Cuando una persona con poder y prestigio cae, la comunidad se queda con una pregunta incómoda: ¿cómo no se vio venir? En el condado de Somerset, Pensilvania, el caso de Bradley Lavan, exdirector del centro 911 y líder de Boy Scouts, sacudió a familias, escuelas y grupos juveniles. Tras varios días de juicio, Lavan se declaró culpable de treinta y nueve cargos vinculados a abuso sexual infantil. Aquí va un resumen claro de qué pasó, qué falta en el proceso y por qué este caso importa para la protección de menores.
Qué pasó en el caso del exdirector del 911 del condado de Somerset
Según el reporte local citado por Univision, Bradley Lavan tenía treinta y dos años y enfrentó acusaciones por abusar de cinco menores. Los hechos, de acuerdo con el caso presentado en corte, habrían ocurrido entre enero de dos mil veintiuno y enero de dos mil veintitrés, cuando algunos niños visitaban su casa para convivencias, juegos o pijamadas con sus propios hijos.
El reporte indica que las denuncias se conocieron en dos mil veintitrés, después de que los propios menores hablaran. Lavan salió del cargo en abril de dos mil veintitrés, y más tarde fue detenido a inicios de septiembre de ese mismo año. La fiscal de distrito, Molly Metzgar, señaló que el acusado se declaró culpable en el quinto día del juicio, después de una semana marcada por testimonios difíciles.
Por qué la declaración de culpabilidad ocurrió en pleno juicio
Declararse culpable durante el juicio significa que el acusado ya escuchó parte de la evidencia y decide admitir los hechos en lugar de seguir peleando el caso ante un jurado. Eso puede cerrar la etapa de debate en sala, pero no borra el daño ni el esfuerzo de quienes testificaron. El juez todavía debe dictar sentencia, y el proceso sigue con pasos clave.
Testimonios, evidencia y el impacto en las víctimas menores
En el juicio, el jurado vio entrevistas grabadas en las que los menores describieron conductas sexuales forzadas, sin entrar en detalles gráficos en la cobertura. También se mencionó que una víctima relató haber visto material pornográfico en un teléfono. Otros niños dijeron haber presenciado agresiones, lo que reforzó partes del relato.
El reporte también indica que una menor dudó al inicio, algo común cuando hay miedo o confusión, pero otros testimonios ayudaron a confirmar lo ocurrido. Metzgar criticó que las familias tuvieran que pasar días enteros en corte. Aun así, destacó la valentía de los niños al contar lo que vivieron.
Cómo hablar de abuso infantil sin revictimizar
Hablar de abuso infantil exige cuidado. Sirve usar términos generales, evitar morbo y mantener el foco en la responsabilidad del agresor y la seguridad pública. Compartir rumores, “detalles” de pasillo o teorías en redes puede aumentar el dolor de las familias y afectar a los menores, que merecen privacidad y respeto.
Cargos, posible sentencia y qué puede pasar ahora
De acuerdo con lo reportado, Lavan se declaró culpable de treinta y nueve cargos que incluyen violación de una menor, agresión sexual, corrupción de menores, poner en peligro el bienestar de menores, exposición indecente y otros delitos relacionados. El artículo señala que cada cargo de violación podría conllevar un mínimo de diez años de prisión, aunque la sentencia final depende del tribunal y de cómo se agrupen los cargos.
La sentencia aún no estaba programada en el reporte. También se contempla una evaluación para una posible clasificación como “depredador sexual violento” por la Junta Estatal de Evaluación de Delincuentes Sexuales. Si el tribunal lo ordena, pueden venir requisitos como registro, notificación, tratamiento y medidas de control.
La declaración de culpabilidad de Bradley Lavan por treinta y nueve cargos marca un punto fuerte en el caso, pero todavía falta la sentencia y la evaluación estatal. Para Somerset, la lección es dura y directa: la confianza no reemplaza la vigilancia. Si una familia sospecha abuso, hablar y denunciar puede frenar más daño. Informarse por fuentes confiables y poner primero la seguridad de los menores sigue siendo la mejor respuesta.