Dormir y soñar con el trabajo soñado, el viaje de tu vida a tu
ciudad favorita, el amor, los animales o la naturaleza, son solo
algunos símbolos de nuestro mundo onírico, los cuales pueden ser
realmente reveladores. Con el padre del psicoanálisis, Sigmund
Freud, la interpretación de los sueños se convirtió en una
herramienta para teorizar y explorar lo que siente y experimenta
nuestro inconsciente. Durante este descanso nocturno de la mente y
el cuerpo, nuestro cerebro va a construir un mundo interno de
imágenes y sensaciones vívidas que no somos capaces de conocer de
forma inmediata. Sin embargo, así como hay personas que “viven sus
sueños” hablando, moviéndose, gritando o incluso llorando, hay
otros que, por el contrario, dicen no tener o no recordar ninguno
de sus sueños.
Esta situación, la cual afecta a más del 2% del mundo, realmente
solo es una idea preconcebida. Al fin y al cabo, todo el mundo pasa
por el mundo de los sueños cuando cae en los brazos de Morfeo. Con
el fin de entender y explicar esta idea preconcebida, Isabelle
Arnulf, profesora, neuróloga y directora de patologías del sueño en
el hospital Pitié-Salpêtrière, ha estudiado durante mucho tiempo
acerca de los trastornos del sueño en el Institut du Cerveau (ICM)
y demuestra por qué esta afirmación es falsa, además de detallar
sus hipótesis sobre por qué estos “no soñadores” se describen como
tales.
¿Problemas para recordar?
La primera hipótesis que puede explicar la razón por la que
ocurre este fenómeno son los problemas de memoria. Para comprobar o
descartar esta teoría, los expertos del Instituto del Cerebro
realizaron una serie de pruebas cognitivas en donde se incluía una
evaluación de memoria a algunas personas que estaban afectadas. Sin
embargo, se comprobó que todos los participantes contaban con un
nivel de memoria muy parecido a los de aquellos que recuerdan sus
sueños. Por lo tanto, se descartó esta hipótesis.

¿Y si fueran producto de la imaginación?
Tras dejar a un lado el probable factor derivado de los
trastornos cognitivos, el equipo de la profesora Arnulf se dedicó a
revisar las funciones cerebrales que podrían estar relacionadas con
las imágenes mentales que aparecen en los sueños: “Los
investigadores verificaron que estas personas eran capaces de
imaginar mentalmente, por ejemplo, la Torre Eiffel con los ojos
cerrados”, por lo que tampoco se encuentra un déficit en este
ámbito. Esta afección es un raro trastorno neurológico que se
refiere a la incapacidad de representar una imagen mental.
Entonces, ¿Realmente no se está teniendo un
sueño?
Tras observar la actividad del sueño de los participantes en el
laboratorio, los investigadores observaron un comportamiento
similar al de los sueños, el cual revelaba que los llamados “no
soñadores” se encontraban efectivamente soñando: “Estos sueños se
materializan claramente para un observador externo y, sin embargo,
ninguno de los pacientes manifiesta tener recuerdos después de
despertar, sin tener en cuenta que se despierte durante el sueño
REM”.
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Finalmente, los motivos por los que no se recuerdan los
sueños
Por último, se llega a la conclusión de la causa más probable de
estas amnesias de vigilia. En estas poblaciones, los sueños no se
graban en la memoria durante la noche, por lo que el siguiente paso
es comparar la actividad cerebral de los “no soñadores” con la de
los “soñadores” utilizando imágenes cerebrales funcionales.
Este tipo de estudios podrían ayudar a comprender lo que ocurre
en el cerebro durante el sueño y cómo se imprime en la memoria.
Otra investigación relacionada consiste en averiguar si los sueños
se imprimen o se codifican, por lo que se busca dar a los “no
soñadores” pistas sobre su sueño a través de grabaciones de vídeo
(una palabra, una situación), para establecer si esto les ayuda a
recordar.
Por último, debemos comprender que todos somos iguales cuando se
trata de sueños. La complejidad reside en la forma en que los
sueños son recogidos y almacenados por el cerebro.