#Salud: muere una bebé de 18 meses tras caer a la piscina de su vivienda

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Una noticia estremecedora sacude a todos: una familia perdió a
su bebé de tan solo 18 meses tras un accidente en su propia
casa.

El accidente se produjo en una tarde tranquila de convivencia
familiar, de esas que parecen seguras y rutinarias. La
pequeña jugaba cerca de la piscina
, un espacio habitual en
muchas casas con niños pequeños. Bastó un instante de distracción
para que la niña cayera silenciosamente al agua. Nadie se dio
cuenta del accidente hasta que ya era demasiado tarde. Aunque los
familiares y los servicios de emergencia hicieron todo lo posible,
la reanimación no bastó y la pérdida fue irreversible.

Vecinos, amigos y autoridades expresaron su
apoyo de mil maneras: mensajes de cariño, presencia constante y
gestos solidarios como acompañar a la familia en el duelo y ofrecer
ayuda práctica. Las redes sociales se llenaron de
mensajes recordando a la pequeña y mostrando empatía, algo que
alivia a los que se quedan, aunque no cure la herida.

El Ayuntamiento y otros organismos locales pusieron a
disposición de la familia recursos de atención
psicológica y coordinación para facilitar el acompañamiento durante
los días más difíciles. La sensibilidad y el apoyo social muestran
que, aunque el dolor no se puede evitar, sí se puede amortiguar con
la cercanía y la empatía del entorno.

Prevención: cómo evitar accidentes infantiles en piscinas

Los expertos en seguridad infantil insisten en la importancia de
medidas concretas y sencillas que pueden salvar vidas. Por ejemplo,
la vigilancia en todo momento es irremplazable,
especialmente en reuniones familiares o cuando hay invitados.

El uso de barreras físicas, como vallas altas y puertas
con cerraduras
, es indispensable. Además, la instalación
de alarmas de movimiento, sensores de agua y cubiertas de seguridad
reduce enormemente el riesgo. También se recomienda guardar cubos y
depósitos de agua fuera del alcance de los niños y nunca dejar a
los pequeños solos ni un minuto cerca de la piscina, por mucha
costumbre que se tenga.

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En épocas de calor o vacaciones, la prevención debe duplicarse,
ya que las charlas en familia sobre los peligros, los recordatorios
constantes y el ejemplo de los adultos ayudan a crear hábitos de
seguridad que pueden marcar la diferencia.

Freepik

Consecuencias emocionales en las familias

La pérdida de un hijo es una de las experiencias más
dolorosas
que puede enfrentar una familia. El proceso de
duelo es largo, lleno de altibajos y, muchas veces, incomprensible
para quienes no lo han vivido. El primer paso suele ser aceptar el
acompañamiento profesional: psicólogos
especializados pueden ayudar no solo a asimilar el dolor, sino
también a reconstruir la vida diaria después de una tragedia
así.

Hablar sobre lo ocurrido, compartir recuerdos y permitirse
sentir sin culpa es clave para superar el duelo.
Además, la empatía social, el apoyo de amigos y el tiempo son
aliados en este camino. Nadie olvida una pérdida así, pero el amor
y la memoria permiten honrar la vida de quien se ha ido.

Recuerda que los grupos de apoyo, la escucha activa de otros
padres que han pasado por situaciones similares y los recursos de
atención psicológica ofrecen herramientas valiosas para sobrellevar
el dolor y volver a encontrar sentido en lo cotidiano.



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