#Salud: ¿Notas más canas durante la menopausia? Descubre por qué

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Ver más canas durante la menopausia es común y tiene una explicación clara. En esta etapa bajan las hormonas, sobre todo el estrógeno, y eso reduce el apoyo que recibe el folículo para fabricar melanina. El cabello también puede afinarse y secarse, por lo que el blanco resalta más. La combinación de cambios hormonales, edad y herencia hace que el encanecimiento se note con mayor rapidez.

Qué cambia en el cabello durante la menopausia y por qué se ven más canas

Durante la menopausia descienden los estrógenos y la progesterona, y con ello baja el soporte que recibe el folículo para producir melanina de forma estable. Con la edad, los folículos albergan melanocitos menos activos y esa reserva se agota de manera progresiva. Al mismo tiempo el tallo puede afinarse, el cuero cabelludo se vuelve más seco, el brillo cae y el contraste aumenta, por eso las canas se hacen más visibles aunque no aparezcan todas de golpe. La menopausia no crea canas por sí sola, pero sí acelera su visibilidad cuando se suma a la edad, al estrés y a la genética. En conjunto, el color se dispersa, la fibra pierde cuerpo y cualquier hebra blanca destaca más en la raíz y en la raya del peinado.

Estrógenos y melanina: la relación que explica el color

Menos estrógeno significa menos apoyo para las células que fabrican melanina en el folículo, por eso el pigmento se reduce y el cabello pierde color. La progesterona también cambia, pero el impacto más visible sobre el tono y el ciclo de crecimiento se asocia de forma principal al estrógeno, que protege la fase de crecimiento y la calidad de la fibra.

Melanocitos y envejecimiento: menos pigmento con el tiempo

Los melanocitos que viven en el folículo producen cada vez menos pigmento con el envejecimiento y su reserva se agota de forma gradual, lo que deja hebras sin color. Los cambios hormonales de esta etapa aceleran ese descenso, pero se trata de un proceso natural, paso a paso, que ocurre a ritmos distintos según la persona.

Cambios en el folículo: cabello más fino, canas más visibles

El folículo puede fabricar un tallo con menos grosor y menos lípidos, y esa textura más seca dispersa la luz y marca el contraste. Por eso, aun con el mismo número de hebras blancas, el encanecimiento parece mayor. El brillo disminuye y las puntas se abren con facilidad, lo que hace que el blanco destaque en zonas visibles como la raíz.

Mitos comunes: arrancar canas o usar tintes las multiplica

Los mitos abundan, pero arrancar una hebra blanca no hace que salgan más en ese sitio. Tampoco los tintes generan nuevas canas, aunque el daño por procesos agresivos puede quebrar la fibra y empeorar su aspecto. Un enfoque suave y constante protege el cuero cabelludo y mantiene la fibra más estable.

Factores que aceleran o hacen más visibles las canas

El estrés crónico y la falta de sueño elevan cortisol y desajustan señales que modulan el folículo, lo que puede acelerar la pérdida de brillo y el contraste del blanco. La tiroides lenta altera el ciclo del cabello y favorece un aspecto más opaco. Las deficiencias de hierro, B12, vitamina D, zinc o cobre empeoran la calidad de la fibra, reducen la producción de pigmento y dan una apariencia más envejecida. La genética y la edad siguen mandando, ya que determinan cuándo empieza el encanecimiento y a qué ritmo avanza. No siempre hay más canas, a veces solo se ven más por el afinamiento, la sequedad, las raíces claras o un peinado que crea más contraste.

Estrés, sueño y cortisol: cómo influyen en el color

El estrés sostenido y dormir poco elevan el cortisol y afectan la función del folículo, por lo que la producción de pigmento baja y el blanco se vuelve más visible. Establecer horarios, reducir pantallas por la noche y crear un ambiente fresco y oscuro favorece el descanso y mejora el aspecto del cabello con el tiempo.

Tiroides y carencias: señales de alerta que no hay que ignorar

El hipotiroidismo y los déficits de hierro, B12 o vitamina D se asocian con cabello más frágil y sin brillo. Si hay cansancio marcado, piel seca o caída acelerada, conviene consultar para valorar parámetros como TSH, ferritina o B12 y tratar lo que corresponda.

Genética y edad: el gran peso del reloj biológico

La genética define gran parte del inicio de las canas y su velocidad, y la edad suma su efecto acumulado. La herencia no se cambia, pero el cuidado, el estilo de vida y la elección del color sí mejoran cómo se ve y se siente el cabello.

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Más canas o más visibles: aprender a distinguirlo

A veces no hay más hebras blancas, solo se vuelven más visibles por el afinamiento y la sequedad. Mirar las raíces con buena luz durante algunas semanas ayuda a notar el crecimiento real y a ajustar el peinado o el tono para reducir el contraste.

Foto Freepik

Qué hacer hoy: cuidado del cabello, coloración suave y hábitos que ayudan

Un cuidado amable marca la diferencia. Un lavado suave con fórmulas hidratantes, un acondicionador con humectantes y proteínas ligeras, protección térmica y filtro UV, más masajes cortos en el cuero cabelludo, ayudan a mantener el folículo activo. La nutrición debe aportar proteínas de calidad y micronutrientes como hierro, B12, zinc y cobre, ya que los suplementos solo suman si existe déficit. En color, conviene optar por coloración de bajo daño, como baños de color, gloss o tintes demi, o mechas finas para difuminar y bajar el contraste. El minoxidil puede mejorar densidad si hay adelgazamiento, pero no devuelve el pigmento. La terapia hormonal es una decisión médica, y si está indicada puede mejorar grosor y calidad sin revertir el blanco. Si hay canicie súbita, caída intensa o síntomas de tiroides, lo ideal es consultar con dermatólogo o con endocrino para un plan a medida.

Rutina simple que protege el color y la fibra

La hidratación constante y el lavado suave reducen la porosidad, mientras que un acondicionador nutritivo sella la cutícula y mejora el brillo. La protección UV y el protector térmico cuidan el tono y la fibra frente al sol y al calor. Un masaje de un minuto en la ducha activa la microcirculación y favorece un crecimiento más fuerte.

Alimentación y suplementos: qué tiene evidencia y qué no

Buenas proteínas, suficiente hierro, B12 y zinc sostienen el crecimiento y el color cuando hay carencias, algo que debe confirmarse con análisis. La biotina suele ser innecesaria si no existe déficit. Antes de suplementar conviene evaluar con un profesional y ajustar la dieta.

Coloración inteligente: técnicas que suavizan la transición

Un baño de color o un gloss realzan el brillo sin agredir, los demi difuminan el gris con suavidad y las mechas finas mezclan tonos para bajar el contraste. Los matices fríos neutralizan amarillos y dejan un acabado más pulido, con menos mantenimiento.

Tratamientos médicos y cuándo consultar

El minoxidil mejora la densidad cuando hay adelgazamiento del cabello, pero no cambia el pigmento. La calidad de la fibra puede responder a terapias dirigidas y a veces a plasma rico en plaquetas si el especialista lo indica. Si aparece encanecimiento rápido, caída marcada o signos de tiroides, un endocrino y un dermatólogo pueden orientar con precisión y pedir estudios cuando haga falta.

Entender el papel de las hormonas ayuda a tomar decisiones sencillas de cuidado y color, y también a cuidar la salud capilar. Observar el cabello durante unas semanas, anotar cambios y pedir una valoración profesional si surgen dudas puede marcar un antes y un después.

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