El salmón es uno de los pescados favoritos en las mesas del
mundo, porque aporta sabor, proteína y grasas buenas, pero en los
últimos años ha surgido una pregunta seria: ¿Es seguro seguir
comiendo salmón con los niveles de contaminación actuales?
Responder esto es clave para familias, embarazadas y personas a las
que les importa su bienestar.
La preocupación principal del salmón está en los
contaminantes persistentes que no se eliminan con
la cocción ni la congelación y se acumulan en los tejidos grasos
del salmón y pueden pasar a quien lo consume.

Entre los más comunes están los bifenilos policlorados
(PCB), los pesticidas y las
sustancias perfluoroalquiladas (PFAS). También hay
que contar los
metales pesados, sobre todo el mercurio,
aunque en el salmón suele aparecer en niveles moderadamente bajos
comparado con otros peces grandes.
Estos compuestos pueden generar problemas de salud si se
consumen en exceso y de forma constante. Los riesgos van desde
daños neurológicos y en el sistema inmunológico hasta
complicaciones reproductivas y, en los casos más graves,
cáncer.
¿Qué dicen los expertos sobre el consumo de salmón hoy?
Las recomendaciones oficiales señalan que el
salmón, especialmente el que proviene del océano y tiene vida
migratoria, suele tener niveles más bajos de contaminantes en
comparación con peces que viven permanentemente en aguas
contaminadas. La mayoría de las autoridades, como la FDA y
la EPA, aconsejan consumir de dos a tres porciones por
semana, siempre que se trate de pescado bajo en mercurio y otros
contaminantes.
El origen influye mucho. Por ejemplo, el salmón silvestre, por
lo general, contiene menos residuos de antibióticos y pesticidas,
pero puede ser más caro. Por otro lado, el salmón de acuicultura
suele estar más disponible y cuesta menos, pero puede contener más
productos químicos, sobre todo si viene de criaderos con
menos control ambiental.
Uno de los aspectos donde los especialistas insisten es en el
papel de las certificaciones de sostenibilidad y
calidad. Certificaciones como el ASC (Aquaculture
Stewardship Council) o el MSC (Marine Stewardship
Council) ayudan a identificar el pescado que ha sido producido
siguiendo normas ambientales y sanitarias más estrictas.

Consejos para consumir salmón de forma segura
Quienes desean mantener el salmón en su dieta pueden hacerlo con
ciertos cuidados. Lo esencial es saber de dónde
proviene el pescado, leer las etiquetas
y, si es posible, elegir aquel con certificación, que garantiza
mejores controles y menos riesgos. demás, las mujeres embarazadas,
en lactancia, niños pequeños y personas con sistemas inmunes
debilitados deben optar siempre por salmón de orígenes más seguros
y limitar su consumo.
Si se va a comer salmón crudo, como en sushi o ceviche, es
fundamental que esté previamente congelado a temperaturas
muy bajas para eliminar parásitos, ya que la congelación
es el único método seguro para esto, ya que ni el marinado ni el
ahumado en frío matan parásitos o bacterias peligrosas.
Además, mantener la cadena de frío ayuda a
evitar la proliferación de bacterias como Salmonella o Listeria,
que son especialmente peligrosas para personas vulnerables. Al
cocinarlo, asegúrate de que la temperatura interna llegue a
63°C.
Comprar siempre en locales de confianza, no dejar el pescado
fuera de la nevera y consumirlo poco después de su compra o
preparación son pasos sencillos y muy efectivos.
¿Hay grupos de riesgo que deberían tomar precauciones
extras?
Sí. Los niños pequeños, las mujeres
embarazadas o en lactancia, y personas con enfermedades
autoinmunes deberían ser más cautelosos. Su capacidad para eliminar
ciertas toxinas es menor y las consecuencias para su salud pueden
ser mayores.
Para estos grupos, elegir salmón más pequeño, de origen oceánico
o con certificación reduce la exposición. Aunque los riesgos no
desaparecen del todo, esta práctica los minimiza.
La mayoría de los expertos coincide en que los
beneficios del salmón superan los riesgos para casi todas
las personas si se sigue un consumo moderado y responsable. La
clave está en la variedad: alternar pescados, preferir productos de
calidad garantizada y no abusar con grandes cantidades.
Recuerda que el omega 3 del salmón sigue siendo
un gran aliado para la salud cardiovascular y el desarrollo
cerebral, así que no tiene sentido dejar de consumirlo por
completo, salvo en casos muy específicos.


