Dicen por ahí que los pueblos tienen los gobernantes que se merecen. De ser así, República Dominicana confirma que toda regla tiene su excepción porque hace mucho que esta sociedad ha estado evolucionando a un estadio más avanzado, mientras parte importante de su liderazgo político se queda atrás.
Para muestra un botón. Los absurdos contemplados en una ley tan vital como el Código Penal, no me dejan mentir. Es tanto así, que juristas como Laura Acosta señalan hay elementos que, lejos de llevarnos a la pregonada modernidad, nos trasladan a la prehistoria. Y es que no sólo estamos ante un Código Penal que violenta derechos, sino que está lleno de incongruencias técnicas-jurídicas y contradicciones con leyes vigentes.
Sin embargo, cada época pare sus héroes y heroínas, por eso albergo esperanzas de que aparezcan legisladores y legisladores que se pongan a la altura de las circunstancias. Que sean hombres y mujeres de Estado, por lo tanto, separen su fe personal de la colectividad en el manejo de la cosa pública que, pública al fin, afecta a creyentes y no creyentes. La laicidad y preceptos constitucionales como el respeto a la diversidad de cultos deben primar.
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Se buscan legisladores/as que no vean a las mujeres como un objeto o una masa amorfa. Que entiendan son seres vivos y dignos. Con cerebro y voluntad propia. Aptas para tomar decisiones: cuándo parir o con quién tener relaciones sexuales. Reitero, seres vivos y dignos, amparados por el mandato constitucional de protección a la vida desde la concepción hasta la muerte. La vida de las mujeres hay que protegerla.
Se buscan legisladores/as valientes. Que no cojan presión de algunas cúpulas religiosas que, contrario a lo que hizo Jesús, lejos de practicar la verdad y hacernos libres, encadenan a la nación con mentiras, manipulaciones, desinformaciones y odio, antivalores no cristianos. Se hacen llamar provida y son indiferentes a las muertes de las mujeres.
Se buscan legisladores/as que amen este país. Patriotas que cuiden la imagen internacional, fuente primaria de actividades económicas como el turismo, que representa, más o menos, 15% del PIB, y de la inversión extranjera que el primer trimestre de este año alcanzó la cifra récord de 1,280.9 millones de dólares.
Se buscan legisladores/as que eviten nos veamos en el mundo como una nación violadora de derechos. De 194 países reconocidos por Naciones Unidas, sólo cuatro no tienen tres causales: Nicaragua, El Salvador, Honduras y República Dominicana.
Se buscan legisladores/as demócratas, que crean en los consensos, que entiendan que las causales son un punto medio. No se trata de obligar a nadie a interrumpir un embarazo ni tampoco de abortos libres e indiscriminados. Se trata de darle a cada mujer la oportunidad de decidir ante tres causas específicas: cuando la vida de la mujer peligra, cuando el embarazo es producto de violación o incesto o ante la inviabilidad del feto. No síndrome de Down ni nada parecido, sino fetos que no sobrevivirán.
Se buscan legisladores/as que sean profamilia y que, por ende, rechacen la discriminación, las violaciones sexuales y la violencia infantil, porque justamente la violencia es la principal amenaza contra la familia y allí, en el seno familiar, niñez y mujeres están muy expuestas.
Se buscan legisladores/as que no sean corruptos y que, por tanto, no usen el Código Penal para legislar a favor de la prescripción de la corrupción, o de tribunales y legislaciones con privilegios para militares, religiosos y políticos que tengan que rendir cuentas.
Queremos un código nuevo, sí, pero uno que supere el pasado. Y avanzar no es sólo tipificar penalmente la ciberdelincuencia, bullyng y estafas piramidales, etc. La fuente de la modernidad y del progreso es la colocación de la institucionalidad, la igualdad ante las leyes y la dignidad humana en el centro de las políticas públicas y la toma de decisiones y este código hace todo, menos eso.
Los dominicanos y dominicanas merecemos un mejor código y un mejor Congreso y, conociendo este pueblo, tarde o temprano, tendremos ambos. Por eso, si estas demandas caen al vacío se confirmaría que faltan legisladores/as pero sobra compromiso ciudadano, mismo que no tolerará el retroceso y cobrará con votos sus oídos sordos.