusivos al ciudado de envejecientes, puesto la tendencia demográfica señala un aumento de sus potenciales clientes.