#Salud: Recomendaciones clave tras el diagnóstico de demencia en un familiar cercano

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Cuando un médico diagnostica demencia, muchas preguntas empiezan
a aparecer. ¿Es Alzheimer o es otro tipo? El Alzheimer es la causa
más común, pero existen otras, como la demencia vascular, que se
produce por problemas de circulación en el cerebro. Existen formas
menos frecuentes como la demencia con cuerpos de Lewy o la
frontotemporal, que tienen síntomas y progresiones diferentes.

A veces, la palabra demencia asusta más por lo
que creemos que por lo que es y no es solo olvidar cosas. En
algunos casos aparecen cambios en el lenguaje, en la conducta o en
el juicio. Por eso, es importante pedir al médico explicaciones
sencillas sobre el tipo de demencia, los síntomas que aparecerán y
cómo esperar que evolucione.

No es necesario entender términos médicos complejos, pero sí
conviene tener claro lo básico. Entender lo que ocurre ayuda a
tomar mejores decisiones, calmar la ansiedad y prepararse para
apoyar a la persona que la padece.

Primeros pasos tras recibir el diagnóstico

Pasado el shock inicial, llega el momento de actuar y es
fundamental ir paso a paso. Lo primero es compartir la noticia con
otros familiares cercanos, hacer equipo te da fuerza y reparte las
cargas. Además, comunicar el diagnóstico con claridad y calma
también prepara el ambiente familiar para los cambios que
vendrán.

Después se debe organizar la atención médica, por ese motivo
guarda los documentos de salud, anota preguntas para las siguientes
visitas y busca la opinión de especialistas si hace falta. La
seguridad del ser querido es prioridad, igual que fomentar su
autonomía mientras sea posible. Adaptar la rutina del hogar a sus
nuevas necesidades evita accidentes y reduce el estrés para
todos.

Puede que el miedo te empuje a querer controlar todo desde el
principio, pero no hay que resolverlo todo en un día. Tomar aire,
priorizar lo esencial y mantener una actitud flexible hacen toda la
diferencia.

Foto Freepik

Cómo hablar con el ser querido y la familia

Dar la noticia a la persona con demencia no es fácil. Piensa en
su nivel de comprensión y escoge palabras sencillas. Elige un lugar
tranquilo y usa un tono suave. Hablar con calma permite que la
información se procese mejor.

Escucha sus miedos y responde honestamente, sin
prometer lo que no depende de ti. Reafirma que estarás a su lado,
que no está solo. Con la familia, no temas mostrar tus emociones.
Llorar, sentir enojo o miedo es normal y compartirlo fortalece los
lazos. Mantén el diálogo abierto y evita las discusiones sobre
decisiones importantes en momentos de tensión. Dale tiempo a todos
para digerir la noticia.

Establecer una red de apoyo y recursos

Busca orientación con profesionales como neurólogos, geriatras o
psicólogos. Los grupos de apoyo, tanto presenciales como virtuales,
ofrecen consuelo y consejos útiles basados en experiencias
reales.

Te podría interesar:

Organizaciones como la Asociación de Alzheimer en tu
país
pueden brindarte información gratuita, talleres e
incluso asesoría legal o financiera. Aprovecha los recursos locales
que suelen ofrecer orientación, atención para cuidadores y
actividades terapéuticas para personas con demencia.

Buscar ayuda no es señal de debilidad. Al contrario, muestra
amor y responsabilidad. Crear una red sólida facilita sobrellevar
el proceso y previene el desgaste emocional.

Cuidar al ser querido y cuidarse a sí mismo

Vivir el día a día con alguien con demencia requiere mucha
paciencia, pero también flexibilidad. Es clave construir rutinas
sencillas: horarios regulares para las comidas, el baño y las
actividades ayudan a reducir la confusión.

El hogar puede adaptarse con cambios mínimos como esconder
objetos peligrosos, colocar señalizaciones o mejorar la
iluminación. Esto protege a la persona y tranquiliza a la familia.
Buscar momentos de esparcimiento, como paseos cortos o juegos
simples, mantiene el ánimo de todos.

El autocuidado nunca es egoísmo, porque los
cuidadores necesitan pausas, tiempo para sí mismos y expresar sus
propias emociones. Pedir ayuda a otros familiares o a profesionales
permite recuperar energías. La salud emocional del cuidador influye
directamente en la calidad del cuidado que recibe el ser
querido.

Hablar con un psicólogo, buscar momentos de descanso y no
descuidar las amistades también es parte del proceso. Celebrar los
pequeños logros, por más sencillos que parezcan, da fuerza para
continuar.

Mantén la comunicación abierta, acepta los cambios y recuerda:
lo importante es la calidad del tiempo compartido, no la cantidad.
Con dedicación, paciencia y apoyo, es posible mejorar el bienestar
de tu ser querido y descubrir tu propia resiliencia. No estás solo
en esto.

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