Cada tipo de carne tiene sus propias características
nutricionales, pero si lo que buscas es maximizar tu consumo de
proteínas sin sacrificar la calidad de tu
alimentación, es importante saber cuál es la mejor opción. Pollo,
cerdo y ternera son algunas de las carnes más consumidas, pero
¿cuál aporta más proteína y cuál es la más adecuada según tus
objetivos?
Proteínas:
el bloque de construcción de tu dieta
Las
proteínas son esenciales para el cuerpo humano. Actúan como los
ladrillos que forman los músculos, los tejidos y otras estructuras
claves del organismo. Si bien puedes obtener proteínas de fuentes
vegetales, las carnes son conocidas por ofrecer proteínas de
alto valor biológico, lo que significa que
contienen todos los aminoácidos esenciales que el cuerpo
necesita.
De las carnes más comunes, ¿cuál tiene un mejor perfil proteico?
A continuación, se desglosan las características de cada una.
Pollo: un clásico
para cualquier dieta
La carne de pollo, específicamente la pechuga,
es considerada una de las mejores opciones para quienes buscan un
alto aporte de proteínas mientras limitan el consumo de grasas. Por
cada 100 gramos de pechuga de pollo cruda, se encuentran
aproximadamente 23,1 gramos de proteína. Esto
convierte al pollo en una excelente opción para deportistas y
personas que buscan mantener o aumentar su masa muscular.
Además, el pollo es bajo en grasa (si se consume sin piel) y
tiene el beneficio de ser versátil en la cocina. Se adapta tanto a
dietas
bajas en calorías como a planes alimenticios más exigentes. Su
perfil nutricional lo convierte en una carne ideal para mantener la
energía sin sentir que comprometes tu salud.
Cerdo: más que un sabor
tradicional
A menudo subestimado en términos nutricionales, el cerdo también
tiene mucho que ofrecer. Dependiendo del corte, puede ser una buena
fuente de proteínas. El solomillo, por ejemplo,
contiene alrededor de 21 gramos de proteína por
cada 100 gramos de carne cruda. Además, el cerdo aporta vitaminas
del grupo B, como la tiamina, que es fundamental
para convertir los alimentos en energía.
Aunque puede ser más calórica en comparación con el pollo, los
cortes magros del cerdo son una opción saludable cuando se consumen
con moderación. Este tipo de carne también es muy usada en dietas
tradicionales debido a su sabor y textura.
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Ternera: nutrición y
sabor intenso
La ternera, especialmente los cortes magros como el
solomillo, ofrece alrededor de 20-24
gramos de proteína por cada 100 gramos de producto crudo.
Aunque es menor al contenido de proteína del pollo, la ternera
tiene ventajas adicionales. Contiene alto contenido de hierro y
zinc, dos minerales esenciales para mantener la energía y
fortalecer el sistema inmunológico.
Sin embargo, la ternera tiende a ser más rica en grasas en
comparación con el pollo y cerdo, dependiendo del corte. Por ello,
es importante elegir cortes magros si buscas una opción más
saludable.

Otros aspectos a
considerar
El contenido de proteína
no es lo único a tener en cuenta cuando eliges qué carne consumir.
Factores como la grasa saturada, el contenido de
vitaminas y minerales, y la digestibilidad también deben influir en
tu decisión. Aquí hay un par de puntos clave:
¿Qué carne elegir
según tus metas?
Si tu objetivo principal es aumentar masa muscular o mantener un
peso saludable, el pollo es la elección más inteligente por su alto
contenido proteico y bajo aporte calórico. Por otro lado, si
prefieres enfoques culinarios más ricos o un aporte adicional de
vitaminas y minerales, el cerdo y la ternera pueden complementarse
perfectamente en tu dieta.
El pollo se lleva el primer puesto cuando se trata de combinar
alto contenido proteico, bajo nivel de grasas y
versatilidad. Pero esto no significa que el cerdo o la ternera
queden fuera de la mesa. Estas carnes ofrecen beneficios
adicionales que no se deben pasar por alto, como su riqueza en
micronutrientes y su textura única.