Seguro conoces a alguien que no puede resistirse a tronar sus
dedos cada tanto, y también habrás escuchado advertencias: “¡Te va
a dar artritis!” o “Eso te va a dañar las articulaciones”. Los
mitos sobre los riesgos de tronar los dedos circulan desde hace
generaciones, creando confusión y miedo donde, en realidad, hay
poca base científica. Este artículo explica desde la ciencia qué
ocurre en las articulaciones cuando tronas los dedos, desmiente
verdades a medias y te orienta sobre cuándo, si acaso, vale la pena
dejar el hábito.

¿Qué sucede cuando tronas los dedos?
Cuando se produce ese popular sonido al tronar los dedos, muchos
piensan que algo se rompe o daña. Lo cierto es mucho más simple y
menos alarmante. Dentro de cada articulación hay un fluido llamado
líquido sinovial que lubrica y protege los
extremos de los huesos. Al tronar los dedos, se genera un cambio de
presión articular, lo que lleva a la formación y
liberación de una burbuja de gas dentro del
líquido sinovial. El sonido proviene de ese fenómeno, no de huesos
o cartílagos dañados.
Cómo se produce el característico sonido
Imagina estar exprimiendo una bolsa de aire bajo el agua. Cuando
tiras de un dedo o lo flexionas con fuerza, la presión interna de
la articulación baja de golpe. En ese instante, los gases disueltos
(sobre todo dióxido de carbono, nitrógeno y oxígeno) forman una
burbuja de gas. Esa burbuja colapsa o explota
repentinamente, generando el característico “crack”. Esta reacción
se llama cavitación. Lo interesante es que la
estructura del hueso o el cartílago no se ve afectada, porque el
proceso ocurre en el espacio lleno de líquido, no en las
superficies sólidas.
¿Causa daño inmediato o a largo plazo?
Mucha gente teme que este hábito cause degeneración
articular o incluso lesiones inmediatas. Sin embargo, la
evidencia empírica disponible señala que el tronar
los dedos no produce lesiones en el corto plazo, ni desgaste en el
cartílago con el tiempo en personas sanas. Estudios científicos no
han encontrado diferencias significativas en la salud articular
entre quienes tronan los dedos a diario y quienes no lo hacen.
Claro, siempre hay excepciones: si existe dolor, inflamación o
enfermedad previa en la articulación, ahí sí puede haber
complicaciones.
Riesgos reales y mitos sobre tronar los dedos
Pese a la abundancia de advertencias, el miedo a la artritis, la
artrosis o el desgaste crónico no tiene fundamento científico para
la mayoría de la gente. Es importante conocer qué sí es
preocupación médica y qué solo es mito. A veces el mayor problema
no está en los huesos, sino en la paciencia de quienes nos
escuchan.
La relación con la artritis y otras patologías
Decenas de investigaciones médicas han explorado la relación
entre tronar los dedos y enfermedades como la
artritis. Los resultados son claros: este hábito
no aumenta el riesgo de artritis reumatoide, artrosis ni daña el
cartílago. Grandes estudios revisaron radiografías
y el historial médico de miles de personas y no encontraron
diferencias. Si existiera una conexión, los médicos la hubieran
detectado ya. Aun así, quienes sufren enfermedades articulares
previas o dolor deben ser más cautos.
Molestias, riesgos menores y aspectos sociales
Aunque la acción de tronar los dedos no daña ni enferma a las
articulaciones, sí puede ocasionar ligeras molestias en gente con
articulaciones sensibles o que tiene antecedentes
de lesiones. En estos casos, un movimiento brusco puede irritar los
tendones o las cápsulas articulares, causando molestias pasajeras,
no daño permanente. Socialmente, el sonido puede ser incómodo o
molesto para otros; en espacios cerrados o silenciosos, a veces es
visto como mala educación. Hay que considerar también el impacto si
el gesto genera ansiedad o se convierte en un tic nervioso difícil
de controlar.
Conclusión
La próxima vez que escuches que tronar los dedos causa artritis
o daño articular, puedes responder con tranquilidad: la ciencia
dice lo contrario. Los estudios confirman que este hábito no genera
daño significativo en personas sanas ni aumenta el riesgo de
enfermedades como la artritis. El sonido proviene de una simple
burbuja de gas explotando en el líquido
sinovial, no del desgaste del hueso o cartílago.
Si experimentas dolor, inflamación o tienes una condición
previa, quizá debas evitar este hábito para prevenir molestias
innecesarias. Pero para la mayoría, tronarse los dedos no
representa ningún peligro real. Recuerda, los verdaderos riesgos
suelen estar más en lo que creemos que en lo que ocurre en
realidad. Usa tu criterio y disfruta de tus articulaciones en buen
estado.



