#Salud: podría perder ambos brazos tras años inyectándose aceite

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Durante años, el ruso Kirill Tereshin, conocido como el “popeye ruso”, llamó la atención del mundo por sus bíceps gigantes e irreales. Se los había inyectado con aceite synthol, y hoy, con apenas 29 años, podría perder los dos brazos por esas decisiones.

Su historia volvió a las noticias en 2025 porque su estado de salud se ha vuelto crítico. Lo que empezó como un intento de ser famoso en redes ahora es una carrera contrarreloj para evitar una doble amputación.

Quién es Kirill Tereshin y cómo nació el mito del “popeye ruso”

Kirill era un joven ruso obsesionado con tener unos brazos enormes y diferentes a los de cualquiera. En 2017 comenzó a inyectarse synthol en los bíceps y los hizo crecer hasta cerca de los 60 centímetros, un tamaño tan desproporcionado como peligroso.

Las fotos de sus brazos hinchados se hicieron virales y pronto apareció en programas de televisión y canales de YouTube, donde disfrutaba del personaje, del apodo de “popeye ruso” y de esa identidad rara que lo hacía destacar, aunque el precio real estuviera oculto bajo la piel.

El papel de las redes sociales en su transformación extrema

Las redes sociales premiaron su imagen exagerada con millones de visualizaciones, comentarios y memes. Cada nuevo video con los bíceps un poco más grandes reforzaba la idea de que seguir inyectándose era “normal” porque le daba fama rápida.

Al ver ese impacto, Kirill ignoró las advertencias de médicos y usuarios que le pedían parar. La mezcla de atención, retos virales y ganas de destacar a cualquier costo creó una burbuja peligrosa en la que importaba más el like que su propio cuerpo.

Qué se inyectó en los bíceps y por qué ahora podría perder los brazos

El aceite synthol no es músculo, ni un suplemento deportivo. Es una mezcla aceitosa que se inyecta dentro del tejido para inflarlo de forma artificial. El cuerpo no lo absorbe bien, se queda atrapado, endurece la zona y puede bloquear la circulación.

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En el caso de Kirill, años de inyecciones dañaron por completo sus brazos. Los médicos ya le han retirado grandes cantidades de aceite y tejido muerto en varias cirugías, pero el daño acumulado ha sido enorme. Hoy sufre infecciones graves, necrosis y heridas abiertas que no cicatrizan, y los especialistas hablan de una posible amputación de ambos brazos para salvarle la vida.

Kirill Tereshin se sometió a una cirugía correctiva para eliminar grandes grumos de vaselina endurecida de sus brazos. (Foto: Instagram/ruki_bazuki_official)

Riesgos reales del synthol: de los bíceps gigantes a la necrosis

El uso de synthol puede causar infecciones profundas, pérdida de sensibilidad, muerte del tejido y problemas cardíacos por el esfuerzo extra del organismo. Si la infección entra en la sangre, aparece el riesgo de sepsis y de muerte.

Eso es lo que afronta ahora Kirill junto a sus médicos, que luchan para frenar la destrucción de sus tejidos. Parte del aceite ya fue retirado en operaciones anteriores, pero el cuerpo reaccionó con fibrosis y necrosis, y él mismo ha reconocido que “cometió una estupidez y aún la está pagando”.

Para intentar salvarle los brazos, se necesita un equipo con cirujano vascular, cirujano plástico y especialista en reconstrucción. La idea es limpiar el tejido dañado y hacer injertos de piel, algo muy complejo en un brazo tan castigado.

Por ahora, sus análisis clínicos no son buenos y la infección no está controlada, así que los médicos no pueden operar todo lo que quisieran. El tiempo juega en su contra; si la situación empeora, la amputación puede ser la única forma real de proteger su vida.

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