#Salud: Muere una mujer al lanzarse al vacío desde un décimo piso abrazada a sus hijos gemelos

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Según la investigación policial en Madrid-España, la mujer se arrojó al vacío con sus hijos desde su vivienda del décimo piso, en un edificio con zona ajardinada interior, sobre las nueve de la mañana. Los servicios de Samur-Protección Civil, Policía Municipal, Policía Nacional y Bomberos llegaron rápido, pero no pudieron salvar la vida de la madre.

La Policía ha descartado que se trate de violencia de género y apunta a un suicidio, debido a que no había más personas en la vivienda. El barrio de Ciudad Lineal quedó paralizado, con vecinos agrupados en corrillos, intentando entender lo que había pasado.

El camarero de la cafetería J.J, situada frente al portal, contó que veía a la mujer pasar a menudo con el carrito gemelar. Otros residentes recuerdan la imagen diaria de los niños riendo en la calle. Ahora, lo que antes era una escena cotidiana se ha convertido en un recuerdo doloroso.

El entorno de la familia y la conmoción del barrio

Quienes vivían cerca hablan de una madre discreta, educada y más bien reservada. Comentan que se había separado hace poco y que estaba medicada por depresión. Varias personas mencionan una sensación de soledad, como si cargara con mucho más de lo que enseñaba.

Una trabajadora filipina cuidaba a los gemelos a diario, y los pequeños acudían a un colegio cercano. Desde el suceso, el barrio no deja de comentar lo ocurrido, entre lágrimas, rabia y miedo a que algo parecido pueda repetirse. Esa conversación, aunque duela, también ha encendido la alerta sobre el peso que puede tener la salud mental en la vida de cualquiera.

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Por qué el suicidio es un problema de salud pública y no una decisión aislada

La Organización Mundial de la Salud considera el suicidio un problema de salud pública global, porque no se reduce a una decisión puntual ni a un solo motivo. Suelen mezclarse factores sociales, culturales, biológicos, psicológicos y situaciones de vida muy estresantes.

Muchas personas que intentan quitarse la vida no quieren morir, quieren dejar de sufrir. Sienten que no hay salida, que son una carga o que nada va a cambiar. En el caso de Madrid, las informaciones apuntan a que la mujer estaba en tratamiento por depresión tras una separación. No se trata de justificar, se trata de entender que detrás hay una enfermedad y un dolor que no se atendió lo suficiente.

Señales de alarma y cómo ayudar a alguien con ideación suicida

Existen señales que pueden avisar de que algo va mal: cambios bruscos de ánimo, aislamiento, dejar de cuidar la higiene, despedidas extrañas, comentarios como que la vida no merece la pena o que todo estaría mejor sin esa persona. A veces también se escuchan frases más claras sobre hacerse daño.

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Si percibes riesgo, lo más importante es escuchar sin juzgar y tomarte en serio lo que diga. No restes importancia ni respondas con tópicos. Si el peligro es inmediato, no dejes sola a la persona y llama a emergencias o a un recurso profesional.

En España existen teléfonos de ayuda gratuitos y confidenciales para pedir apoyo ya: el 024, el Teléfono de la Esperanza en el 717 003 717, el WhatsApp 666 640 665 y, para menores y adolescentes, la Fundación ANAR en el 900 20 20 10. No hace falta estar al límite para usarlos.

Cómo informar y hablar del suicidio sin hacer daño

La forma en que hablamos de suicidio influye en cómo otras personas lo viven. Dar detalles sobre el método, recrearse en el morbo o convertir el caso en cotilleo de barrio puede hacer daño, sobre todo a familiares, amigos y vecinos que también son supervivientes de la tragedia.

Una información responsable evita el sensacionalismo, no juzga a la persona fallecida y recuerda que había una enfermedad y un sufrimiento detrás. También ofrece recursos de ayuda y anima a pedir apoyo profesional. En las conversaciones del día a día, la empatía es clave: comentarios de culpa o burla cierran puertas; una actitud de escucha puede abrirlas.

Si te sientes identificado con esta historia, recuerda que pide ayuda no es un signo de debilidad. Puedes llamar al 024, al Teléfono de la Esperanza o a la Fundación ANAR si eres menor o te preocupa un niño. No estás solo, mereces alivio y acompañamiento.

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