#Salud: Expulsan de por vida a la campeona “ciega” de judoca tras revelarse que sí podía ver

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El deporte paralímpico ha vivido uno de sus
momentos más controvertidos. Shahana Hajiyeva, una judoca
azerbaiyana que se hizo famosa por conquistar el oro en
Tokio 2020
como atleta ciega, terminó expulsada de por
vida tras descubrirse que en realidad sí podía ver. Esta noticia ha
sacudido los cimientos del parajudo y ha puesto en el centro del
debate la importancia de la clasificación médica y la necesidad de
confiar en la honestidad de quienes compiten en estas
disciplinas.

La sanción, además de poner en tela de juicio la legitimidad de
sus logros, ha dejado al descubierto las grietas de un sistema que,
para proteger la igualdad, necesita ser más infalible que
nunca.

Shahana Hajiyeva fue hasta hace poco un orgullo
nacional para Azerbaiyán. Alcanzó la cima del parajudo al
conquistar la medalla de oro en la categoría femenina de -48 kg en
los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020. Su historia era inspiradora:
una joven que, a pesar de las barreras de la discapacidad visual,
superaba adversidades y llegaba al podio más alto.

Sus victorias la convirtieron en referente mundial y símbolo de
superación. Además, participó en torneos internacionales y su
nombre siempre figuraba entre las favoritas. Por eso, la noticia de
su exclusión ha resultado tan chocante.

El descubrimiento del fraude

El giro en la historia de Hajiyeva ocurrió durante una
evaluación previa al Mundial de Parajudo en
Astaná
, Kazajistán. Con la reciente actualización de las
categorías y controles médicos para atletas ciegos y con visión
reducida, la Comisión Médica Internacional sometió a la judoca a un
test riguroso. Los resultados fueron claros: no presentaba
limitación visual alguna.

Toda la credibilidad ganada durante años se desmoronó en
cuestión de horas. El comité responsable no dudó y anunció la
expulsión de Hajiyeva de por vida de cualquier competición
reservada para atletas con discapacidad visual. La noticia corrió
por los medios y rápidamente despertó debates sobre la fragilidad
de los sistemas de control y los retos éticos de cualquier
competencia que base su equidad en la confianza y la
transparencia.

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Fraude y clasificación en el deporte paralímpico

Durante años, el parajudo clasificó a los atletas en categorías
B1, B2 y B3, según el grado de discapacidad
visual. Recientemente, se introdujeron nuevas categorías J1
y J2
con requisitos más estrictos. Muchos quedaron fuera
del sistema por no cumplir ya con los criterios médicos y esta
transformación buscaba mayor rigor, pero también destapó casos que
se mantenían bajo la superficie.

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A pesar de los esfuerzos, detectar fraudes depende mucho de los
recursos médicos, la ética de los equipos y el flujo de información
entre naciones y federaciones. El caso de Hajiyeva señala que,
aunque el sistema evolucione, aún existen espacios que pueden ser
manipulados.

Casos históricos y necesidad de reforzar los controles

El fraude en el deporte adaptado no es nuevo. A lo largo de los
años, se han detectado situaciones en distintas disciplinas donde
atletas intentaron competir bajo clasificaciones que no les
correspondían. Cada caso pone en jaque el equilibrio fundamental de
estas competencias.

Por eso, reforzar las auditorías independientes, mejorar
los protocolos médicos y repetir las evaluaciones de manera
periódica
no es solo una medida reactiva, sino
indispensable para proteger los valores del deporte. La tecnología,
un mayor intercambio de información internacional y la capacitación
constante de los profesionales de la salud deportiva pueden ayudar
a blindar los sistemas ante trampas futuras.

La expulsión de Shahana Hajiyeva marca un antes y un después.
El deporte paralímpico no puede darse el lujo de dudar de
su propia justicia
, ni de dejar espacio al engaño. Al
final, las grandes competencias se sostienen en la confianza que el
público y los atletas depositan en ellas.

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