#Salud: lo que los expertos recomiendan para una dieta saludable

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¿Te has parado frente al estante del supermercado debatiendo si
deberías llevar mantequilla o aceite? Ambos parecen tan básicos en
la cocina, pero el dilema sobre cuál es mejor para tu salud genera
dudas y opiniones encontradas. Hoy vamos a desempolvar la verdad
con datos claros y sencillos para que puedas tomar la mejor
decisión para tu mesa.

La mantequilla es una grasa de origen animal
que contiene una proporción alta de grasas
saturadas
, las cuales mantienen su forma sólida a
temperatura ambiente y durante años se han asociado al aumento de
colesterol LDL, el famoso “colesterol malo”.

El aceite vegetal, especialmente el de
oliva, canola,
girasol o maíz, está repleto de
grasas insaturadas, que a diferencia de las
saturadas, ayudan a reducir el colesterol “malo” y favorecen el
“bueno”. Por eso, la mayoría de los expertos en nutrición
recomiendan estos aceites cuando la meta es cuidar la salud del
corazón.

El papel de
la mantequilla en la dieta moderna

La mantequilla tiene nutrientes interesantes, como
vitamina A, calcio y un compuesto
llamado butirato. Asimismo, se le atribuyen
algunos beneficios para el intestino y, en pequeñas cantidades,
hasta ayuda a la saciedad. Pero conviene no pasarse, ya que el
abuso diario puede aumentar el riesgo de enfermedades del
corazón.

Aún así, la mantequilla tiene un sabor y una textura difíciles
de igualar. Quien prepara repostería o recetas tradicionales lo
sabe. La clave está en el equilibrio y la moderación, porque todo
exceso daña y toda restricción amarga.

¿Y qué pasa con los
aceites?

No todos los aceites son iguales. Por ejemplo, el aceite
de oliva virgen extra
destaca por su contenido en
polifenoles y antioxidantes, que
ayudan a combatir la inflamación y protege las células del daño
diario. Si quieres el mayor beneficio, opta siempre por aceites
prensados en frío y sin refinar; mantienen más nutrientes.

Por el contrario, los aceites refinados y los
que se exponen a altas temperaturas pierden parte de sus
propiedades y pueden llegar a formar compuestos dañinos para el
cuerpo. Si usas aceite de canola u otros aceites
vegetales, úsalos en frío o para cocción breve.

Foto Freepik

Grasas trans y
procesos industriales

Aquí llegamos al campo minado: las grasas trans
que se forman durante los procesos de hidrogenación, usados para
alargar la vida útil de productos como margarinas y ciertos
aceites. Estas grasas sí han demostrado tener efectos negativos más
claros, aumentando el riesgo cardiovascular y causando
inflamación.

Una dieta saludable sería aquella que limita al máximo este tipo
de grasas. Lee las etiquetas, porque a veces se esconden en
alimentos procesados que ni imaginas: galletas, pasteles y snacks
salados.

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¿Cuál es mejor para
cocinar?

Depende de la receta y de la temperatura. El aceite de
oliva virgen extra
resiste bien el calor moderado y añade
sabor a ensaladas y platos calientes. Para freír, elige aceites que
toleran temperaturas altas, como el de
aguacate
.

La mantequilla da un sabor espectacular a platos como huevos o
purés, pero no aguanta tanto el calor y se quema rápido. Puedes
mezclar mantequilla y aceite para aprovechar su sabor y mejorar su
estabilidad.

El mito del
“todo o nada”

Ni mantequilla ni aceite vegetal son el enemigo, si se usan con
cabeza, ya que los extremos no suelen dar buenos resultados. Una
cucharadita de mantequilla en el desayuno no va a arruinar tu salud
si en el resto del día priorizas fuentes de grasa saludable y
llevas una dieta variada. Nadie engorda ni enferma por un gramo
extra ocasional.

El aceite de
oliva, el favorito de la ciencia

El aceite de oliva virgen extra tiene tantos
beneficios demostrados que merece mención especial, porque no solo
baja el colesterol, también ayuda a controlar la
presión arterial
y reduce la inflamación. Las dietas
mediterráneas, que lo incluyen a diario, tienen menos índices de

enfermedades cardiovasculares
.

Para obtener los mejores resultados, compra siempre aceites
certificados y de buena calidad, así evitas imitaciones que pueden
tener menos del 50% de aceite real y perder el beneficio
esperado.

Recuerda que la elección entre mantequilla o aceite depende de
tus hábitos, tus gustos y el uso que vayas a darle. Si buscas
cuidar tu corazón, prioriza los aceites vegetales
líquidos
, sobre todo el de oliva virgen extra, y limita
grasas saturadas y trans. Disfruta de la mantequilla en ocasiones
especiales y opta por productos menos procesados siempre que
puedas.

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