#Salud: ¿Por qué los médicos tienen mala letra?

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La mala letra de los médicos se ha convertido en un tema que
genera curiosidad, chistes y, en algunos casos, preocupación real.
Aunque es un estereotipo extendido, no todos los
profesionales de la salud tienen una caligrafía ilegible. Sin
embargo, la fama no ha surgido de la nada, y existen diversas
razones que explican este fenómeno.

El volumen
de trabajo y la presión del tiempo

Uno de los factores más evidentes detrás de la mala letra de los
médicos
es el ritmo acelerado de su trabajo. A lo largo de una jornada,
deben atender a decenas de pacientes, tomar notas, escribir recetas
y completar documentos administrativos. La necesidad de
priorizar la velocidad sobre la claridad al
escribir es prácticamente inevitable. Escribir cientos de notas al
día deja poco margen para desarrollar una caligrafía cuidadosa.

Además, enfrentan turnos extensos y largas guardias que pueden
llegar a durar hasta 24 horas seguidas. Esto agota
su coordinación motora fina, haciendo que la
escritura sea menos precisa conforme pasa el tiempo. Con tanta
presión, escribir como un calígrafo no es una prioridad frente a la
atención médica que brindan.

Términos complejos y
abreviaturas

La medicina es un campo lleno de términos
técnicos
, nombres de medicamentos complicados y
diagnósticos que son incluso difíciles de pronunciar. Para agilizar
su labor, los médicos suelen recurrir a abreviaturas y
códigos internos
que, aunque prácticos para ellos, pueden
ser incomprensibles para otros. Estas herramientas son útiles para
la comunicación entre colegas, pero dejan a los pacientes y a otros
profesionales fuera del circuito de entendimiento.

Por ejemplo, abreviaturas como “qd” (una vez al
día) o “qod” (un día sí y otro no) han llegado a
generar confusión, incluso con consecuencias críticas como errores
en medicación. Este sistema, pensado para ahorrar tiempo, puede
complicar aún más la lectura de sus notas.

La formación y hábitos
adquiridos

Desde el inicio de su vida académica, los estudiantes de
medicina enfrentan un entrenamiento riguroso que suele involucrar
la toma de notas extensas y rápidas. Este hábito
se desarrolla para maximizar su aprendizaje en clases, prácticas y
residencias. A lo largo de años de formación, las habilidades
caligráficas pueden quedar rezagadas en comparación con otras
habilidades esenciales del trabajo clínico.

Con el tiempo, muchos médicos desarrollan una escritura
apresurada casi automática, donde lo verdaderamente importante es
que ellos mismos puedan entenderla. La familiaridad con su propio
sistema de escritura, aunque eficiente para su propio uso, puede
parecer un “jeroglífico egipcio” para quienes no
están acostumbrados.

Foto Freepik

Impacto en la
seguridad del paciente

Aunque puede parecer un aspecto trivial, la mala letra de los
médicos tiene consecuencias que podrían poner en riesgo la
seguridad del paciente. Una receta mal escrita, por ejemplo, puede
ser malinterpretada por un farmacéutico, lo que podría resultar en
la entrega de un medicamento incorrecto o en una dosificación
equivocada. Esto no solamente genera confusión, sino que puede
derivar en errores médicos con implicaciones
serias
.

Al ser conscientes de este problema, algunos países han
implementado soluciones para minimizar estos riesgos. Una de las
medidas más efectivas ha sido la implantación de recetas
electrónicas
, que eliminan las dudas sobre la lectura de
las indicaciones médicas. Este sistema no solo mejora la claridad,
sino que también ahorra tiempo en la comunicación con farmacias y
otros profesionales de la salud.

Humanizar el trabajo
médico

A pesar de los problemas que la mala letra puede ocasionar, es
importante recordar que los médicos son seres humanos sometidos a
exigencias extremas. La cirujana Inés Moreno
Sánchez
, conocida en redes sociales como
@traumatologageek, explica que detrás de una
escritura ilegible suele estar el agotamiento y la necesidad de
priorizar la atención clínica. Según ella, después de atender a
cientos de pacientes, “escribir como un calígrafo no se
convierte en una prioridad”
.

En sus redes sociales, Moreno invita a las personas a tener un
poco de empatía hacia los
médicos,
destacando que muchas veces hacen lo mejor que pueden
bajo las circunstancias. La combinación de largas jornadas,
términos técnicos y presión constante transforma la escritura en
una tarea secundaria.

Soluciones en marcha

Afortunadamente, las tecnologías modernas están modificando este
escenario. El uso de historias clínicas
electrónicas
y herramientas de dictado permite a los
médicos ahorrar tiempo mientras garantizan una mayor claridad en
sus reportes. Estos avances no solo benefician a los pacientes,
sino también a los mismos médicos, al reducir la dependencia de
escribir manualmente.

Aunque estas soluciones no están implementadas de manera
uniforme en todo el mundo, representan un paso adelante
hacia la optimización del trabajo médico
. Además, fomentan
una comunicación más clara entre todos los involucrados en el
cuidado del paciente.

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