#Salud: ¿Sabías que esta es la única parte del cuerpo que no siente ningún tipo de dolor?

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La mayoría de las personas siente dolor cuando se pinchan un
dedo, se golpean una rodilla o se muerden la lengua. Sabemos que el
dolor aparece como una especie de alarma para protegernos de los
peligros, pero ¿sabías que hay una zona en nuestro
organismo completamente inmune a cualquier tipo de dolor? Lo más
curioso es que está justo en el centro de todo lo que sientes y
piensas.

La piel es nuestro escudo y está repleta de
terminaciones nerviosas que actúan como vigilantes y pueden
detectar calor, frío, presión y por supuesto, dolor. Cuando te
quemas la mano con una taza caliente, un grupo de sensores llamados
nociceptores envía una señal directa a tu cerebro para avisar que
hay daño y necesitas actuar. Este mecanismo es esencial para
mantenernos a salvo y evitar lesiones graves.

Si el dolor no existiera, podríamos sufrir heridas importantes
sin darnos cuenta. Por eso casi todas las partes del cuerpo, desde
los dedos de los pies hasta la cabeza, están preparadas para
transmitir señales dolorosas siempre que sea necesario. El
dolor tiene una función protectora
que nos obliga a
reaccionar y a proteger nuestro cuerpo.

¿Qué parte del cuerpo no siente dolor?

Aunque parezca una paradoja, la única parte del
cuerpo
que no puede sentir dolor es el mismo lugar donde
se procesan todas las sensaciones: el cerebro. No se trata solo de
ciencia ficción ni de un mito urbano, sino de un hecho
comprobado
por médicos y cirujanos, ya que el tejido
cerebral está completamente desprovisto de terminaciones nerviosas
sensibles al dolor.

Es importante diferenciar entre el cerebro y las membranas que
lo recubren, porque las meninges, los vasos sanguíneos y el cráneo
sí pueden transmitir dolor, motivo por el que sufrimos jaquecas o
dolores de cabeza intensos. Pero el cerebro en sí, ese
órgano blando y gris donde reside la conciencia,
es insensible al daño. De hecho, durante algunas intervenciones
quirúrgicas complejas, los neurocirujanos pueden operar el cerebro
de personas despiertas y estas no sienten dolor alguno en los
tejidos cerebrales.

Foto Freepik

¿Por qué el cerebro no detecta dolor?

La clave está en la ausencia de nociceptores,
esas microestructuras nerviosas responsables de captar el dolor. El
tejido cerebral no posee estos receptores, así que puede ser
manipulado, cortado o tocado en una operación sin que el paciente
experimente ninguna molestia en esa zona. Sin embargo, cuando los
médicos trabajan cerca de las membranas o vasos alrededor del
cerebro, pueden surgir molestias porque esas partes sí están
preparadas para detectar dolor.

Cuando sentimos dolor ubicado en la cabeza, como una
migraña, la señal no proviene directamente del
tejido cerebral sino de otras estructuras nerviosas cercanas que
envían información al cerebro. Por eso, aunque vinculamos el dolor
de cabeza con el cerebro, en realidad son las membranas o vasos
sanguíneos los que envían la señal de alerta.

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Cirugías cerebrales conscientes

Esta singularidad del cerebro ha permitido avances médicos
impresionantes. Hoy, muchas cirugías cerebrales se realizan
con el paciente consciente
usando anestesia local en el
cuero cabelludo y membranas. Esto ayuda a los cirujanos a pedirle
al paciente que realice ciertos movimientos o funciones durante la
operación, comprobando que áreas vitales del cerebro permanecen
intactas.

El conocimiento sobre la insensibilidad del cerebro al
dolor ha salvado vidas
y permitido procedimientos
quirúrgicos más seguros y precisos. Mientras los tejidos
circundantes sí requieren anestesia, el cerebro en sí mismo puede
ser intervenido sin causar sufrimiento.

Foto Freepik

El futuro en la investigación del dolor y la percepción
sensorial

La ciencia sigue buscando cómo funciona el dolor y cómo podemos
controlarlo cuando se vuelve un problema crónico. Investigadores
han descubierto la importancia de proteínas como
PIEZO2
, que ayudan a transmitir sensaciones táctiles y
dolorosas. Los avances en tecnología háptica permiten simular
sensaciones en prótesis o dispositivos para quienes han perdido
partes del cuerpo.

Al mismo tiempo, se investiga cómo bloquear ciertas señales de
dolor o estimular áreas específicas del cerebro para tratar
enfermedades dolorosas. Estas investigaciones buscan nuevos
tratamientos para las personas que cargan con dolor
continuo
. En el futuro, podríamos ver terapias que regulen
la percepción sensorial en casos de daño nervioso o enfermedades
neurodegenerativas.

Gracias a la ciencia, entendemos cada vez más cómo cuidar y
proteger nuestro organismo, valorando esos pequeños avisos de dolor
que nos mantienen a salvo día a día.

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