#Salud: Las consecuencias poco conocidas de los tacones altos

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Los tacones altos han sido durante décadas un símbolo de
elegancia y sofisticación. Muchas personas los eligen como
complemento indispensable para eventos o incluso para la rutina
diaria. Sin embargo, este calzado icónico oculta efectos negativos
que suelen pasar desapercibidos. A pesar de su atractivo estético,
su uso prolongado puede tener un impacto significativo en la
salud.

Una postura que no es
natural

El simple acto de caminar con

tacones
altos transforma el equilibrio natural del cuerpo. Al
elevar el talón, se altera el centro de gravedad,
obligando al cuerpo a inclinarse hacia adelante. Para compensar, se
genera un aumento en la curvatura de la espalda (lordosis lumbar).
Este cambio postural ocasiona dolores crónicos en la zona
baja de la espalda
que pueden persistir incluso al
quitarse el calzado.

Además, las rodillas también sufren. Caminar con tacones eleva
la tensión en estas articulaciones, lo que puede llevar a
desgaste del cartílago y, a largo plazo, a
problemas de artrosis. La biomecánica del cuerpo se ve afectada por
completo, y esto puede complicarse aún más con el uso repetido.

Los pies en el centro
del sacrificio

Los pies son las primeras víctimas del uso regular de tacones.
Con cada paso, el peso del cuerpo recae desproporcionadamente sobre
el antepié. Esto incrementa el riesgo de desarrollar deformidades
como el hallux valgus (llamado comúnmente
juanete). Además, el uso de tacones estrechos agrava esta condición
al presionar los dedos.

Las metatarsalgias (dolores en la planta del pie) también son
comunes. Caminar en tacones puede provocar irritación en los
nervios del pie, causando ardor y molestias
agudas
. Las lesiones más graves, como esguinces o
fracturas de tobillo, son otro de los riesgos frecuentes debido a
la inestabilidad de este tipo de calzado.

Impacto en la
musculatura y tendones

A largo plazo, el uso de tacones altos provoca cambios
significativos en la musculatura de las piernas. Los
gemelos y el tendón de Aquiles permanecen
constantemente contraídos, lo que genera un acortamiento de estos
tejidos. Esto no solo ocasiona molestia al caminar descalza o con
zapatos planos, sino que también incrementa las probabilidades de
desarrollar tendinitis o fascitis plantar.

La falta de flexibilidad en los músculos puede llevar a
desequilibrios que afectan la movilidad general. Además, esta
rigidez dificulta la adaptación a calzados más cómodos, perpetuando
un círculo de incomodidad.

Foto Freepik

La circulación
sanguínea bajo presión

Otro efecto menos evidente es el impacto en la
circulación sanguínea. El diseño de los tacones
altos, combinado con la posición inclinada del pie, dificulta el
retorno venoso. Este fenómeno puede desencadenar hinchazón
en las piernas, sensación de pesadez y, con el tiempo, la aparición
de varices
.

El uso prolongado también puede causar insuficiencia venosa, una
condición donde las venas no logran devolver eficientemente la
sangre al corazón. Esto no solo genera incomodidad, sino que puede
convertirse en un problema médico si no se toman precauciones.

El dilema psicológico y
social

Más allá de los efectos físicos, existe otra dimensión: la
presión social asociada al uso de tacones altos. Muchas mujeres
sienten que el calzado elegante es un requisito en
reuniones laborales o sociales
, a pesar del malestar que
puedan causar. La frase “hay que sufrir para lucir bien” refleja
cómo muchos sacrifican su comodidad en nombre de la apariencia.

Sin embargo, esta práctica perpetúa estereotipos de belleza que
no siempre son saludables. Es importante reflexionar si vale la
pena priorizar una norma estética sobre el bienestar personal.

Opciones más
saludables sin perder estilo

No todo está perdido para quienes aman los tacones. Existen
alternativas que ofrecen un buen equilibrio entre estilo y salud.
Por ejemplo, optar por tacones de menor altura o con
plataformas
reduce considerablemente la presión sobre el
antepié. Además, el uso de plantillas personalizadas puede
proporcionar un soporte adicional que mejora la comodidad.

También es recomendable alternar los días de uso de tacones con
calzado más ergonómico. Incluir ejercicios de estiramiento para los
gemelos y el tendón de Aquiles puede ayudar a
mantener la flexibilidad muscular y a prevenir lesiones.

Aunque los
tacones
altos son un símbolo de moda, no se debe ignorar su
impacto en la salud. Desde dolores en la espalda hasta deformidades
en los pies, las consecuencias son muy reales y a menudo
irreversibles si no se toman medidas. Valorar la comodidad y cuidar
el cuerpo son pasos esenciales para priorizar el bienestar sin
renunciar completamente al estilo. Después de todo, nadie debería
sufrir para verse bien.

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