#Salud: la receta tradicional italiana que se convertirá en tu favorita

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¿Quién puede resistirse al encanto de una lasaña italiana bien
hecha? Rica en sabores, texturas y tradición, este platillo no solo
conquista estómagos, sino también corazones. Aquí te contamos cómo
preparar una lasaña auténtica que se convertirá en un clásico en tu
mesa.

La lasaña, conocida como “lasagna alla
Bolognese”
, tiene raíces profundas en la gastronomía
italiana. Este platillo, que data de la época del Imperio Romano,
ha evolucionado para incorporar ingredientes como el tomate y
técnicas refinadas como la béchamel. Sin embargo, algo se mantiene
constante: el amor por los sabores auténticos y caseros.

Hacer una lasaña desde cero no solo es un ejercicio culinario,
sino un tributo a una tradición que une familias y amigos en cada
capa de sabor.

Los ingredientes claves para el éxito

Para lograr una lasaña perfecta, es esencial contar con los
ingredientes adecuados y prepararlos con cuidado. La receta incluye
tres componentes principales:

1. Ragù alla bolognese (Salsa de carne): es el
corazón del platillo y se prepara con una combinación de carne
molida de res y cerdo, cebolla, zanahorias, apio, y un toque de
vino para realzar los sabores. La clave está en dejar que la salsa
hierva a fuego lento durante unas dos horas, permitiendo que los
sabores se concentren.

2. Salsa bechamel: esta salsa cremosa le aporta
suavidad y equilibra la textura del ragù. Se elabora con
mantequilla, harina, leche y un toque de nuez moscada. Es
importante prepararla con paciencia, evitando grumos para lograr
una consistencia sedosa.

3. Pasta fresca: mientras que algunos optan por
la pasta seca, la pasta fresca hecha en casa —mezclando harina con
huevos— lleva este platillo al siguiente nivel. Si usas pasta seca,
es recomendable pre-cocerla rápidamente para evitar que quede seca
durante la cocción final.

Foto Freepik

Pasos para preparar una auténtica lasaña

Preparar una lasaña no es complicado, pero requiere tiempo y
atención a los detalles. Aquí te dejamos los pasos esenciales:

Preparación del ragù

Pica finamente el apio, zanahorias y cebollas, y sofríelas en
aceite de oliva caliente. Luego, añade la carne molida y mezcla
bien. Cuando la carne esté dorada, vierte el vino y deja que se
evapore. Incorpora el tomate triturado y sazona con sal. Cocina a
fuego lento durante al menos dos horas, revolviendo ocasionalmente.
Este paso es crucial para que la salsa quede rica y espesa.

Bechamel sin errores

En una cacerola, derrite la mantequilla a fuego medio. Agrega la
harina y mézclala constantemente durante un par de minutos. Poco a
poco, vierte la leche tibia mientras bates vigorosamente. Continúa
cocinando hasta que la mezcla espese. Añade una pizca de nuez
moscada para un toque aromático.

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Pasta que marca la diferencia

Si decides hacer pasta fresca, mezcla harina y huevos hasta
formar una masa lisa. Déjala reposar por 20 minutos antes de
estirarla finamente. Si usas pasta seca, hiérvela rápidamente en
agua salada.

El montaje correcto marca la diferencia entre una lasagna buena
y una inolvidable. Comienza cubriendo el fondo de un molde con una
capa ligera de ragù. Añade una lámina de pasta, otra capa de ragù,
una de béchamel, y espolvorea queso parmesano rallado. Repite este
proceso hasta llenar el molde, asegurándote de terminar con una
capa generosa de béchamel y parmesano.

Algunas personas prefieren añadir pequeños trozos de
mantequilla
en la capa superior para obtener un gratinado
dorado y crujiente.

Por último, hornea la lasaña en un horno precalentado a
180°C durante 25 minutos. Para un acabado
perfecto, sube la temperatura a 240°C durante los últimos cinco
minutos para dorar la superficie. Después de sacarla del horno,
deja reposar el platillo por unos minutos. Esto no solo facilita el
servicio, sino que permite que los sabores se asienten.

¿Por qué esta lasagna será tu favorita?

La combinación de la rica salsa de carne, la suavidad de la
béchamel y la textura tierna de la pasta fresca crea una
experiencia incomparable. Además, el hecho de prepararla desde cero
agrega un nivel extra de satisfacción y orgullo.

Puedes personalizar la receta a tu gusto, añadiendo vegetales al
ragù si buscas una versión más ligera o experimenta con quesos
adicionales para un sabor más intenso. Sin importar las
variaciones, lo importante es disfrutar el proceso y compartirlo
con seres queridos.

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