Causas frecuentes y normales del frío en extremidades
El clima frío, la poca ropa o pasar muchas horas sentado sin moverte pueden explicar por sí solos el frío en manos y pies. También influyen el estrés diario, la ansiedad, el tabaquismo y beber poca agua, porque todo eso hace que los vasos sanguíneos se cierren más.
En estas situaciones, el frío suele mejorar al abrigarte mejor, moverte un poco, estirar las piernas o practicar respiraciones profundas para bajar la tensión.
Cuándo el frío puede avisar de un problema de salud
Si el frío es casi permanente y no parece guardar relación con la temperatura ambiental, puede relacionarse con mala circulación, fenómeno de Raynaud, anemia o hipotiroidismo. En estas condiciones, la sangre no circula bien, falta oxígeno en los tejidos o el cuerpo gasta menos energía.
También hay enfermedades del corazón y de los vasos sanguíneos que se manifiestan con extremidades frías. En todos estos casos hace falta una valoración médica para encontrar la causa y tratarla a tiempo.
Síntomas de alarma: señales de que no es solo el clima
No todo frío es peligroso, pero el cuerpo suele dar pistas bastante claras cuando algo más serio está detrás.
Cambios en el color, dolor y hormigueo en manos y pies
El frío constante preocupa más si los dedos se ponen muy pálidos, azulados o rojizos de forma repetida. Estos cambios suelen ir acompañados de dolor, pinchazos, hormigueo o sensación de entumecimiento. A veces los dedos se hinchan o la piel se ve tensa y brillante.
Estos signos indican que la circulación o los nervios pueden estar afectados, por lo que no conviene ignorarlos si aparecen con frecuencia.
Otros signos que indican que debes ir al médico
Cuando el frío en las extremidades se acompaña de cansancio extremo, falta de aire con pequeños esfuerzos, palpitaciones o mareos, hay que consultarlo. También llaman la atención las heridas en pies o dedos que tardan en cerrar, la caída de cabello, el aumento de peso sin explicación o la presencia de fiebre.
Si notas que el frío es nuevo, muy intenso o empieza a limitar tu trabajo, tu descanso o tu vida social, lo más prudente es pedir una cita médica.
Qué puedes hacer si siempre tienes manos y pies fríos
Usa ropa y calzado cómodo, abrigado y que no apriete para no bloquear la circulación. Procura levantarte y caminar unos minutos cada cierto tiempo si trabajas sentado. Dejar de fumar, reducir el consumo de alcohol y bajar el nivel de estrés ayuda mucho a que los vasos sanguíneos funcionen mejor.
Dormir lo suficiente, hidratarte bien y mantener una alimentación completa también favorecen una mejor regulación de la temperatura corporal. Con pequeños cambios constantes, muchas personas notan que manos y pies se sienten menos fríos.
Cuándo es clave pedir una cita médica y qué esperar
Es importante pedir ayuda profesional si ya has identificado síntomas de alarma, si el frío te duele o si en tu familia hay antecedentes de problemas circulatorios, cardiacos o enfermedades autoinmunes. El médico te hará preguntas sobre tu estilo de vida, tus antecedentes y tus síntomas.
También puede revisar el pulso en tus extremidades, observar la piel y pedir análisis de sangre u otras pruebas sencillas. Todo esto sirve para detectar a tiempo una posible causa de fondo y elegir el tratamiento adecuado.