#Salud: Estos son los 3 alimentos que pueden dañar los riñones

0
347


Los riñones son órganos esenciales que funcionan como un filtro
natural, eliminando toxinas y excesos a través de la orina.
Mantienen el equilibrio de líquidos, regulan la presión arterial y
controlan los minerales en el cuerpo. Sin embargo, la dieta diaria
puede afectar seriamente su rendimiento. Consumir ciertos alimentos
de forma habitual, casi sin darnos cuenta, debilita la
salud renal y, con el tiempo, puede reducir la calidad de
vida
. Es vital identificar qué comidas dañan este sistema
de limpieza interna para prevenir problemas graves.


El impacto del sodio y los alimentos ultraprocesados en los
riñones

El exceso de sal y sodio es uno de los mayores enemigos para los

riñones
. Una de las funciones principales de estos órganos es
filtrar el sodio de la sangre. Cuando hay demasiado sodio, los
riñones se ven forzados a trabajar más de lo normal. Esta
sobrecarga puede desencadenar hipertensión
arterial
, la cual daña progresivamente las estructuras
internas renales. Con el tiempo, inicia un círculo vicioso: a mayor
presión, más deterioro renal.

Los alimentos ultraprocesados y preparados contienen
altos niveles de sodio y aditivos, lo que los
convierte en una amenaza silenciosa. Es sorprendente lo común que
son los productos salados en la dieta diaria: sopas instantáneas,
salsas, snacks y comidas rápidas. El consumo prolongado de estos
productos acelera la aparición de insuficiencia renal y otros
trastornos.

Los
embutidos y conservas como fuente de sodio oculto

Aunque parezcan inocentes, los embutidos, tales
como jamón, salchichas y mortadela, aportan más sodio del que
parece. Estos productos se conservan con grandes cantidades de sal
para prolongar su durabilidad. Algo similar ocurre con el atún
enlatado, sardinas y otros productos en conserva. Consumirlos
regularmente expone al cuerpo a niveles innecesarios de sodio, lo
que repercute directamente en la presión arterial y, más grave aún,
desgasta la función de filtrado de los riñones.

Refrescos
y bebidas envasadas: el doble riesgo de sodio y azúcar

Las bebidas envasadas y refrescos presentan un
riesgo doble. Además de azúcares, algunas marcas incluyen sodio y
fósforo añadido. El consumo habitual de refrescos, tés embotellados
y aguas saborizadas promueve tanto la presión alta como la
deshidratación. La combinación de azúcar y sodio dificulta la tarea
de los riñones, incrementa la retención de líquidos y favorece la
aparición de cálculos renales. Sustituir estos líquidos por agua es
una de las mejores decisiones para aligerar la carga renal.

Exceso
de proteína animal: una carga directa para los riñones

Comer demasiadas proteínas animales no solo
afecta la digestión, sino que exige un esfuerzo extra a los
riñones. Al metabolizar la carne roja, huevos y ciertos pescados,
el proceso libera sustancias como urea y
ácido úrico. Estas moléculas deben ser eliminadas
por los riñones. Cuando su presencia es constante, aumenta el
riesgo de cálculos renales y enfermedades
crónicas.

La proteína animal también suele ir acompañada de fósforo,
mineral que en exceso provoca mayor desgaste renal. Aunque resulta
esencial para la salud, se recomienda preferir fuentes vegetales y
reducir la frecuencia de alimentos cárnicos, sobre todo en personas
con riesgo de enfermedad renal.

Foto Freepik

Carne
roja y vísceras: fuentes de purinas y fósforo

La carne roja y especialmente las
vísceras (hígado, riñones de vacuno, corazón)
contienen concentraciones muy altas de purinas, que el cuerpo
convierte en ácido úrico. Los riñones tienen que eliminar ese
ácido, y si no logran hacerlo adecuadamente, pueden formarse
piedras y desarrollar inflamación. Además, estas carnes aportan
fósforo en exceso, que los riñones dañados no
pueden filtrar bien, acelerando el deterioro renal.

Te podría interesar:

Lácteos
enteros y sus efectos en la función renal

Los lácteos enteros (leche, queso fresco,
mantequilla) destacan por su contenido de grasas saturadas y
fósforo. El abuso en el consumo de estos productos empeora la
función renal, ya que suman más carga tanto en el procesamiento de
grasas como en la eliminación de minerales. En personas con
predisposición a problemas renales o cálculos, el consumo limitado
y la preferencia por versiones bajas en grasa pueden marcar una
clara diferencia.


Grasas saturadas y sustancias añadidas: inflamación y
deterioro renal

Una dieta saturada en grasas animales y
productos ultraprocesados acelera la pérdida de eficiencia de los
riñones. Las grasas saturadas, como las que se encuentran en
mantequilla, papas fritas y comidas rápidas, favorecen la
inflamación crónica. Los riñones, atrapados en este ambiente
hostil, ven limitada su capacidad de limpiar desechos, almacenando
toxinas que dañan el organismo.

Alimentos con grasas saturadas elevan la presión arterial y
colesterol, dos factores que en conjunto ponen en jaque tanto a
riñones como corazón. Por si fuera poco, muchas versiones
industriales suman aditivos y
conservantes que alteran el equilibrio químico
interno, obligando al cuerpo a un esfuerzo contra natura.

Productos
fritos y snacks: una amenaza para la salud renal

Comer papas fritas, snacks empacados y galletas
saladas no solo suma calorías vacías. Estos productos suelen estar
cocinados en aceites baratos y cargados de sal, grasas saturadas y
compuestos artificiales. Su combinación ataca la función renal por
varios frentes: favorece la retención de agua, incrementa la
presión y aporta compuestos tóxicos que el riñón no logra eliminar
con facilidad.

Aditivos,
conservantes y colorantes: riesgos poco conocidos

Muchos alimentos preparados ocultan
conservantes, colorantes y
saborizantes artificiales que no siempre aparecen en la lista de
ingredientes con sus nombres químicos visibles. Estas sustancias
añaden una carga tóxica al organismo y, aunque algunos conservantes
sean aceptados legalmente, el consumo repetido y en dosis altas
sobrepasa la capacidad depurativa de los
riñones
. Incluso los colorantes pueden provocar efectos
adversos no solo renales, sino a nivel sistémico.

¿Le resultó útil este artículo?



Source link