#Salud: los productos “altos en proteínas” que están llenos de edulcorantes y encima son carísimos

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En los últimos años, los productos “altos en proteínas” han
tomado por asalto las estanterías de los supermercados. Desde
yogures y barritas hasta batidos y cereales, la oferta se ha
multiplicado en los últimos tiempos y sus atractivos envases
prometen saciedad, mejora de la masa muscular y una solución rápida
para quienes buscan una vida saludable.

El atractivo del marketing y el costo oculto

El marketing ha conseguido convertir a los productos “altos en
proteínas” en sinónimo de salud y eficiencia. Mezclan imágenes de
personas activas, frases como “energía
instantánea”
y la idea de que son casi esenciales para
quienes quieren cuidarse. Sin embargo, el costo de estos productos
suele ser mucho más alto comparado con alternativas tradicionales
que aportan la misma cantidad de proteínas.

Detrás de este alto coste, la industria utiliza
ingredientes extra para lograr un sabor y textura que atraigan al
consumidor. Es común el uso de edulcorantes como
sucralosa o eritritol, junto a estabilizantes y aromas
artificiales. Estos aditivos enmascaran el sabor natural de las

proteínas
procesadas, haciéndolos más apetecibles. Aun así, la
lista de ingredientes crece sin que aporte más beneficio
nutritivo
real. Es frecuente encontrar envases que
prometen grandes cantidades de proteína, pero al revisar la
información nutrimental se observa que no ofrecen mucho más que un
yogur natural o un plato de huevos en casa, pero con el doble o
triple de ingredientes y a un precio muy superior. Lo que parece
ser una solución práctica, en realidad, tiene un beneficio
limitado
frente a fuentes tradicionales.

Foto Freepik

Efectos de los edulcorantes y la proteína procesada en la
salud

La popularidad de los edulcorantes en productos
altos en proteínas no pasa inadvertida. Su función principal es
mantener la dulzura y la palatabilidad sin añadir calorías,
respondiendo a la demanda de productos bajos en azúcar. Sin
embargo, el consumo habitual de estos compuestos puede tener
efectos sobre la microbiota intestinal, alterando
el equilibrio de bacterias beneficiosas. Además, algunos estudios
señalan que los edulcorantes afectan la respuesta de la
insulina y la regulación de la glucosa, incluso si
no elevan el azúcar en sangre de manera directa.

El consumo frecuente de alimentos
ultraprocesados
puede modificar la percepción del gusto,
ya que acostumbran al paladar a sabores artificiales e intensos,
mientras la preferencia por alimentos frescos y
naturales puede desaparecer poco a poco. Aunque la ciencia todavía
investiga los efectos a largo plazo, ya existen advertencias para
evitar un consumo excesivo de edulcorantes o productos enriquecidos
regularmente sin control. La legislación exige el cumplimiento de
ciertos criterios para calificar como “alto en proteínas”, pero la
realidad es que la fuente y la calidad de esas proteínas no siempre
responden a las necesidades reales de la mayoría.

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Alternativas sencillas y naturales frente a los productos altos
en proteínas industriales

Existe una amplia gama de fuentes naturales y
accesibles de proteína que ofrecen un perfil nutricional completo,
sin los ingredientes extra de los alimentos ultraprocesados. Los
huevos son una de las más conocidas y económicas,
contienen
proteínas
completas y se pueden preparar de muchas formas. Las
sardinas también destacan por su aporte proteico y
contienen grasas saludables y minerales. Las
legumbres como las lentejas, los garbanzos y la
quinoa son perfectas para quienes buscan opciones
vegetales, con la ventaja de ser baratas y accesibles.

Elegir alimentos frescos y de temporada
garantiza una nutrición más equilibrada, ya que no contienen
aditivos, azúcares añadidos ni proteínas
procesadas
de baja calidad. Además, estos alimentos
mantienen la saciedad natural y el placer auténtico de comer.
Apostar por proteínas completas de origen natural
es una opción que cuida tanto la salud como el bolsillo. La
variedad en la dieta, con productos de calidad y poco
procesamiento, es clave para una alimentación saludable. No se
trata solo de contar gramos de proteína, sino de valorar el
conjunto de nutrientes y el impacto del alimento en la salud
cotidiana.

Una alimentación simple, basada en fuentes
naturales
, evita caer en la trampa del marketing y la
promesa vacía de los productos caros y llenos de ingredientes
artificiales. Por mucho que los envases prometan resultados
espectaculares, la ciencia respalda el consumo de alimentos
completos, variados y lo menos procesados posible para mantener la
salud general y una buena masa muscular.

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