#Salud: Secretos de maquillaje que las influencers no quieren que sepas

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El maquillaje que se ve perfecto en redes rara vez depende solo de “buenos productos”. Muchos de esos resultados vienen de detalles pequeños, pero decisivos, que a menudo se saltan en vídeos cortos: la luz, el modo belleza, la preparación de la piel, la forma de poner capas y hasta la manera de difuminar.

Lo que no se ve en cámara: luz, filtros y preparación de la piel

La iluminación frontal suaviza sombras y “plancha” la textura. Si además se suma un filtro o el modo belleza del móvil, el antes y después queda optimizado. Por eso una base muy cubriente parece impecable en pantalla y, en la vida real, marca poros, líneas y parches. Ahora, la tendencia va hacia piel natural y luminosa, tipo satín, y eso exige menos producto y más preparación.

Una piel bien hidratada cambia el acabado de cualquier base. La diferencia suele estar en aplicar una crema ligera y dejarla asentar, y elegir un primer según necesidad real: uno hidratante si hay tirantez, uno alisador si hay poro visible, o ninguno si la piel ya está equilibrada. Cuando se pone una capa gruesa “por si acaso”, la piel se ve más pesada y se mueve peor con el paso de las horas.

El truco del acabado “piel real”: menos base, más corrección puntual

La lógica es simple, se cubre solo donde hace falta. Un poco de corrector en aletas de la nariz, ojeras y rojeces suele dar más efecto “buena cara” que una base completa. La clave está en difuminar con toques, no arrastrando, para no levantar lo que ya está puesto. Así se evita el aspecto acartonado y se mantiene la textura natural.

Polvos con intención: sellar solo zonas clave para no apagar el brillo

Los polvos no están para borrar la luz, están para controlar el movimiento. Sellar ojeras y comisuras ayuda a que el corrector no se cuartee. En pieles mixtas, un toque en la zona T controla brillos sin apagar pómulos y sienes. Ese equilibrio es lo que se ve fresco ahora y aguanta mejor durante el día.

Foto Freepik

Técnicas rápidas que cambian la cara sin contour pesado

El contour marcado se ve evidente fuera de cámara. En cambio, un rubor bien colocado y tonos que armonicen entre sí cambian el rostro con menos esfuerzo. Muchas influencers no lo dicen claro porque vende más el “antes dramático”, pero la colocación lo es casi todo.

Rubor alto y hacia la sien: el “lifting” que se nota más que el contour

Cuando el rubor se pone alto, sobre el pómulo y difuminado hacia la sien, el rostro parece más elevado. El error típico es bajarlo demasiado, cerca del centro de la mejilla, porque arrastra la expresión hacia abajo. Funciona igual en crema o en polvo, siempre que el difuminado vaya hacia arriba y se funda con la base.

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El look monocromático: usar un tono para mejillas, ojos y labios

Usar un mismo tono en mejillas, párpados y labios crea unidad. Puede ser un rubor cremoso aplicado también como sombra, o un labial trabajado en capas finas. En cámara se ve “caro” porque reduce contrastes y hace que la piel parezca más uniforme, aunque sea un solo producto.

Trucos de labios y ojos que parecen edición, pero son técnica

Los retoques ayudan, sí, pero hay dos gestos simples que cambian el resultado incluso sin filtro. Son recursos rápidos, fáciles de repetir y seguros para principiantes si se hacen con suavidad.

Labios más definidos: un toque de corrector en el arco de cupido y bajo el labio

Un punto mínimo de corrector en el arco de cupido y otro bajo el labio inferior afina el borde y da efecto de volumen. Luego se difumina muy bien para que no quede blanco, se perfila cerca del contorno natural y se remata con brillo. Con luz frontal, la definición se nota mucho más en fotos.

Cinta adhesiva como plantilla: sombras y delineado con borde limpio en segundos

Una tira de cinta desde la esquina externa hacia la sien marca el límite. Se aplica sombra o delineador siguiendo ese borde, se retira despacio y se suaviza el corte con una brocha limpia. Conviene probar antes en la mano y evitar la zona si la piel está irritada o muy sensible.

Probarlo todo a la vez confunde. Mejor elegir un solo truco, aplicarlo en la mitad del rostro y dejar la otra mitad “normal”. Luego se compara en luz natural, cerca de una ventana. Ese contraste enseña más que cualquier tutorial, y ayuda a encontrar el maquillaje que se ve bien en la vida real.

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