#Salud: Los 7 peligros de comer menos de una cucharadita de sal al día

0
38


Aunque el consumo excesivo de sal es bien conocido como factor
de riesgo para enfermedades como la hipertensión, muchas personas
desconocen los peligros que conlleva consumir cantidades
insuficientes. La sal, esencial para diversas funciones biológicas,
no solo aporta sabor a la comida, sino que es clave para el
equilibrio de líquidos, la función muscular y más procesos
vitales.

¿Por qué el cuerpo
necesita sal?

La sal, compuesta principalmente de sodio, es
un electrolito esencial que contribuye a mantener el balance
adecuado de los líquidos corporales. Además, regula funciones
importantes como la
presión arterial
, los impulsos nerviosos y la contracción
muscular. Sin el sodio suficiente, estas y otras funciones
cruciales pueden verse comprometidas.

El problema surge cuando se consumen cantidades por debajo del
límite mínimo recomendado: una cucharadita al día,
equivalente a aproximadamente 2,300 mg de sodio, según
instituciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Deshidratación severa

El sodio ayuda a que el cuerpo retenga el agua necesaria para
mantenerse hidratado. Cuando una persona consume menos de la
cantidad mínima de
sal
, los niveles de hidratación se ven afectados. Esto puede
provocar deshidratación severa, especialmente en
climas cálidos o durante el ejercicio físico intenso. La
deshidratación
, a su vez, causa síntomas como fatiga, dolores
de cabeza constantes y calambres musculares.

Presión arterial
peligrosamente baja

El sodio también juega un papel crucial en la regulación
del volumen sanguíneo
. Cuando los niveles de sodio son
demasiado bajos, el volumen de sangre disminuye, provocando una
caída peligrosa de la presión arterial. Esto puede causar mareos,
desmayos e incluso poner en riesgo órganos como el
cerebro y el corazón, que dependen de un flujo constante de
sangre.

Problemas musculares

Los músculos necesitan sodio para funcionar correctamente, ya
que este ayuda en la transmisión de señales
nerviosas
que permiten sus contracciones. Una ingesta
insuficiente de sal puede debilitar significativamente los
músculos, provocando sensación de debilidad, temblores o incluso
espasmos musculares. Esto es especialmente importante para
deportistas o personas físicamente activas.

Desequilibrio en la
salud digestiva

El
sistema digestivo
también depende del sodio para producir
ácido clorhídrico, necesario para descomponer los
alimentos en el estómago. Sin suficiente sal en la dieta, la
digestión puede volverse más lenta y menos eficiente, causando
molestias como hinchazón, gases o estreñimiento. Además, una
digestión incompleta puede reducir la absorción de
nutrientes clave
, debilitando el cuerpo con el tiempo.

Foto Freepik

Incremento de
los niveles de colesterol malo

Curiosamente, hay estudios científicos que han asociado dietas
bajas en sal con un aumento en el colesterol LDL, conocido como el
“colesterol malo”. Este tipo de colesterol está
directamente relacionado con
enfermedades cardíacas
y accidentes cerebrovasculares, por lo
que no consumir suficiente sal podría tener el efecto opuesto al
deseado respecto a la salud cardiovascular.

Alteración en los
antojos y paladar

Cuando el cuerpo no recibe suficiente sal, puede desarrollarse
un deseo intenso por alimentos salados. Esto
ocurre como una respuesta natural del organismo para restaurar el
balance de sodio. Además, una dieta muy baja en sal puede cambiar
el umbral del sabor de las personas, haciendo que las comidas
normales parezcan insípidas o causando alteraciones en la
percepción del gusto.

Debilitamiento del
hígado

Consumir menos sal también puede afectar directamente procesos
metabólicos clave en el hígado, como la
desintoxicación del cuerpo. La falta de sodio reduce la capacidad
del
hígado
para procesar ciertos nutrientes, lo que eventualmente
puede disminuir la eficiencia de este órgano vital. Esto deja al
cuerpo más vulnerable a toxinas y afecta el metabolismo
general.

¿Qué cantidad es la
adecuada?

Para evitar los problemas relacionados tanto con el exceso como
con la falta de sal, lo ideal es mantener un consumo moderado.
Los adultos deben limitarse a una cucharadita de sal al
día, incluyendo la sal presente en alimentos procesados y
preparados.
Es importante leer etiquetas y optar por
alimentos frescos cuando sea posible para controlar mejor el
contenido de sodio.

En poblaciones específicas, como personas mayores, niños o
aquellos con enfermedades crónicas, las necesidades de sodio pueden
variar. Por eso, es recomendable consultar a un médico o
nutricionista para ajustar la dieta según las necesidades
individuales.

Balancear el
consumo de sal con potasio

Además de controlar la ingesta de sal, es útil equilibrarla con
una dieta alta en potasio, un mineral presente en
frutas y verduras como plátanos, espinacas y aguacates. El potasio
contrarresta algunos de los efectos negativos del sodio sobre la
presión arterial, proporcionando un enfoque más completo para la
salud cardiovascular.

No consumir suficiente
sal
puede ser igual o incluso más peligroso que consumir en
exceso. Es esencial encontrar un equilibrio que permita al cuerpo
funcionar correctamente, evitando problemas como
deshidratación, debilidad muscular, problemas
digestivos y daño a órganos clave. Una cucharadita de sal al día es
más que suficiente para satisfacer las necesidades de sodio en una
dieta saludable. Mantener este balance hará que el cuerpo disfrute
de los beneficios de la sal sin asumir sus riesgos.

video
play-sharp-fill

¿Le resultó útil este artículo?



Source link