#Salud: ¿Tienes más de 60 años? Come estos alimentos para envejecer saludablemente

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A partir de los 60 años lo que se pone en el plato influye cada día en la energía, la memoria, los huesos y el ánimo. No se trata de seguir dietas raras ni modas pasajeras, sino de elegir mejor algunos alimentos habituales para ganar salud y autonomía. La investigación reciente sobre envejecimiento saludable y dieta mediterránea muestra que una alimentación rica en frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y grasas saludables ayuda a proteger el corazón, el cerebro, los músculos y la digestión.

Alimentos clave para mantener músculos fuertes y energía después de los 60

Con la edad el cuerpo pierde músculo con más facilidad, fenómeno conocido como sarcopenia, y esa pérdida reduce la fuerza, la estabilidad y la capacidad de seguir haciendo cosas solo. Para frenar este proceso conviene asegurar una buena ración de proteína y energía en cada día, junto con algo de actividad física adaptada.

Las proteínas saludables proceden de alimentos sencillos y accesibles: pescado blanco y azul, pollo sin piel, pavo, huevos, yogur y queso bajos en grasa, además de legumbres como lentejas, garbanzos o alubias. Las guías de nutrición para mayores recomiendan repartir la proteína entre desayuno, comida y cena, en lugar de concentrarla solo en una de las comidas.

Cuando aparecen problemas de masticación o prótesis dentales, resulta útil recurrir a preparaciones suaves. Purés de legumbres, cremas de verduras con queso fresco, tortillas jugosas, pescados guisados o estofados de pollo permiten seguir tomando buena proteína sin molestias al comer.

Proteínas de calidad que cuidan músculo, huesos y defensas

La persona mayor necesita algo más de proteína por kilo de peso que en la juventud para mantener la masa muscular y unas defensas eficaces. La combinación de pescado, huevos, legumbres y lácteos bajos en grasa ayuda a proteger huesos y sistema inmune, sobre todo si se toma a diario. No hacen falta raciones enormes, basta con incluir estos alimentos en cada comida y acompañarlos de verduras, sopas ligeras o ensaladas sencillas para completar el plato.

Frutas, verduras y cereales integrales para un corazón y un cerebro más sanos

Las frutas, las verduras y los cereales integrales aportan fibra, vitaminas y antioxidantes que protegen corazón, cerebro e intestino. Ejemplos muy prácticos son las frutas rojas, los cítricos, la manzana, la pera, la espinaca, el brócoli, la zanahoria, la avena, el pan integral y el arroz integral. Los estudios sobre dieta mediterránea en personas mayores relacionan este patrón con menor riesgo de infarto, deterioro cognitivo y algunos tipos de cáncer.

Para la salud es preferible la fruta entera frente a los zumos, incluso caseros, porque la pieza completa sacia más y mantiene la fibra. Esa fibra ayuda a ir mejor al baño, reduce el estreñimiento y contribuye a controlar el azúcar en sangre, algo clave cuando ya hay diabetes o se quiere prevenir su aparición.

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Foto Freepik

Colores en el plato: antioxidantes que retrasan el envejecimiento

Los colores intensos en frutas y verduras, como el rojo, morado, verde oscuro o naranja, indican una buena cantidad de antioxidantes que protegen las células frente al paso del tiempo. Los frutos rojos, los cítricos, las verduras de hoja verde y las crucíferas como el brócoli son grandes aliados del cerebro y del corazón. Consumidos con frecuencia se asocian con mejor memoria, menos inflamación general y una piel más cuidada, sin necesidad de usar términos técnicos ni suplementos caros.

Grasas saludables, huesos fuertes y buena digestión después de los 60

No todas las grasas se comportan igual en el organismo. Las grasas saludables favorecen el corazón, el cerebro y la piel, mientras que otras saturadas y de productos muy procesados perjudican la circulación. En la cocina diaria conviene priorizar el aceite de oliva virgen, el aguacate y los frutos secos en pequeñas cantidades, siguiendo el modelo de la dieta mediterránea que recomiendan muchas sociedades médicas.

Para cuidar huesos y dientes entran en juego el calcio y la vitamina D, presentes en lácteos bajos en grasa, pescados grasos y huevos, junto con algo de exposición solar responsable. Los probióticos de yogures y kéfir ayudan a mantener una microbiota intestinal diversa, mejoran la digestión y se relacionan con mejor ánimo y más energía diaria. Reducir frituras frecuentes, bollería industrial y ultraprocesados, sin obsesión ni culpa, y cambiar la forma de cocinar puede marcar una gran diferencia con el tiempo.

Aceite de oliva, frutos secos y lácteos bajos en grasa como aliados diarios

El uso diario de una cucharada de aceite de oliva virgen en crudo, un puñado pequeño de frutos secos naturales y raciones moderadas de yogur o queso bajo en grasa encaja bien en la alimentación de quien ha pasado los 60. Esta combinación ayuda a controlar el colesterol, protege el corazón y aporta calcio importante para los huesos. Puede añadirse aceite y frutos secos a ensaladas o tostadas, y tomar el yogur como postre o merienda simple, siempre dentro de una dieta variada y adaptada a las necesidades personales.

Después de los 60 años, comer más proteínas de calidad, frutas y verduras variadas, cereales integrales, grasas saludables y lácteos bajos en grasa se traduce en más independencia, mejor memoria y mayor bienestar diario. Revisar la despensa con calma y hacer pequeños cambios, como sumar una fruta al día, incluir legumbres varias veces por semana o cambiar aceites refinados por aceite de oliva, permite cuidar la salud sin complicaciones. Cada elección en el plato se convierte en una inversión directa en una vejez más activa y plena.

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