Es una verdad del tamaño del monumento que la derrota del PLD en el municipio Santiago constituye un golpe significativo, al perder la emblemática plaza de Abel Martínez y por su efecto directo a la imagen de la candidatura presidencial. No hay que abundar para que eso se entienda, pero existe una cifra reveladora, y es que la Ciudad Corazón tuvo la abstención más elevada de los 158 que competían (68%). Qué pasó que la gente no fue a votar ni siquiera por Ulises, quien triunfó con menos de una séptima parte del total de inscritos (un bajísimo y preocupante 15%). Se dice que el Gobierno se volcó con “tó los jierros” para que Abel perdiera, pero parece que no se cuidó de que Ulises impresionara al menos con una votación decente.