La tragedia de Renna O’Rourke sacudió a miles
de familias y encendió las alertas sobre uno de los retos virales
más peligrosos del momento.
El ‘dusting’, también conocido como ‘chroming’ o ‘huffing’, no
es un fenómeno nuevo, pero sí ha ganado fuerza gracias a su
exposición en redes sociales. Consiste en inhalar aerosoles
de limpieza, sobre todo aquellos que se usan para quitar
el polvo a teclados y computadoras. Sus efectos inmediatos llevan a
una rápida sensación de ligereza, pero ponen en juego la salud de
una manera brutal.

A diferencia de otras sustancias, estos productos se venden
libremente en casi cualquier tienda, sin control de edad y sin
dejar rastros en pruebas antidroga convencionales. Así, los
adolescentes ven en ellos una alternativa económica y
discreta para experimentar sensaciones extremas, ignorando
que un solo intento puede ser fatal, como le ocurrió a Renna.
Componentes tóxicos e impacto en la salud
Los aerosoles de limpieza contienen químicos como
hidrocarburos, gases propulsivos y compuestos
fluorados. Estos elementos no están diseñados para ser
inhalados y cuando entran al cuerpo a través de los pulmones,
pueden desplazar el oxígeno y afectar el funcionamiento de órganos
vitales.
El impacto es devastador: daños inmediatos en el cerebro,
arritmias cardíacas, insuficiencia respiratoria y el síndrome de
muerte súbita por inhalación. Además, quienes sobreviven a un
episodio grave pueden quedar con secuelas neurológicas permanentes,
problemas hepáticos o incluso entrar en coma. La inhalación
frecuente de estos productos puede generar adicción y aumentar la
tolerancia, lo que a menudo lleva a repetir y escalar el
riesgo.
El rol de las redes sociales y la viralidad
TikTok, Instagram y otras plataformas digitales han jugado un
papel central en la popularización del ‘dusting’, ya que
algoritmo de estas aplicaciones suele premiar los
contenidos más vistos y compartidos, empujando los retos virales a
los primeros puestos de visibilidad.
Por otro lado, la presión social en línea es real: no solo se
normaliza la práctica, sino que parece un simple “juego” hasta que
ocurre una tragedia. El anonimato y la falta de filtros efectivos
contribuyen a que videos peligrosos circulen con escaso control y
lleguen a millones de jóvenes.

Renna O’Rourke
El caso de Renna O’Rourke, una advertencia para padres y
jóvenes
Renna O’Rourke soñaba con ser famosa y, lamentablemente, ese
sueño se cumplió de la peor manera. Tras probar el reto, su salud
se deterioró rápidamente y nunca volvió a recuperar la consciencia.
Sus padres, Aaron y Dana, pasaron días
desesperados en el hospital antes de confirmar su muerte cerebral.
Ahora, la familia de Renna usa su historia para advertir a otros
sobre los peligros del ‘dusting’.
Sus mensajes son contundentes: no hay que confiarse ni
subestimar el peligro y recomiendan investigar lo que hacen los
hijos, revisar sus habitaciones y mantenerse siempre informados
sobre las tendencias en redes sociales. La historia de Renna sirve
como una dolorosa llamada de atención que ninguna familia debería
ignorar.
¿Qué pueden hacer los padres, educadores y plataformas
digitales?
La mejor arma contra el ‘dusting’ y otros retos peligrosos es la
prevención. Padres y madres deben hablar abiertamente sobre el
tema, explicar los riesgos de juegos virales y fomentar la
confianza para que los jóvenes se atrevan a pedir ayuda si ven algo
fuera de lugar.
La supervisión digital, sin caer en la invasión de la
privacidad, puede ayudar a identificar patrones de consumo
problemáticos o contenidos dañinos. Los educadores también juegan
un papel clave al incluir charlas sobre riesgos en su plan de
estudios y crear entornos donde los estudiantes sientan que pueden
expresarse sin miedo.
Las plataformas tecnológicas tienen responsabilidad. Deben ser
más rápidas y efectivas al identificar y eliminar videos que
promuevan conductas peligrosas, y potenciar campañas informativas
dentro de sus propias comunidades.
El reto viral ‘dusting’ es una amenaza real y silenciosa que
puede arrebatar vidas en cuestión de minutos. La historia de Renna
O’Rourke es un recordatorio del alto costo de la desinformación y
la presión social en la era digital. Reconocer los peligros,
mantener el diálogo abierto en casa y exigir controles más
estrictos son pasos que pueden evitar tragedias similares. Proteger
a los jóvenes debe ser un esfuerzo conjunto entre familias,
educadores, plataformas digitales y toda la sociedad.
No miraremos para otro lado: hay que actuar ahora, porque los
retos virales solo seguirán cambiando de nombre, pero el riesgo
siempre será el mismo.



