#Salud: Estos son los riesgos que corremos cuando nos depilamos la línea del bikini

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La depilación de la línea del bikini se ha vuelto casi un
estándar de belleza y cuidado personal. Lo que antes era un tema
reservado para el verano y la playa, hoy es una costumbre durante
todo el año para muchas personas. Redes sociales, tendencias
culturales y la búsqueda de comodidad han impulsado esta práctica,
considerada por muchos como signo de higiene y estética.

Sin embargo, pocos hablan de los peligros que encierra quitar el
vello de una zona tan delicada. Conocerlos no solo es útil, sino
necesario para decidir cómo cuidar la salud íntima con conciencia y
responsabilidad.


Consecuencias para la salud de eliminar el vello en la línea
del bikini

El vello que crece en la zona íntima crea una barrera natural
que protege la piel y las mucosas de agentes externos y fricciones.
Su eliminación puede provocar problemas frecuentes como
infecciones cutáneas, foliculitis, vellos encarnados, irritaciones,
reacciones alérgicas y quemaduras
. Al retirar este escudo,
la piel queda expuesta a gérmenes y microorganismos que encuentran
más fácil acceso a través de pequeñas lesiones o cortes.

La depilación puede parecer inocente, pero cuando la piel se ve
alterada, surgen complicaciones. El vello ayuda a mantener la
humedad, regular la temperatura y proteger contra la fricción
directa con prendas ajustadas. Sin él, la zona se vuelve más
vulnerable, el roce puede producir heridas y los poros abiertos
facilitan la entrada de bacterias y virus.

Infecciones
cutáneas y enfermedades de transmisión sexual

Una de las complicaciones más serias de depilarse la línea del
bikini
es la exposición a infecciones cutáneas y
enfermedades de transmisión sexual
. Las técnicas como la
cera, la cuchilla y hasta el láser pueden provocar microlesiones
invisibles. Estas pequeñas heridas actúan como puertas abiertas
para microorganismos.

Las bacterias y virus encuentran así un paso por donde invadir
la piel y las mucosas. Herpes, papiloma humano (VPH), hongos,
condilomas e incluso sífilis pueden aprovechar estos microtraumas.
Se ha observado que las probabilidades de contraer infecciones como
la gonorrea y la clamidia aumentan en quienes eliminan el vello
púbico con regularidad.

El uso del preservativo es importante, pero no cubre toda la
zona púbica. Si hay lesiones, el riesgo de transmisión de
infecciones persiste, incluso si se usan métodos de barrera. El
vello cumple un papel de defensa que, al perderse, deja a la piel y
a las mucosas más expuestas.

Foto Freepik

Irritación,
reacciones adversas y complicaciones dermatológicas

Cualquier método de depilación puede causar irritación,
dolor, enrojecimiento y reacciones alérgicas
. La cera
caliente puede provocar quemaduras y ampollas, sobre todo si no se
controla bien la temperatura. Las cuchillas, tan accesibles y
usadas en casa, pueden dejar cortes y microheridas que luego se
convierten en posibles focos de inflamación.

Es habitual la aparición de foliculitis (cuando
los folículos pilosos se infectan), vellos encarnados y hasta
manchas o cicatrices. El láser, aunque habitualmente se asocia a
menos irritación, puede causar cambios de color en la piel y
lesiones duraderas si se usa de forma incorrecta.

Las cremas depilatorias no se salvan: sus componentes químicos
pueden desencadenar reacciones alérgicas intensas, sobre todo si la
piel está ya sensibilizada o hay alguna herida previa. En personas
con condiciones como dermatitis o psoriasis, el riesgo de
agravamiento de los síntomas es mayor.

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Factores de riesgo y prácticas para una depilación más
segura en la zona íntima

No todos los métodos ni todos los hábitos conllevan el mismo
nivel de peligro. Elegir técnicas agresivas o acudir a centros que
no cumplen con las medidas sanitarias básicas multiplica los
riesgos. La higiene deficiente, el uso compartido de materiales
como cuchillas o espátulas, y la aplicación de productos en mal
estado son factores que aumentan las probabilidades de sufrir
complicaciones.

Para reducir los riesgos, los dermatólogos aconsejan
preparar la piel antes de la depilación y adoptar
rutinas de cuidado posteriores. El vello y la piel se alteran menos
si se respetan unas pautas simples, como exfoliar la zona uno o dos
días antes y aplicar geles de pH neutro que limpian sin
irritar.

Al terminar la depilación, usar agua fría calma la piel y reduce
la inflamación. Hidratar la zona íntima con cremas suaves ayuda a
restaurar la barrera protectora y puede prevenir molestias.

Acudir a profesionales serios, que utilicen materiales de un
solo uso y mantengan protocolos estrictos de limpieza y
desinfección, es fundamental. Las clínicas y centros de belleza
deberían contar con certificaciones que acrediten su compromiso con
la salud de los clientes.

Medidas
de prevención y recomendaciones de expertos

La prevención es parte esencial del autocuidado. Los
dermatólogos insisten en evitar tener relaciones sexuales
justo después de la
depilación
, porque la piel está mucho más sensible y
expuesta. Lo ideal es dejar pasar al menos 48 horas antes de
cualquier contacto íntimo.

Cuidar la higiene personal antes y después del procedimiento
reduce la carga de gérmenes en la zona. Si se opta por la cera,
pedir que se utilicen guantes, palillos y materiales de un solo uso
evita infecciones cruzadas. Si eliges cuchilla, compra una nueva
para cada sesión y limpia la piel a fondo antes y después.

El uso de ropa interior de algodón, amplia y limpia, ayuda a que
la zona respire y evita el roce que causa irritación o heridas.
Exponer la zona recién depilada al sol o a camas de bronceado está
completamente desaconsejado, ya que eleva el riesgo de quemaduras y
manchas.

Detectar signos de alarma como picor intenso, aumento del flujo,
úlceras o fiebre debe llevar a consultar a un médico de inmediato.
El diagnóstico precoz hace posible evitar complicaciones mayores y
tratar cualquier infección a tiempo.

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