#Salud: un caso que alerta sobre prácticas peligrosas

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Un trágico incidente ocurrido en West Virginia ha puesto en foco
la importancia de informar y educar sobre los
riesgos
de remedios caseros para bebés. Un infante de tan
solo cuatro meses perdió la vida después de que sus padres, guiados
por creencias populares, le frotaran alcohol etílico en las encías
para calmar su malestar.

Este tipo de práctica, aún defendida por algunas generaciones,
se aleja completamente de los consejos médicos modernos y ha dejado
consecuencias irreversibles. El caso ha causado alarma tanto en el
entorno de la salud infantil como en la opinión pública, destacando
la necesidad de reforzar el acceso a información confiable y
atención médica adecuada.

El
peligro real detrás de remedios caseros para la
dentición

En diversas culturas, el uso de alcohol, aceites o
hierbas
para aliviar la incomodidad de la dentición en
bebés
es común. Muchos creen que frotar alcohol en las encías ayuda a
calmar el dolor, pero los especialistas advierten que esta
costumbre pone en riesgo la vida.

El metabolismo de un bebé es muy diferente al de un adulto. Los
órganos, incluido el
hígado
, aún no están listos para procesar sustancias tóxicas
como el etanol. Una pequeña dosis, imperceptible para un adulto,
puede resultar mortal para un niño tan pequeño. La
intoxicación por alcohol puede causar daños cerebrales, paro
respiratorio y la muerte.

El caso ocurrió tras semanas de uso diario. La autopsia detectó
un nivel letal de alcohol en la sangre de la menor, confirmando el
vínculo entre la práctica y el desenlace fatal.

Hogares
vulnerables y negligencia: otro factor de riesgo

Al investigar los hechos, las autoridades encontraron que la
familia vivía en condiciones precarias. La falta de
higiene, presencia de plagas y carencia de agua
corriente
complican aún más la salud de los niños
pequeños. Estas situaciones aumentan el riesgo de enfermedades e
impiden un entorno seguro para el
desarrollo infantil
.

La negligencia, muchas veces relacionada con desinformación,

pobreza
o problemas de adicción en los cuidadores, se suma como
un factor de peso en tragedias como esta. El descuido no solo se
refleja en el uso de remedios peligrosos, sino también en la
ausencia de condiciones básicas para la vida.

Alcohol
en bebés: una práctica prohibida y mortal

Médicos y pediatras de todas partes dejan muy claro que
el alcohol nunca debe aplicarse en la boca de un
infante
. Ni para calmar la dentición ni con otros fines.
Las consecuencias pueden aparecer en minutos y ser
irreversibles.

El uso de alcohol en las encías puede generar intoxicación
sistémica. Los bebés no regulan bien su temperatura ni metabolizan
tóxicos. Síntomas como vómitos, dificultad para respirar, letargo o
llanto débil indican alerta. Sin intervención médica de urgencia,
el desenlace puede ser fatal.

Además de la intoxicación, la exposición repetida a sustancias
peligrosas debilita el sistema inmune y puede dejar secuelas de por
vida. El consejo de “si mi abuelita lo hacía, está bien” no
se sostiene ante la evidencia médica actual.

Foto Freepik

Alternativas
seguras para el dolor de encías

La dentición suele ser un proceso incómodo,
pero existen soluciones probadas y seguras. Paños fríos, masajes
suaves con el dedo limpio o mordederas de silicona son opciones
recomendadas por especialistas.

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Es importante acudir a un pediatra si el bebé muestra
dolor extremo, fiebre alta o no quiere comer. Solo un profesional
puede indicar si es necesario un tratamiento adicional o si hay
algún problema mayor.

Evitar remedios caseros y confiar en el criterio de expertos
ahorra complicaciones. El acceso a la salud y la información
confiable marcan la diferencia y previenen tragedias.

La
responsabilidad colectiva ante la infancia

Este suceso no solo refleja una práctica aislada, sino un
síntoma de problemas más amplios: desinformación, pobreza,
falta de acceso a servicios de salud y estructuras sociales
debilitadas
. Los accidentes y muertes prevenibles en la
infancia no pueden seguir siendo aceptados como simples errores o
fatalidades.

La prevención pasa por campañas educativas, apoyo a familias
vulnerables, vigilancia social y la promoción activa de derechos
infantiles. Proteger la vida de los más pequeños es una
responsabilidad que implica tanto a gobiernos como a la sociedad
civil.

Informar, acompañar y educar evita confusiones
que pueden terminar en tragedia. Es necesario abrir el diálogo en
comunidades y redes familiares sobre qué es seguro y qué no para el
cuidado de los niños.

Reflexión en torno
al cuidado infantil

Casos como este recuerdan el valor de la prudencia y el papel
central de la confianza en fuentes médicas
reconocidas. Las soluciones fáciles que circulan en boca de todos
no reemplazan el conocimiento científico ni la experiencia
clínica.

El bienestar de los niños debe estar por encima de mitos o
costumbres. Cada decisión en la crianza deja huella. Elegir la
información correcta puede salvar vidas, mientras que un error, por
inocente que parezca, puede tener consecuencias devastadoras.

Nunca es tarde para aprender, compartir conocimientos y cambiar
patrones que arriesgan la salud de los más vulnerables. Mantenerse
actualizado, preguntar y consultar ayuda a resolver dudas y protege
el futuro de los niños. La tragedia de una familia puede servir
como alerta para miles de padres y cuidadores: la salud
infantil depende de decisiones informadas y
responsables
.

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