#Salud: ¿Son saludables los frutos secos?

0
305


El consumo de frutos secos despierta cada vez más interés.
Quienes buscan opciones de snack natural, un aliado para el
desayuno o energía rápida suelen verlas como una alternativa
sencilla frente a productos ultraprocesados. Pero, ¿qué se
considera fruto seco? No hablamos de nueces o semillas, sino de
frutos frescos deshidratados como uvas pasas, ciruelas, dátiles,
higos o albaricoques, a las que se les ha retirado gran
parte del agua
.

Hoy, la presencia de frutos secos en la alimentación cotidiana
va en aumento. Aparecen en mezclas, barras energéticas y hasta
postres light. Es importante preguntarse si son tan saludables como
parecen. La respuesta depende de entender cómo influyen en la dieta
y cuáles son sus efectos reales según la ciencia más reciente.

Perfil
nutricional y beneficios de los frutos secos

Los
frutos secos
concentran nutrientes y sabor. Al extraerles el
agua, sus componentes se vuelven más densos y cada bocado aporta
energía, fibra y micronutrientes en pequeñas porciones. Su fama
como alimento saludable proviene de su capacidad para sumar
positivamente a la salud cardiovascular, digestiva y metabólica,
siempre que se consuman con equilibrio.

Aporte de fibra,
vitaminas y minerales

Durante la deshidratación, algunas vitaminas como la
vitamina C disminuyen, ya que el calor las
destruye parcialmente. Sin embargo, la fibra y
minerales como el hierro, el
potasio y el calcio suelen
mantenerse o incluso concentrarse. Esta fibra favorece el tránsito
intestinal, genera sensación de saciedad y ayuda a
controlar los niveles de azúcar en sangre, aspecto clave para
quienes cuidan su peso o presentan riesgo de diabetes.

Los micronutrientes destacados varían: por
ejemplo, las ciruelas pasas son ricas en potasio y antioxidantes,
los higos secos contienen calcio y magnesio, y los dátiles aportan
hierro. Esta combinación las hace una fuente sencilla de nutrientes
valiosos, especialmente para dietas vegetarianas o en etapas de
crecimiento.

Efectos positivos
comprobados

Diversos estudios epidemiológicos relacionan el consumo regular
de frutos secos, en cantidades adecuadas, con un menor riesgo de
enfermedades crónicas. La fibra y los compuestos
antioxidantes contribuyen a la salud del corazón y reducen la
inflamación. Además, su consumo puede ayudar a
regular el tránsito intestinal y favorecer el control glucémico,
protegiendo frente a la diabetes tipo 2 y ciertos tipos de
cáncer.

En adultos mayores, incrementar la ingesta de fibra a través de
frutos secos puede mejorar el ritmo intestinal y la salud
microbiana del colon. Algunas investigaciones también señalan
beneficios en la memoria y la función cerebral por su aporte de
micronutrientes y antioxidantes, lo que refleja su
impacto más allá de la simple energía.

Foto Freepik

Aspectos
a tener en cuenta al consumir frutos secos

No todos los frutos secos que se encuentran en tiendas son
iguales. Existen grandes diferencias en su procesamiento,
composición y calidad nutricional. El proceso de deshidratación,
aunque natural, concentra los azúcares y las calorías por porción,
lo que puede llevar al sobreconsumo si no se presta atención a la
cantidad ingerida.

Te podría interesar:

Azúcares,
calorías y variedades comerciales

Al perder agua, los frutos secos concentran de forma natural
tanto azúcares como calorías. Por
ejemplo, media taza de uvas contiene cerca de 7,5 gramos de azúcar,
mientras que la misma cantidad en pasas puede llegar hasta los 47
gramos. Esa diferencia muestra cuán fácil es consumir mucho más
azúcar del esperado con solo unas pocas piezas.

Las propuestas del mercado suelen añadir
azúcares o aceites para mejorar
sabor y textura; otras veces, incluyen recubrimientos de jarabe o
glaseados. Estas versiones alteran el perfil nutricional y pueden
sumar grasas saturadas o calorías ocultas, como ocurre con los
chips de plátano confitados.

Optar por frutos secos sin azúcares añadidos ni
aceites innecesarios ofrece una alternativa más natural y
saludable. Leer etiquetas es esencial para identificar ingredientes
extra y elegir opciones más ajustadas a una alimentación
balanceada.

Recomendaciones
para un consumo saludable

La clave está en la cantidad y la
frecuencia. Una porción recomendada suele rondar
entre 15 y 30 gramos al día, dependiendo de las necesidades
energéticas y hábitos de cada persona. Integrarlas al yogur
natural, la avena o ensaladas puede ser una forma práctica y
deliciosa de sumar fibra y sabor.

Evitar consumir grandes cantidades en un solo momento ayuda a
moderar el aporte de azúcar y calorías. Los aceites extraídos de
frutos secos, aunque nutricionalmente ricos en grasas insaturadas,
no contienen fibra y requieren moderación en su uso cotidiano.

Comparados con snacks industrializados, los frutos secos puros
ofrecen más nutrientes esenciales. Sin embargo, la variedad y la
calidad cuentan: las mejores opciones serán siempre aquellas sin
aditivos, colorantes ni azúcares innecesarios.

¿Le resultó útil este artículo?



Source link