#Salud: Por fin sabemos por qué algunas personas caminan de un lado a otro con sus teléfonos

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Causas cognitivas del
movimiento

Caminar y hablar parece un acto sencillo, pero en el fondo
implica una sinergia potente en el cerebro. La necesidad de moverse
está ligada a la manera en que la mente organiza sus pensamientos.
El movimiento físico al tomar una
llamada
, sobre todo si es compleja, ayuda a ordenar
ideas
, impulsa la concentración y
facilita la memoria. Caminar mientras se conversa
se convierte en una herramienta invisible que optimiza los procesos
mentales.

Activación cerebral al
caminar

Investigaciones neurocientíficas muestran que la
actividad cerebral se incrementa en zonas
responsables de la planificación y el
lenguaje cuando una persona camina mientras habla
por teléfono. El cerebro, al combinar movimiento y conversación,
fortalece las conexiones necesarias para acceder a ideas más claras
y respuestas más ágiles. Esta activación funciona como un motor
invisible que impulsa el flujo natural de la charla y mejora la
capacidad de resolver problemas en tiempo real.

Facilita la generación de
ideas

Moverse físicamente durante una llamada contribuye a la
generación de ideas nuevas y aumenta la
fluidez verbal. Al desplazarse, el cerebro recibe
estímulos alternos, lo que favorece la creatividad y la facilidad
para encontrar palabras precisas en situaciones complejas. Las
conversaciones importantes suelen convertirse en recorridos llenos
de vueltas y trayectos, donde cada paso ayuda a desbloquear el
pensamiento y aportar claridad.

Mejora la retención de
información

Estudios recientes demuestran que caminar mientras se escucha o
se habla por teléfono puede fortalecer la retención de
datos
a corto plazo. La coordinación entre movimiento y
atención activa refuerza las rutas de la memoria, permitiendo que
la información tratada se quede fija por más tiempo. El recuerdo de
fechas, nombres, tareas o compromisos suele mejorar si el cuerpo se
mantiene en movimiento.

Factores emocionales y
psicológicos

El acto de caminar está profundamente ligado al manejo de las
emociones. Hablar por teléfono, en especial sobre temas personales
o laborales, puede disparar estados de estrés o
ansiedad. El cuerpo, consciente de estos efectos,
responde buscando mecanismos de regulación emocional. Caminar ayuda
a liberar tensión y actúa como una válvula de escape ante las
sensaciones acumuladas.

Alivio de la tensión

Durante llamadas difíciles o esperas complicadas, el simple
movimiento corporal ayuda a reducir la
incomodidad
. Caminar permite canalizar el exceso de
energía nerviosa y disminuye la sensación de encierro o impotencia.
Un paso firme y constante ayuda a mantener la calma, incluso en los
momentos en que la conversación se pone tensa o incómoda.

Foto Freepik

Gestión de emociones
intensas

El desplazamiento continuo ayuda a procesar
emociones
intensas como la frustración, la sorpresa o el
entusiasmo. Mantener el cuerpo en movimiento actúa como un
traductor físico de lo que ocurre en la mente. Así, se canaliza el
impacto emocional sin perder el hilo de la conversación y evitando
interrupciones bruscas.

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Hábitos aprendidos y
comodidad

Con el paso del tiempo, para muchos caminar mientras hablan se
ha transformado en una costumbre que les aporta
comodidad y sensación de
libertad. Acostumbrarse a moverse mientras se
conversa se vuelve una dinámica que refuerza la percepción de
control sobre la situación. En espacios donde necesitan privacidad
o concentración, caminar permite también “escapar”, aunque sea por
unos minutos, del entorno inmediato.

Implicaciones
sociales y de seguridad

Este comportamiento no sólo tiene efectos personales. En lugares
públicos, caminar de un lado a otro durante una llamada puede
provocar opiniones diversas. La manera en que los demás interpretan
este movimiento y los riesgos que implica para la seguridad también
tienen un impacto relevante.

Percepción externa

Desde fuera, ver a una persona paseándose con el teléfono en
mano puede interpretarse de maneras distintas. Algunos asocian el
movimiento con nerviosismo o inseguridad, mientras
que otros lo ven como falta de atención. La percepción pública
puede influir en la forma en que las personas ajustan su
comportamiento, sobre todo en lugares concurridos como oficinas
abiertas o centros comerciales.

Riesgos de distracción

Varios estudios alertan sobre los peligros de
caminar mirando el móvil. El riesgo de tropiezos, choques con
objetos u otras personas y pequeños accidentes aumenta. Esta
distracción es una de las principales causas de caídas en espacios
urbanos, especialmente cuando se mezcla con el tráfico o terrenos
irregulares. Mantener la atención sólo en la pantalla puede llevar
a consecuencias inesperadas, incluso en distancias cortas.

Buenas prácticas

Ante estos riesgos, algunos expertos recomiendan medidas
básicas
para minimizar
peligros
. Mantener la vista al frente, utilizar auriculares
para evitar tener el dispositivo en la mano y elegir rutas seguras
son acciones sencillas que pueden reducir accidentes. Establecer
pausas para revisar mensajes o ajustar la llamada también ayuda a
que la comunicación siga siendo efectiva y segura.

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