#Salud: lo que debes evitar en tu dieta

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La vida moderna ha llenado las estanterías con productos listos
para consumir, pero la comodidad a menudo viene acompañada de
consecuencias para la salud. El auge de los alimentos
ultraprocesados
se ha vinculado al repunte de problemas
físicos y mentales en la población. Por eso, conocer cuáles son los
más dañinos y reconocerlos en el supermercado es un paso esencial
para cuidar la salud pública y personal.

Los
alimentos ultraprocesados
, según la clasificación
NOVA, son productos fabricados principalmente con
ingredientes industriales. Su alto nivel de procesamiento implica
la presencia de sustancias que rara vez se encuentran en cocinas
domésticas: azúcares añadidos, grasas, harinas
refinadas, aditivos, colorantes y conservantes. Estos ingredientes
generan sabores y texturas atractivas, pero su impacto va mucho más
allá del antojo momentáneo: incrementan el riesgo de una amplia
gama de enfermedades, desde obesidad y diabetes tipo 2 hasta
trastornos mentales y problemas cardiovasculares.

Qué
define a un alimento ultraprocesado y por qué es tan
dañino

No todo lo que viene envasado es ultraprocesado, pero el grupo
que sí lo es comparte ingredientes industriales y técnicas de
producción a gran escala. La clasificación NOVA
los distingue por su bajo valor nutricional y su abundancia de
compuestos artificiales. Entre sus componentes más
frecuentes destacan:

  • Azúcares y jarabes añadidos
  • Grasas saturadas y trans
  • Harinas blancas
  • Aditivos como conservantes,
    colorantes y realzadores del
    sabor
  • Sodio y endulzantes artificiales

El organismo no está preparado para manejar altos volúmenes de
estos compuestos. Su ingesta regular provoca elevaciones rápidas de
la glucosa e insulina en la sangre, lo que
puede llevar a resistencia a la insulina, diabetes
y sobrepeso. Además, estos productos suelen inducir desequilibrios
en la flora intestinal, alterar la regulación del apetito y activar
los mismos circuitos cerebrales implicados en la
adicción. No solo afectan el cuerpo: estudios
recientes revelan vínculos sólidos con depresión, ansiedad y
deterioro cognitivo.

Foto Freepik

Alimentos
ultraprocesados más peligrosos para la salud

No todos los productos ultraprocesados son iguales. Algunos
sobresalen por su peligrosidad y por la frecuencia con que forman
parte de la dieta en muchos países. Reconocerlos ayuda a tomar
mejores decisiones diarias.

Refrescos, jugos y
bebidas azucaradas

Estas bebidas pueden parecer inofensivas, pero concentran
grandes cantidades de azúcar, jarabes y
edulcorantes artificiales. Un solo vaso puede superar el límite
diario recomendado de azúcar. Su consumo regular está asociado a
obesidad, mayor riesgo de diabetes tipo
2
y alteraciones metabólicas. Además, contienen
colorantes y aditivos que algunos estudios
relacionan con déficit de atención y deterioro en la función
mental. El problema se agrava porque no generan saciedad: se bebe
en grandes cantidades sin compensar reduciendo otros alimentos.

Embutidos,
productos cárnicos reconstituidos y fiambres

Entre los alimentos ultraprocesados más dañinos destacan los
embutidos, salchichas, jamón cocido, mortadela y
productos similares. Suelen recibir grandes dosis de
nitritos y nitratos, sustancias que actúan como
conservantes y colorantes. El abuso de estos ingredientes ha sido
vinculado con un aumento en el riesgo de cáncer
colorrectal
y enfermedades cardiovasculares. Además,
tienen un alto contenido de grasas saturadas y
sal, lo que favorece la aparición de hipertensión
y eleva el colesterol LDL, el llamado “malo”.

Te podría interesar:

Snacks,
galletas, cereales industriales y bollería

Las galletas envasadas, los cereales azucarados para desayuno,
los pasteles y la bollería industrial parecen tentaciones
inocentes. Sin embargo, su peligrosidad radica en la mezcla de
azúcares refinados, grasas trans, harinas blancas,
colorantes y saborizantes. Su consumo frecuente altera el
metabolismo de la glucosa, incrementa el riesgo de
resistencia a la insulina, promueve el
almacenamiento de grasa en el abdomen y favorece la inflamación
crónica. Además, están diseñados para ser altamente palatables, lo
que puede derivar en adicción alimentaria y
dificultad para moderar su consumo.

Comidas listas
para calentar e instantáneas

La rapidez con que se preparan, como en el caso de los
fideos instantáneos, pizzas congeladas y platos
listos, resulta atractiva en una rutina agitada. Pero esa comodidad
implica dosis elevadas de sodio, grasas saturadas
y aditivos como potenciadores del sabor y conservantes. Este tipo
de alimentos se asocia con tensión arterial elevada,
enfermedad cardiovascular y empeoramiento de
cuadros metabólicos. Tampoco suelen aportar fibra ni nutrientes
esenciales, lo que contribuye a una dieta desequilibrada, pobre y
carente de beneficios reales.

Cómo
reducir el impacto de los alimentos ultraprocesados

La clave para cuidar la salud está en la lectura de
etiquetas
y la
selección consciente
de lo que se lleva a la mesa. Optar por
alimentos frescos y naturales en lugar de
productos brillantes y llamativos es la mejor estrategia. Productos
con listas extensas de ingredientes poco familiares, nombres
complicados y múltiples aditivos suelen pertenecer al grupo de los
más peligrosos. Los expertos recomiendan planificar las comidas,
limitar la compra de snacks envasados y priorizar frutas, verduras,
proteínas magras y cereales integrales. Cuanto menos procesado sea
el alimento, mayor el control sobre lo que entra en el cuerpo y
mejores las probabilidades de tener una vida larga y saludable.

Con pequeños cambios y más información, es posible transformar
la dieta y proteger el bienestar. Elegir mejor hoy será la mejor
inversión para el mañana.

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