#Salud: ¿Por qué me duelen más las piernas en verano?

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El dolor de piernas en verano es una razón frecuente de consulta
y preocupación. Conforme suben las temperaturas, muchas personas
sienten sus piernas más pesadas, hinchadas o adoloridas, incluso
quienes no han tenido problemas previos. En esta época del año,
factores ambientales y respuestas del cuerpo influyen mucho más de
lo que parece. Entender estas causas ayuda a mejorar la
calidad de vida y permite disfrutar el verano sin esos molestos
síntomas
.

Principales
causas del dolor de piernas en verano

Las altas temperaturas propias del verano desencadenan varios
cambios en el cuerpo que afectan la salud vascular y muscular de
las
piernas
. A diferencia del invierno, el calor provoca una serie
de reacciones que intensifican molestias ya existentes o las hacen
aparecer por primera vez. Factores como la insuficiencia
venosa
, el sedentarismo, los viajes
largos o la tendencia a retener líquidos desempeñan un papel clave
en estas molestias.

Efectos
del calor sobre la circulación sanguínea

Las altas temperaturas del verano causan que las venas
superficiales de las piernas se dilaten. Este proceso genera una
circulación más lenta y menos eficiente. Como resultado, la sangre
se acumula en la parte baja de las piernas, lo que produce
sensación de pesadez, cansancio, pequeñas
molestias y, en algunos casos, dolor palpable. Es común que quienes
sufren várices o problemas venosos lo noten con
más intensidad cuando aprieta el calor. Además, esa dilatación
persistente puede prolongar la sensación de cansancio incluso
cuando se descansa.

Retención
de líquidos y su relación con el dolor

El calor favorece la retención de líquidos en
las piernas. El cuerpo, para evitar la deshidratación, tiende a
conservar más agua y esto se traduce en hinchazón, sobre todo al
final del día o tras estar mucho tiempo sentado o de pie. Notar los
tobillos o pies apretados en los zapatos es el síntoma más
reconocible. Además, la acumulación de líquidos aumenta la
presión en los tejidos blandos de las piernas,
volviéndolas más sensibles y doloridas. No es raro que esta
sensación empeore al atardecer, y que mejore al descansar con las
piernas elevadas.

Impacto
del sedentarismo y hábitos durante el verano

En vacaciones o períodos de ocio prolongados, disminuye el
movimiento habitual. El verano invita al descanso, pero también
pueden predominar los desplazamientos largos en auto, avión o bus,
que obligan a mantener las piernas inmóviles durante horas. Este
cambio favorece la ralentización de la
circulación
, empeorando la sensación de hinchazón,
hormigueo y atrofia muscular. No realizar ejercicio regular reduce
aún más la capacidad del músculo para ayudar a bombear la sangre de
vuelta al corazón, por lo que las molestias aparecen con más
regularidad y persistencia.

Foto Freepik

Factores de
riesgo, síntomas y prevención

Algunos grupos de personas son más propensos a experimentar
molestias en las piernas con la llegada del calor. Además, según
los síntomas asociados, pueden requerir más atención y cuidados
específicos para evitar que ese dolor afecte la vida diaria.

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Personas
más propensas a sufrir dolor de piernas en verano

Existen varios factores individuales que predisponen al dolor de
piernas en estos meses. La edad avanzada suele
acentuar los síntomas porque el sistema venoso pierde elasticidad.
El sobrepeso aumenta la presión sobre las venas de
las piernas, lo que favorece la hinchazón. El
embarazo multiplica las probabilidades por los
cambios hormonales y de volumen sanguíneo, sumando el peso extra.
Quienes tienen antecedentes familiares de problemas vasculares o
presentan alguna enfermedad circulatoria, como
insuficiencia venosa o várices, pueden manifestar molestias de
forma más temprana y severa.

Síntomas
habituales y señales de alerta

Las molestias en las piernas durante el verano pueden ir desde
una sensación de pesadez al final del día, leves
calambres nocturnos y pequeños pinchazos, hasta
dolores más intensos y duraderos. La piel puede mostrar
hinchazón, enrojecimiento, manchas oscuras o, en
casos graves, pequeñas lesiones. Es importante prestar atención si
el dolor es persistente, aumenta de repente, se acompaña de fiebre
o aparecen úlceras. Estas señales requieren de
consulta profesional, ya que pueden indicar problemas circulatorios
más serios.

Recomendaciones
para cuidar las piernas en verano

Mantener las piernas sanas en verano es posible con cambios
simples. Practicar ejercicio moderado todos los
días, como caminar o nadar, mantiene la sangre en movimiento.
Elevar las
piernas
al descansar, usar ropa cómoda y
evitar prendas ajustadas ayuda a reducir la hinchazón. Duchas o
baños de agua fría favorecen la vasoconstricción,
lo que disminuye la sensación de pesadez. En personas con
insuficiencia venosa, las medias de compresión
ligeras
y transpirables ofrecen apoyo extra. Es importante
hidratarse bien, evitar el alcohol y la sal en exceso, y no
permanecer mucho tiempo sentado o de pie sin moverse. Adoptar estas
rutinas ayuda a prevenir que el dolor estropee los planes
veraniegos y mejora la calidad de vida.

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