#Salud: un vegetal desconocido, tu mejor aliado

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El tránsito intestinal lento no suele anunciarse con grandes señales, pero se nota en el cuerpo y en el ánimo. Cuando una persona evacúa menos de tres veces por semana, las heces salen duras o hay que hacer mucho esfuerzo, es fácil que aparezcan hinchazón y malestar. Y lo peor es la sensación de estar “atascado” justo cuando más falta hace estar ligero.

En ese contexto, muchas personas se lanzan a probar “remedios” rápidos. Sin embargo, existe un vegetal poco conocido que puede acompañar de forma suave: la malva (en infusión o con sus semillas). La clave está en entender qué hace, cuándo tiene sentido usarla y con qué hábitos funciona mejor.

Tránsito intestinal lento, qué lo causa y cómo se nota

En la práctica, el estreñimiento suele tener causas sencillas y acumuladas. Una dieta con poca fibra, beber menos agua de la necesaria y pasar horas sentado puede frenar el movimiento natural del intestino. El estrés también influye, igual que los viajes, los cambios de horario o ignorar las ganas de ir al baño por ir con prisa.

Algunas medicaciones pueden empeorar el problema, por ejemplo ciertos analgésicos, suplementos de hierro o fármacos que “secan” el tránsito. El cuerpo lo traduce en señales conocidas: gases, vientre abultado, dolor tipo presión, heces pequeñas y duras, o sensación de evacuación incompleta.

Si el cambio es reciente, dura semanas o aparece sangre, pérdida de peso sin motivo, fiebre, dolor intenso o vómitos, conviene consultar cuanto antes. No todo estreñimiento es “normal”, aunque sea frecuente.

El error más común, subir la fibra sin subir el agua

La fibra ayuda, pero necesita agua para hacer su trabajo. Cuando se aumenta la fibra de golpe y no se bebe más, el resultado puede ser el contrario: más dureza, más gases y más distensión. Lo sensato es subir poco a poco, observar cómo responde el cuerpo y acompañar el cambio con líquidos repartidos durante el día.

Foto Freepik

La malva, el vegetal desconocido que suaviza y acompaña al intestino

La malva (Malva sylvestris) no tiene la fama de otras plantas digestivas, pero destaca por sus mucílagos. Dicho sin tecnicismos, esos mucílagos forman una textura parecida a un gel que ayuda a hidratar el contenido intestinal. Eso puede traducirse en heces más blandas y un paso más cómodo, sin irritar.

Por eso se menciona a menudo la malva para el estreñimiento como un apoyo amable, sobre todo cuando hay heces duras, fisuras o hemorroides y se busca un remedio suave. No empuja el intestino “a la fuerza”; acompaña y protege.

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Aun así, no es magia. En un tránsito intestinal lento, la malva suele funcionar mejor si se combina con agua suficiente, comida rica en fibra y algo de movimiento diario. Si el entorno no cambia, el efecto puede quedarse corto.

Cómo tomar malva (infusión o semillas remojadas) sin complicarse

Suele encajar en estreñimiento leve o puntual. Muchas personas la toman en infusión de hojas o flores, con un reposo breve, y la repiten a lo largo del día, a menudo dos o tres tazas. Otra opción es usar semillas remojadas, siguiendo las indicaciones del producto, y manteniendo una buena hidratación.

Precauciones básicas y cuándo no usarla

Si hay embarazo, lactancia, enfermedad intestinal diagnosticada o medicación habitual, lo prudente es pedir consejo profesional antes de usarla a diario. Si aparecen dolor fuerte, fiebre, sangre, vómitos o estreñimiento persistente, hace falta valoración médica.

Un plan simple para que la malva funcione mejor en 7 días

Cuando se acompaña, la malva gana sentido. En una semana, suele ayudar priorizar agua repartida (no solo “de golpe”), sumar verduras con buena fibra como acelgas, brócoli o espinacas, y añadir fruta que a muchas personas les va bien, como kiwi o pera con piel. Las ciruelas pasas también pueden apoyar si se toleran.

El objetivo no es hacerlo perfecto, sino constante. Un rango habitual de fibra diaria está entre 20 y 35 g, pero lo importante es subir gradualmente para evitar gases. También ayuda caminar cada día, aunque sea un rato; el movimiento despierta el intestino con más eficacia de lo que parece.

Señales de que va mejorando (y señales de alarma)

Mejoría suele significar heces más blandas, menos esfuerzo, menos hinchazón y más regularidad. Si aun con agua, fibra, movimiento y malva no hay avance, o si aparecen señales de alarma, conviene consultar sin esperar.

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