#Salud: ¿Qué tipo tienes? Descubre los remedios que más te convienen

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La celulitis es una alteración estética que
afecta a la piel de muchas personas, pero no siempre es igual.
Existen dos formas principales: celulitis
edematosa
y celulitis fibrosa, cada una
con características propias que requieren un enfoque diferente para
su tratamiento. Conocer tu tipo de celulitis es clave para elegir
los remedios más efectivos y mejorar notablemente su aspecto.

¿Qué es la celulitis
edematosa?

La
celulitis
edematosa se caracteriza por la retención de
líquidos
y afecta principalmente las extremidades
inferiores, como muslos y piernas, dándoles una apariencia
“columnar”. Es común sentir inflamación, pesadez y dolor al tacto.
En este tipo de celulitis, la grasa acumulada
se combina con líquidos retenidos, lo que intensifica el
problema.

Este tipo suele estar relacionado con problemas de circulación
linfática y venosa. Por lo general, se agrava con hábitos como una
alimentación desequilibrada, consumo elevado de sal, falta de
ejercicio y posturas prolongadas que dificultan la circulación.

¿Qué es la celulitis
fibrosa?

La celulitis fibrosa, también conocida como celulitis dura o
compacta, es notoria por su textura endurecida y,
a menudo, afecta lugares como muslos, glúteos y rodillas. A
diferencia de la edematosa, su consistencia es más firme y puede
ser más difícil de tratar porque las fibras de colágeno se vuelven
más densas alrededor de los cúmulos de grasa.

Este endurecimiento con frecuencia genera una piel con un
aspecto irregular o típico “piel de naranja”. Además, suele ir
acompañada de cambios en la microcirculación y engrosamiento de la
matriz extracelular. Es más común en personas que realizan
actividades físicas de alto impacto, ya que puede haber
estrés constante en esas zonas.

Foto Freepik

Remedios para la
celulitis edematosa

La clave para tratar la celulitis edematosa es reducir la
retención de líquidos y mejorar la circulación. Algunos
remedios efectivos incluyen:

Drenaje linfático: este masaje especializado
ayuda a eliminar el exceso de líquidos acumulados. También mejora
la circulación y reduce la inflamación.

Ejercicio moderado: caminar, nadar o
montar en bicicleta favorece el retorno venoso y la circulación
linfática, combatiendo la pesadez en las piernas.

Dieta baja en sodio: reducir el consumo de sal
es esencial para evitar la acumulación de líquidos. Se recomiendan
alimentos ricos en potasio y fibra, como plátanos, espárragos
y verduras de hoja verde.

Hidratación constante: beber al menos 2 litros
de agua al día ayuda a mantener los tejidos hidratados y a eliminar
toxinas.

Presoterapia: un tratamiento estético que apoya
el sistema linfático y favorece la eliminación de líquidos
retenidos.

Cuidar la alimentación es básico para abordar este tipo de
celulitis. Se deben evitar grasas saturadas, azúcares y
carbohidratos refinados, priorizando una dieta rica en
frutas, legumbres y pescados grasos.

Remedios para la
celulitis fibrosa

La celulitis fibrosa requiere técnicas que trabajen en
profundidad para romper los cúmulos de grasa endurecida y
mejorar la elasticidad de la piel. Algunas de las
opciones más recomendadas son:

Carboxiterapia: este método consiste en la
aplicación de dióxido de carbono en el tejido, lo que mejora la
circulación localizada y favorece la eliminación de grasas
acumuladas.

Ondas de choque: utilizadas para descomponer
los nódulos compactados, promueven la formación de nuevo
colágeno.

Radiofrecuencia: esta tecnología penetra en las
capas más profundas de la piel, aumentando la temperatura del
tejido y estimulando la producción de colágeno para suavizar la
piel.

Endermología: un tratamiento no invasivo que
utiliza un dispositivo para masajear los tejidos en varias
direcciones, ayudando a reestructurar el colágeno y mejorar el
aspecto general de la piel.

Masajes profundos: aplicados por especialistas,
ayudan a volver más flexible el tejido fibroso endurecido.

Es importante combinar estos tratamientos con el ejercicio
regular y controlar el peso corporal, ya que un peso adecuado puede
disminuir la presión en las áreas propensas a
celulitis.

Prevención y hábitos
saludables

Independientemente del tipo de celulitis que se presente,
adoptar ciertos hábitos saludables puede marcar una gran
diferencia
:

Mantenerse activa: ejercicios como el yoga o la
danza no solo contribuyen a la tonificación muscular, sino también
a mejorar la circulación.

Evitar el consumo excesivo de café o alcohol:
ambas bebidas pueden deshidratar los tejidos y empeorar la
retención de líquidos.

Masajes caseros: usar cremas específicas para
celulitis con movimientos circulares puede ayudar a tonificar la
piel.

Alimentación equilibrada: incluir alimentos
ricos en antioxidantes,
como frutos rojos y cítricos, ayuda a combatir los radicales libres
que deterioran la piel.

La combinación de tratamientos estéticos, una dieta adecuada y

actividad física
regular es la mejor fórmula para mejorar
considerablemente el aspecto de la
celulitis
, sin importar su tipo. Al conocer de forma detallada
las características de cada una, cada persona puede adaptar un plan
que funcione específicamente para su problema.

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